
Durante generaciones, la advertencia de no nadar inmediatamente después de comer ha sido una regla casi sagrada en muchas familias. Sin embargo, investigaciones recientes y opiniones de expertos han desmentido esta creencia, señalando que existe un riesgo significativo de ahogamiento o problemas graves de salud al tras ingerir alimentos. En ese sentido, la Cruz Roja Americana desmiente esta teoría, aunque sí confirmaron que podría generar cierta incomodidad o náuseas en algunos casos.
Origen del mito sobre nadar después de comer
El origen de este mito centenario y consejo de esperar menos de 30 minutos antes de nadar tiene raíces históricas que se remontan a un manual original de los Boy Scouts, publicado en 1908. Este texto, titulado Scouting for Boys y escrito por Robert Baden-Powell, advertía que bañarse en aguas profundas poco después de comer podría causar calambres severos, lo que llevaría al ahogamiento. Aunque esta recomendación carecía de respaldo científico, se popularizó y se transmitió de generación en generación, convirtiéndose en una creencia común en muchas culturas.
El temor detrás de esta advertencia radica en la idea de que el flujo sanguíneo necesario para la digestión reduciría la cantidad de sangre disponible para los músculos, aumentando así el riesgo de calambres. Según explicó a Food and Wire el doctor Matthew Badgett, especialista en medicina interna y pediatría de la Cleveland Clinic, esta teoría carece de fundamento. “Todavía hay suficiente sangre para los músculos después de comer”, afirmó.
Más recientemente, el doctor Badgett reafirmó su postura en 2024, indicando que tanto los nadadores recreativos como los competitivos pueden nadar dentro de la primera hora después de comer sin peligro. Según un estudio realizado por los Institutos Nacionales de Salud, las posibles complicaciones deben considerarse, ya que el proceso digestivo puede ralentizarse durante el ejercicio. Cuando el cuerpo está en movimiento, redirige la sangre hacia los músculos, dejando menos recursos para el sistema digestivo. Además, la posición horizontal que se adopta al nadar puede dificultar el vaciado gástrico, contribuyendo a la incomodidad.
Alimentos a evitar antes de nadar
Si se planea nadar durante largos periodos de tiempo, se recomienda prestar atención a los alimentos consumidos. La Universidad de Harvard sugiere evitar aquellos que son ricos en grasas, especias y fibra, así como las bebidas alcohólicas y con cafeína, ya que pueden causar problemas gastrointestinales como diarrea. En cambio, se aconseja optar por carbohidratos y proteínas ligeras que proporcionen la energía necesaria sin causar molestias.
También se destacó la importancia de mantenerse hidratado mientras se nada. “Sudamos incluso cuando estamos en el agua, aunque no lo notemos”, explicó el doctor Badgett. Por otro lado, los atletas que realizan entrenamientos intensos deben planificar su alimentación con mayor cuidado. Los Institutos Nacionales de Salud indican que los nutrientes son esenciales para proporcionar energía, mientras ayudan en la recuperación muscular.
Es importante considerar el consumo de alcohol antes de nadar. El Instituto Nacional sobre el Abuso de Alcohol y Alcoholismo señala que dicha ingesta puede afectar la coordinación y el juicio, aumentando el riesgo de accidentes, especialmente en aguas abiertas con corrientes fuertes.
Para la mayoría de las personas, esto representa no solo un problema de seguridad, sino también una cuestión de comodidad. Por lo tanto, disfrutar de un refrigerio puede ser perfectamente seguro, siempre que se elijan opciones adecuadas y se mantenga una buena hidratación, evitando el consumo de bebidas alcohólicas.