La historia del entretenimiento está repleta de ejemplos de artistas que han logrado superar las limitaciones de su disciplina original para aventurarse en nuevos campos. En particular, muchos cantantes han dado el salto hacia la actuación, lo que no solo ha representado un cambio en su carrera, sino también una oportunidad para consolidar su presencia en la industria del espectáculo. Algunos de estos artistas han construido carreras cinematográficas paralelas a su trayectoria musical. Un ejemplo notable de esto es Frank Sinatra, quien se destacó tanto en la música como en el cine. Otro caso más reciente es el de Liza Minnelli. A continuación, se presenta una lista de algunos talentos multifacéticos que han demostrado que el arte no tiene límites, destacando trayectorias en la música, el cine y la televisión.
Artistas multifacéticos en la actuación y la música
Eminem sorprendió al mundo cuando protagonizó 8 Mile (2002), un drama semibiográfico que retrata su superación en el mundo del rap. Este filme le valió un Oscar a la Mejor Canción Original por su tema Lose Yourself. Aunque su incursión en la actuación no fue extensa, esta película se convirtió en un clásico que reafirmó su talento creativo.
Rihanna, conocida por éxitos como Umbrella y Diamonds, demostró su versatilidad frente a las cámaras. Su debut en el cine fue en Battleship (2012), donde interpretó un papel de acción, mientras que en Ocean’s Eight (2018) aportó un toque de frescura a la película, consolidándola como un ícono cultural.
Lady Gaga, aclamada por su capacidad vocal y estilo único, realizó una transición destacada hacia la actuación. Participó en la serie American Horror Story: Hotel (2015), lo que le valió un Globo de Oro, y su conmovedora interpretación en A Star Is Born le valió una nominación como Actriz. Además, la actriz exploró la complejidad del personaje de Harley Quinn en Joker: Folie à Deux, una relación marcada por la locura y el amor, que aborda la lucha contra los trastornos mentales en un entorno psicológico intenso, con estreno programado para el 3 de octubre de 2024.
Cher, una leyenda del cine, es otro ejemplo icónico. Su actuación en Moonstruck (1987) le valió un Premio de la Academia como Actriz. Además, ha participado en películas como Burlesque (2010), Silkwood (1983), Las Brujas de Eastwick (1985) y Hechizo de Luna (1987), consolidando su carrera como actriz.
John Legend, aunque su fama proviene principalmente de la música, demostró su capacidad como actor en Land (2016), un filme que ganó varios premios de la Academia y que consolidó su posición como un artista versátil.
Beyoncé, conocida como “Queen Bey”, ha dejado una huella significativa en el cine. Antes de deslumbrar en Dreamgirls (2006), interpretó a la enérgica Foxy Cleopatra en Austin Powers in Goldmember, mostrando su carisma innato.
Justin Timberlake es otro artista que ha demostrado ser un verdadero hombre renacentista. Desde sus inicios en la música hasta su papel como Sean Parker, cofundador de Napster, en The Social Network (2010), ha ganado un lugar destacado en la industria del entretenimiento.
La transición de muchos artistas entre la música y la actuación les permite diversificar su público y explorar facetas artísticas distintas. Estrellas como Lady Gaga han reforzado su imagen pública y su habilidad para conectar emocionalmente con audiencias diversas. El éxito en ambas disciplinas requiere habilidades complementarias; por ejemplo, el control de la voz y la expresión corporal son esenciales para un cantante, y son igualmente fundamentales en la actuación.
Los artistas han utilizado estas habilidades para resonar con su personalidad y experiencia. La conexión inherente entre la música y la actuación permite que las formas de narración apelen a las emociones del público. Esta conexión entre las historias, presentadas desde dos perspectivas distintas, enriquece la interpretación, donde las habilidades vocales son clave para transmitir la intensidad emocional de los personajes. En algunos casos, los artistas pueden combinar sus talentos, como en el caso de Lady Gaga y Bradley Cooper en Shallow. Estas contribuciones suelen fortalecer la narrativa de los filmes y añadir una capa adicional de autenticidad a las actuaciones.