Esta noche se vivió un momento significativo en el Festival de Viña del Mar, donde la artista nacional Myriam Hernández fue galardonada con la Gaviota de Platino, un reconocimiento que llegó casi al final de su actuación.
Un reconocimiento esperado
La entrega de la Gaviota de Platino a Myriam Hernández se convirtió en uno de los instantes más emotivos de la velada, con la artista recibiendo una cálida ovación de parte del público presente en la Quinta Vergara. Este premio es un testimonio del impacto y la trayectoria de la cantante en la música chilena y latinoamericana.
Colaboración memorable
Durante su presentación, Hernández también tuvo la oportunidad de colaborar con Valentín Trujillo, lo que añadió un toque especial a su actuación y se convirtió en otro de los momentos memorables del certamen. La combinación de sus talentos en el escenario fue bien recibida por los asistentes, quienes disfrutaron de la fusión de sus estilos musicales.
Emoción familiar
Tras recibir el galardón, Myriam Hernández expresó su emoción al ver a sus hijos en la audiencia. La artista compartió que la ovación del público fue aún más significativa al poder compartir ese momento con su familia. En una conferencia de prensa posterior al evento, Hernández comentó sobre la experiencia vivida: “Yo creo que lo más maravilloso para una madre es abrazar a sus hijos siempre en momentos especiales, pero esta noche fue un momento único”.
Importancia de la familia
La intérprete de “Ay, amor” subrayó el papel fundamental que sus hijos, Myriam y Jorge, han tenido en su vida, tanto en su carrera musical como en el apoyo emocional que le brindan. La presencia de su familia en eventos significativos como el Festival de Viña del Mar resalta la conexión que tiene con ellos y cómo estos momentos son valorados en su trayectoria.
