Creciente preocupación por el bienestar de los adultos mayores en Argentina: ¿qué revela el último informe?

Más del 65% de los adultos mayores carecen de acceso a salud mental
Más del 65% de los adultos mayores carecen de acceso a salud mental

El envejecimiento de la población es un fenómeno global que está redefiniendo las prioridades de las políticas públicas. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que entre 2020 y 2050, el número de personas mayores de 60 años en el mundo se duplicará, alcanzando los 2.100 millones. Este panorama plantea desafíos no solo para los sistemas de salud y asistencia social, sino también para garantizar un entorno inclusivo que se adapte a las necesidades de este grupo en crecimiento. En este contexto, la tercera edición del informe “Calidad de vida de adultos mayores en Argentina”, elaborado por el Observatorio Humanitario de la Cruz Roja, en 2024, afirma que más del 65% de los adultos a nivel nacional carece de acceso a atención mental. Esta situación provoca altos índices de ansiedad, estrés y soledad.

Lo cierto es que en Argentina, los adultos mayores enfrentan una realidad que refleja desigualdades significativas, tales como que el 29% logra cubrir sus necesidades alimentarias, mientras que el 40% percibe un deterioro en su situación económica, advierte el informe. Asimismo, se evidencia que este escenario de vulnerabilidad afecta tanto el bienestar físico como emocional de los adultos mayores. El informe incorpora el Índice de Bienestar de Adultos Mayores (IBAM), una herramienta que evalúa cinco dimensiones clave: alimentación, salud, economía, recreación y afecto. El IBAM registró un puntaje promedio de 4.9 sobre 10, lo que representa un descenso respecto a años anteriores. Este índice permite medir de manera general el bienestar de esta población y, además, identificar áreas críticas que requieren atención prioritaria, como la alimentación, los servicios y los espacios recreativos.

Salud mental y acceso a tratamientos

En cuanto a la salud, el informe destaca la urgencia de abordar tanto la salud mental como la física, ya que todo el territorio enfrenta barreras significativas. Según la Cruz Roja Argentina, el 66,6% de los encuestados no accede a ningún tipo de terapia ni tratamiento vinculado a la salud mental. El documento señala: “Cabe destacar la presencia de padecimientos en la población encuestada. Si bien las frecuencias son marginales, dan cuenta de un proceso reflexivo por parte de la muestra sobre su salud mental”. Además, se agrega: “Estos datos complementan la exploración sobre si las encuestadas acuden actualmente a alguna terapia”. En este sentido, la categoría de frecuencia variable ‘ninguna de las anteriores’ (66,6%) indica que no realizaron terapias, incluidas las categorías ofrecidas. En segundo lugar, se encuentra la opción ‘realizó en el pasado, pero ya no’ con un 12,8%. El resto presenta porcentajes menores al 10%.

Dicho de otro modo, aunque menos frecuentes, el relevamiento muestra que la mayoría utiliza los recursos disponibles, lo que refuerza que el ámbito presenta manifestaciones de depresión y estrés. La falta de atención en este área contribuye al aislamiento social, ya que el 33% de los encuestados expresó sentirse solo o olvidado debido a su condición de adulto mayor, cifra que se ha duplicado desde 2021 a 2022, cuando la percepción alcanzaba el 20%. Estas cifras evidencian cómo la ausencia de apoyo psicológico impacta emocionalmente en esta población. Además, el informe destaca que las limitaciones económicas y geográficas son factores clave que restringen el acceso a la atención. Solo una pequeña proporción puede costear tratamientos individuales, y las opciones gratuitas o subsidiadas son escasas. “La infraestructura de personal especializado deja a un porcentaje significativo sin alternativas”, se menciona en el documento.

Enfermedades crónicas y acceso a la salud

Más allá de las carencias emocionales, el informe advierte sobre las desigualdades en el ámbito sanitario. Se indicó que el 30% de los adultos mayores afirmó estar poco o nada satisfecho con la atención médica, lo que representa un aumento de 7 puntos porcentuales en comparación con el 23% registrado en 2022. Entre los problemas de salud más frecuentes se encuentran las enfermedades crónicas, siendo el 51,3% de los encuestados diagnosticados con hipertensión arterial, el 30,9% con colesterol alto y el 25% con diabetes. Además, se reportaron dolencias como artritis (17,6%) y problemas óseos (16,4%), reflejando el impacto acumulativo del envejecimiento. Sin embargo, los tratamientos regulares y adecuados incrementan la carga sobre el sistema público, dejando a muchos con condiciones mal gestionadas.

La cobertura médica presenta una distribución heterogénea: el 71,7% accede a través de PAMI o de obras sociales, el 12,9% depende del sistema público y el 13,6% recurre a prepagas. La existencia de estas opciones, junto con la disponibilidad de turnos y los costos asociados, genera un estado percibido de atención que es significativo, ya que el 9,1% calificó la atención como “muy buena”, el 34,9% consideró que era “regular” y el 5,7% la describió como mala. Los problemas de salud mencionados son frecuentes y, de manera global, los datos indican la necesidad de fortalecer la atención pública, priorizando un enfoque integral.

Metodología y hallazgos del IBAM

Los autores del informe subrayan la urgente necesidad de equidad en los servicios sanitarios y de calidad, independientemente de la situación socioeconómica o del lugar de residencia. El Índice de Bienestar de Adultos Mayores (IBAM) fue diseñado para evaluar un indicador que sintetiza el bienestar y alcanzó un puntaje de 10, cifra que mostró valores inferiores en años anteriores. “El 2024 se registró un puntaje de 4.9, en una escala donde 1 es bajo bienestar. Esto supone una relación de 0.8 en comparación con 0.3 en 2021”, se menciona en el documento. Para obtener estos datos, se utilizó una metodología que incluyó la recopilación de encuestas realizadas a 1.164 residentes de las provincias y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, lo que permitió desglosar problemáticas urgentes y puntajes del índice según variables sociodemográficas, como el nivel educativo.

En cuanto a la recreación, la alimentación y el trato social, estos aspectos desempeñan un papel crucial en la calidad de vida de los mayores. El 41% de las actividades recreativas son consideradas “poco satisfactorias”, y las mejoras registradas en este aspecto impactan en las oportunidades de mantener vínculos significativos. En relación a las dificultades alimentarias, el 68% de los participantes considera que enfrenta “bastantes” dificultades debido al encarecimiento de alimentos esenciales. Además, el 26% reportó haber percibido destrato en oficinas públicas y el 11% en centros de atención, reflejando una problemática que afecta la dignidad de los adultos mayores.

Desafíos futuros y recomendaciones

El informe también destaca la necesidad de abordar las desigualdades dentro de la población de adultos mayores. Se menciona que es fundamental reforzar la sensibilización sobre las consecuencias del maltrato y promover un enfoque equitativo que aborde las causas inmediatas de la calidad de vida. En este sentido, se requiere implementar campañas de sensibilización comunitarias que promuevan el respeto, la empatía y la integración, lo que se considera una prioridad. El 70,7% de los adultos mayores participa regularmente en actividades recreativas, pero las carencias persisten. Por lo tanto, es esencial promover iniciativas que garanticen la seguridad alimentaria y fomenten la socialización, asegurando que sean accesibles y adaptadas a las necesidades de esta población.