
En los últimos años, se ha observado un aumento significativo en los casos de ansiedad y depresión entre niños y adolescentes, según datos proporcionados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). La detección temprana de estos trastornos y la provisión del apoyo adecuado son cruciales para mejorar la calidad de vida de los menores afectados.
Señales de ansiedad y depresión en niños y adolescentes
La psicóloga Ana Estela Ruiz señala que la manifestación de la depresión en la infancia puede diferir notablemente de la que se observa en los adultos. Ella explica que, mientras que en los adultos la depresión tiende a ser un estado persistente, en los niños puede fluctuar dependiendo del contexto y del apoyo que reciban.
Principales signos de alerta
Entre los signos que pueden indicar la presencia de ansiedad o depresión en niños y adolescentes se encuentran cambios en el comportamiento, alteraciones en el sueño, pérdida de interés en actividades que antes disfrutaban, y dificultades en la concentración. Estos síntomas pueden ser sutiles y, a menudo, son pasados por alto por los adultos.
Estrategias para apoyar a los niños con ansiedad y depresión
Para abordar la ansiedad y la depresión en los menores, es esencial actuar en tres áreas clave: el entorno familiar, el contexto escolar y la intervención psicológica.
1. Apoyo desde la familia
La especialista enfatiza la necesidad de crear un entorno familiar seguro y comprensivo. “Proporcionar rutinas y límites claros, fomentar la comunicación emocional y la escucha activa puede facilitar el proceso de cambio”, asegura Ruiz. Este tipo de apoyo es fundamental para que los niños se sientan seguros y comprendidos.
2. Rol del entorno escolar
Los educadores desempeñan un papel crucial en la detección temprana de los síntomas de ansiedad y depresión. Las instituciones educativas pueden ofrecer apoyo a los menores mediante adaptaciones académicas en momentos críticos y capacitando a los docentes en temas de salud mental. Esto puede ayudar a identificar y abordar los problemas antes de que se agraven.
3. Terapia psicológica
La intervención profesional es un componente esencial en el tratamiento de estos trastornos. Puede incluir diferentes enfoques terapéuticos que se adapten a las necesidades del niño o adolescente.
¿Cuándo se considera superada la ansiedad o la depresión?
Según Ruiz, el proceso de recuperación varía en función de la situación particular de cada menor y de la intervención que se haya llevado a cabo. “El objetivo final es que el paciente pueda manejar sus emociones de manera efectiva y crear un entorno de apoyo”, explica. Sin embargo, la experta advierte que algunos niños pueden seguir siendo vulnerables a episodios futuros, especialmente si hay antecedentes familiares de trastornos mentales.
Detectar los signos de ansiedad y depresión a tiempo y actuar de manera oportuna puede tener un impacto significativo en el bienestar de los niños y adolescentes que enfrentan estos desafíos.