Sufrir un accidente de tránsito es una de las experiencias más desagradables que una persona puede enfrentar en la vía pública. Gracias a la evolución de la tecnología y la seguridad pasiva, los automóviles modernos ofrecen una mayor protección a los ocupantes, y salvo en accidentes de alta velocidad, generalmente no se deben lamentar lesiones físicas de gran magnitud. Sin embargo, como consecuencia de esa misma mejora en los estándares de seguridad, los vehículos actuales están diseñados para deformarse de manera que amortigüen mejor los impactos y protejan el habitáculo. Esto significa que chocar un automóvil, que solía ser muy costoso hace 30 años, ahora puede resultar en que incluso un leve impacto implique recurrir a un taller y desembolsar una suma considerable de dinero en reparaciones, tarea que, en gran medida, queda a cargo de las compañías de seguros.
Esta situación no es un capricho, sino una necesidad. Más allá del precio de los repuestos, hay algunos costos que serían imposibles de cubrir para los usuarios comunes, como por ejemplo, la indemnización por invalidez o el fallecimiento de una persona. Por esta razón, existe un seguro mínimo obligatorio conocido como Responsabilidad Civil (RC), que incluye esos casos sobre daños a la propiedad pública y privada, es decir, a terceros involucrados. Según Martín Gaggi, de MG Broker, “Hay confusión conceptual sobre lo único obligatorio, pero es contra terceros, porque protege al causante asegurado, hacia cosas. Después vienen seguros completos como incendio, robo, entre otros, pero la RC es sí misma”.
En caso de que la cuota del seguro esté vencida, la situación es la misma: el vehículo queda asegurado técnicamente. La Ley Nacional de Tránsito 24.449 exige contratar al menos una cobertura frente a los daños materiales ocasionados a otras personas, aunque no a las transportadas en el vehículo en tránsito. El costo de manejar puede ser elevado. Este costo depende de la compañía aseguradora y del modelo y año del automóvil. Como referencia, para un Fiat Cronos 2024, la prima mensual del seguro obligatorio oscila entre $35.000 y $45.000.
Actualmente, las multas para quienes no tienen seguro en la Ciudad de Buenos Aires van desde 300 hasta 1000 unidades fijas (UF). Sin embargo, solo se puede demostrar que se tiene el seguro si se presenta la documentación del vehículo y el comprobante de pago del período vigente. Si se presenta una multa el día de la infracción, esta puede equivaler a entre 50 y 100 UF, cuyo valor surge del promedio del medio litro de nafta Premium, que es de $630,20. La variación en el monto de la infracción en la zona puede incluir la retención del automóvil y la constante contratación de un seguro vencido, así como la reactivación inmediata a partir de las 0 horas del día siguiente. Así, en caso de un accidente, la falta se subsana concurriendo a ponerse al día.
En tanto, es importante estar cubiertos, ya que esto responsabilizará a la compañía de seguros por los gastos. Según Martín Dondo, Gerente Legal de ATM Seguros, “Si tenés tu póliza paga, podrías enfrentar consecuencias legales y financieras graves. La posibilidad de recibir compensación por daños, así también la responsabilidad de cubrir gastos involucrados, podría llevarte a problemas legales y muchos dolores de cabeza”.
