El Índice Mensual de Actividad Económica (Imacec) de septiembre no mostró variaciones significativas, lo que ha llevado a analistas y al Ministerio de Hacienda a calificar el resultado como “decepcionante”. A pesar de que se esperaban cifras superiores al 1% anual, el informe del Banco Central reveló un aumento en los sectores de servicios y comercio, que fue contrarrestado por una disminución en la producción de bienes. En un mes que tuvo un día hábil menos en comparación con el mismo mes del año anterior, la serie desestacionalizada mostró una caída del 0,8% respecto a agosto, mientras que el crecimiento anual fue del 1%.
El ministro de Hacienda, Marcio Marcel, reconoció que la proyección de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para este año, que era del 2,6%, ya no se podrá cumplir. En sus palabras, “Ya no se va a poder cumplir. (…) El 2,6% ya se ve muy lejano”. Sin embargo, anticipó un mejor desempeño para el cuarto trimestre, al igual que lo prevé el mercado. Marcel explicó que se espera un crecimiento cercano al 3%, impulsado por tres días hábiles adicionales en comparación con el año anterior, la activación de proyectos mineros y una base de comparación más accesible.
El economista jefe para Chile de Credicorp Capital, Samuel Carrasco, también se mostró optimista, aunque con reservas, al señalar que “esperamos un crecimiento cercano al 3%”. Por su parte, BTG Pactual proyectó un rango de crecimiento entre el 2,5% y el 3%, mientras que EuroAmerica se alineó con una estimación del 2,4% para el último cuarto del año. En contraste, BICE y Fynsa presentaron proyecciones más conservadoras, de 1,9% y 1,8%, respectivamente.
Para el año 2024, JPMorgan ha ajustado su proyección de crecimiento del PIB de 2,6% a 2,4%. Coopeuch también modificó su estimación de 2,6% a 2,5%, mientras que en BICE Inversiones la proyección se redujo de 2,3% a 2%. “Se pone cuesta arriba alcanzar nuestra proyección de crecimiento del PIB en 2,5%. Para alcanzar nuestra proyección, la economía tendría que crecer al menos 3,6% interanual en el cuarto trimestre”, afirmó Andrés Pérez, economista jefe para Latam de Itaú.
En cuanto a las medidas que podrían acelerar la actividad económica, Felipe Alarcón, economista jefe de EuroAmerica, indicó que “no se ven iniciativas que puedan mover la aguja, al menos en el corto plazo”. En contraste, Nathan Pincheira, economista de Fynsa, sugirió que la economía está creciendo cerca de su potencial, afirmando que “no es que nos estemos desacelerando de manera sistemática que permita aplicar medidas contracíclicas”.
Los analistas continúan anticipando un recorte de 25 puntos base en la tasa clave en diciembre, influenciado principalmente por el contexto externo. En cuanto a las razones detrás de la debilidad del Imacec, los analistas coincidieron en que uno de los factores fue el feriado XL de Fiestas Patrias. Carrasco mencionó que el efecto calendario tuvo un impacto más negativo de lo esperado en los sectores de minería y manufactura. Desde Scotiabank Chile, se observó que los festivos también afectaron a los servicios, generando preocupación por una posible nueva baja en los servicios empresariales.
El Banco Central también destacó que la disminución en el valor agregado de la generación de electricidad fue un factor relevante. Según su análisis, “la participación de la hidroelectricidad disminuyó relativamente más que la energía térmica, la que utiliza insumos de mayor valor”. Al analizar el desempeño por sectores, se observó un mal rendimiento generalizado, con la mayoría de los sectores mostrando caídas en términos mensuales. Sebastián Piña, analista económico de BTG Pactual, subrayó que “el dinamismo a nivel agregado de la economía está siendo menor”.
La presidenta del Banco Central, Rosanna Costa, inauguró la XXVII Conferencia Anual del ente emisor, que este año se centra en la trayectoria futura de los tipos de interés reales a largo plazo. Costa comentó que el momento es “oportuno, especialmente a la luz del endurecimiento monetario más brusco y sincronizado que hemos visto en décadas”. Además, señaló que las alzas en los últimos dos años han generado un debate sobre el futuro de las tendencias de los tipos reales, y que “no existe un consenso claro sobre cómo serán las tasas de interés a largo plazo en el futuro”.