Preferencia por orden sobre libertad crece en Chile, revelan resultados de la Encuesta CEP

La creciente tendencia en Chile: priorizando el orden sobre la libertad.
La creciente tendencia en Chile: priorizando el orden sobre la libertad.

El aumento en la preferencia por el orden y la seguridad en la sociedad chilena refleja un cambio en las prioridades de los ciudadanos frente a la libertad, en un contexto de creciente incertidumbre y desafíos sociales.

Recientemente, la Encuesta CEP ha generado diversas interrogantes en el ámbito social y político, aunque expertos en la materia aseguran que los resultados, que han sorprendido a algunos, no son inusuales en el contexto global actual. En esta encuesta, se planteó a los participantes la cuestión de qué valor consideran más importante: las libertades o el orden público y la seguridad ciudadana. Los resultados de esta consulta revelan una tendencia creciente hacia la preferencia por la seguridad, que ha aumentado del 29% en diciembre de 2019 al 66% en mayo de 2022, y actualmente se sitúa en un 73%. En contraste, la inclinación hacia la libertad ha mostrado una disminución significativa, pasando del 22% al 12% y luego al 9% en las mismas mediciones temporales.

El sociólogo Eduardo Galaz, investigador del Centro Signos de la Universidad de los Andes, señala que la preferencia por el orden sobre la libertad es un fenómeno que se ha observado a nivel global desde al menos 2015. Este fenómeno ha sido estudiado por diversos autores bajo el concepto de retroceso democrático o desconsolidación democrática. Galaz explica que “es un fenómeno de cambio en los valores en los que las democracias se sustentan y donde parece que las democracias son muy lentas para resolver ciertos problemas, como los reportados en la encuesta mundial de valores: crimen organizado, narcotráfico, delincuencia común y migración descontrolada, y que llevan a personas a considerar que regímenes autoritarios o gobiernos con mayor concentración de poder podrían zanjar de manera más eficiente”.

En cuanto a si estos resultados indican un giro hacia la derecha en el contexto chileno, Marcelo Mella, analista político y académico del Departamento de Estudios Políticos de la Universidad de Santiago, aclara que no es exactamente así. Mella destaca que “la CEP hace optar a la ciudadanía entre libertad y orden, pero la verdad es que políticamente no es posible garantizar libertad si el Estado no es capaz de tener presencia a nivel social y territorial”. Además, menciona que “no me parece que la discusión sobre el orden versus libertad refleje una posición de derecha o de izquierda, es decir, de una posición ideológica, sino más bien de la expresión subjetiva de niveles de incertidumbre que a esta altura se hacen intolerables, no solamente respecto a los temas de seguridad, sino también sobre las reglas del juego, eso hoy día afecta el desarrollo y la inversión”.

Respecto a si la sociedad chilena se ha vuelto menos liberal y más conservadora, Galaz también se muestra cauteloso. Indica que “en valores ligados a la religiosidad, como moral familiar, sexual, matrimonio, vida, sí, la sociedad chilena es menos conservadora que antes, probablemente por una descristianización que es análoga a un proceso que se vivió en Europa Occidental. Pero hay otros temas en que en estos últimos 20 años Chile se ha ido volviendo crecientemente conservador hacia algunos valores asociados sobre todo a la autoridad y al orden”.

Otro aspecto relevante que se desprende de la encuesta es el rechazo hacia el Estallido Social ocurrido hace cinco años. El 50% de los encuestados considera que dicho evento fue malo o muy malo, mientras que solo el 17% lo califica como bueno o muy bueno. Además, el porcentaje de personas que afirman haber rechazado siempre esas manifestaciones ha aumentado del 11% en diciembre de 2019 al 34% en la actualidad, mientras que aquellos que dicen haber apoyado el Estallido ha disminuido del 55% al 23%.

Marcelo Mella, de la Universidad de Santiago, no se muestra sorprendido por estos resultados. Asegura que “no es un rechazo a la crisis política de octubre del 2019, sino que tiene que ver más con un rechazo a la incertidumbre de estos últimos cinco años, con frustración por los dos procesos constituyentes y una incapacidad de la clase política de materializar o de concretar esas demandas y evitar la guerra de trincheras que hoy predomina”.

El análisis de las respuestas de índole social en relación con los movimientos políticos es complejo. Galaz, de la Universidad de los Andes, observa que “las etiquetas de conservador y liberal son imprecisas, porque ambos mundos han estado muy unidos, los partidos conservadores y liberales han hecho alianzas históricamente. Es más, la tradición liberal es mucho más fuerte en la derecha que en la izquierda, lo mismo que la tradición conservadora”.

Con las próximas elecciones municipales y regionales programadas para fin de mes, el análisis político se centra en cómo estos resultados influirán en las urnas. Mella sostiene que “estas divisiones no van a influir en los resultados: van a estar condicionados a la credibilidad que tengan las candidaturas respecto al orden y la seguridad pública sin duda, pero además en las elecciones a nivel local aparecen otras cuestiones, como los problemas de la comunidad y que no ocupan ningún lugar en la agenda”.