Han Kang, escritora surcoreana, se convierte en la primera mujer de su país en recibir el Premio Nobel de Literatura en 2024.
Este jueves, el Comité del Nobel anunció en Suecia que el Premio Nobel de Literatura de este año ha sido otorgado a la escritora y poetisa surcoreana Han Kang. Nacida en 1970 en la ciudad de Gwangju, Han Kang ha estado inmersa en el mundo literario desde una edad temprana, influenciada por su padre, quien fue un reconocido novelista, y por un entorno que fomentó diversas expresiones artísticas. Esta atmósfera propició que la autora explorara no solo la literatura, sino también la música y otras formas de arte.
La carrera literaria de Han Kang comenzó en su juventud, cuando, entre los 22 y 23 años, publicó una serie de ensayos y poemas en la revista surcoreana “Literatura y sociedad”. Este fue un primer paso que la llevó, dos años después, a publicar su primera colección de cuentos titulada “El amor de Yeosu”. Han Kang se graduó de la Universidad Yonsei, donde se formó como profesional de las letras. Además, tuvo experiencia en el ámbito periodístico, trabajando durante tres años en revistas como “Publishing Journal” y “Samtoh”.
La adolescencia de Kang en Seúl, a la que se trasladó con su familia a los 11 años, estuvo marcada por una serie de cuestionamientos sobre la vida cotidiana, lo que influyó en su estilo narrativo. Una de sus obras más reconocidas es la novela “Tus manos frías”, publicada en 2002, que, según el Comité del Nobel, “muestra claramente el interés de Kang por el arte”.
El reconocimiento internacional de Han Kang se consolidó en 2007 con la publicación de “La vegetariana”, una novela que se compone de tres relatos interconectados. En esta obra, Kang se inspiró en un verso del poeta Yi Sang que dice: “creo que las personas han de ser plantas”. El Comité del Nobel destacó que “La vegetariana” retrata las consecuencias violentas que surgen cuando la protagonista, Yeong-hye, se niega a seguir las normas alimentarias impuestas por la sociedad.
El trabajo de Han Kang ha sido elogiado por su capacidad para explorar la relación entre el dolor mental y físico, así como por su conexión con el pensamiento oriental. El Comité del Nobel subrayó que la autora busca exponer “una doble exposición al dolor”, reflejando la fragilidad de la vida humana frente a traumas históricos y las reglas sociales que moldean el comportamiento humano.