Con el aumento de las temperaturas durante el verano, el riesgo de sufrir insolación se incrementa si no se toman las precauciones adecuadas. Esta afección se produce por la exposición prolongada al sol y a altas temperaturas, y generalmente se presenta en combinación con la deshidratación, lo que lleva a una falla en los mecanismos del cuerpo para regular su temperatura. La insolación puede ser una forma grave de enfermedad relacionada con el calor y puede poner en peligro la vida de manera inmediata.
Factores que contribuyen a la insolación
Las causas de la insolación son diversas e incluyen:
- Exposición prolongada al sol
- Ejercicio intenso en climas cálidos
- Deshidratación
- Uso de ropa inadecuada
- Ambientes sin ventilación
Definición y síntomas de la insolación
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, la insolación es un trastorno que ocurre cuando la temperatura corporal continúa aumentando hasta alcanzar los 40 grados Celsius o más. Este tipo de afección puede surgir tras realizar un esfuerzo físico en un ambiente caluroso, especialmente después de haber estado expuesto a un clima húmedo y caluroso durante períodos prolongados. La insolación afecta con mayor frecuencia a los adultos mayores y a las personas que padecen enfermedades crónicas.
Entre los síntomas de la insolación se encuentran:
- Piel caliente y seca
- Mareos
- Confusión
- Dolor de cabeza
- Ritmo cardíaco acelerado
- Náuseas
- Pérdida de conciencia
- En casos graves, daño a los órganos internos
Prevención de la insolación
Para cuidar la salud, el Ministerio de Salud de la Nación Argentina recomienda evitar la exposición directa al sol durante los horarios de mayor radiación (de 10 a 16 horas), especialmente en el caso de bebés y niños pequeños. Además, es fundamental utilizar protección solar y mantenerse hidratado, consumiendo agua segura con frecuencia.
Tratamiento de la insolación
La doctora Luz Rodeles, médica especialista en medicina interna, explicó en un video de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional del Litoral que el organismo humano tiene mecanismos de sudoración que permiten bajar la temperatura alta. Sin embargo, existe la creencia errónea de que sumergirse la cabeza en agua fría puede curar la insolación, lo cual es un mito. La doctora aclara que no hay un tratamiento fisiológico específico para esto, y lo mejor es ingerir líquidos frescos como medida preventiva.
Cuando aparecen los síntomas de insolación, es crucial consultar a un médico lo antes posible. El doctor Ramiro Heredia, del Hospital Clínicas José San Martín en Buenos Aires, detalló que si una persona presenta disminución en el nivel de conciencia, estupor o convulsiones, se debe llamar a una emergencia médica. Es importante retirar el exceso de ropa y mojar a la persona. Si está despierta, se debe enfriar lentamente y llevarla a un lugar más fresco, donde un profesional de la salud podrá evaluar al paciente.
Diferencias entre insolación y golpe de calor
Los términos “insolación” y “golpe de calor” a menudo se utilizan de manera indistinta, pero existen diferencias sutiles entre ambos. La insolación se refiere a la elevación de la temperatura corporal que afecta la termorregulación del cuerpo, siendo la radiación solar una causa frecuente. En cambio, los médicos suelen referirse al “golpe de calor” como una falla en la regulación corporal, que puede ser causada por cualquier extremo de temperatura, no necesariamente por el sol.
Impacto de la insolación en América Latina
Un estudio publicado en PLOS Climate analizó el impacto del calor en América Latina y el Caribe, destacando un notable incremento en las muertes relacionadas con el calor. Entre 2013 y 2022, la mortalidad atribuida a episodios extremos de calor en la región aumentó un 140 % en comparación con el período de 2000 a 2009. Este fenómeno está vinculado a la intensificación de las olas de calor, eventos exacerbados por el cambio climático y fenómenos naturales como El Niño.
Los autores del estudio, Marisol Yglesias-González, Avriel Díaz y Willy Dunbar, pertenecientes a instituciones como la Peruana Cayetano Heredia en Lima y Columbia University en Estados Unidos, advirtieron que factores como la desigualdad socioeconómica, la limitada infraestructura sanitaria y las condiciones urbanas y rurales particulares agravan los riesgos. En zonas como Lima y Bridgetown, el efecto de las islas urbanas, combinado con la falta de espacios verdes, intensifica el riesgo de sufrir problemas relacionados con el calor.
