
Jason Statham, reconocido mundialmente por su carrera en el cine de acción, especialmente en películas como Rápidos y Furiosos, Los Indestructibles, El Transportador, Carrera a la Muerte y Megalodón, tiene un pasado notablemente vinculado al deporte, ya que compitió profesionalmente en saltos ornamentales. Su dedicación y habilidades en este ámbito fueron tan significativas que estuvo a punto de participar en dos Juegos Olímpicos.
Desde una edad temprana, Statham mostró un gran interés por diversas actividades físicas, destacándose en el fútbol. Nacido en Shirebrook, una localidad en Derbyshire, Inglaterra, su vida deportiva dio un giro cuando, a los 10 años, viajó a Miami con sus padres, Barry y Eileen Yates. Durante su estancia en un hotel, se encontró con un hombre que realizaba saltos ornamentales, lo que despertó su interés por este deporte. Statham comentó: “Me uní a un club cuando tenía 11 ó 12 años. En menos de un año ya formaba parte del equipo británico y empecé a ganar impulso. Pasé los siguientes años haciendo eso”. Esta experiencia le permitió viajar por el mundo y competir a un nivel considerable, enseñándole disciplina y concentración, además de mantenerlo alejado de problemas, como mencionó en una entrevista con la periodista Katie Couric.
A los 18 años, Statham estaba inscrito en la Escuela Nacional de Clavados del Reino Unido, un centro de formación para atletas de alto rendimiento, con el objetivo de cumplir su sueño de participar en los Juegos Olímpicos. A pesar de su dedicación, no logró clasificar para los torneos preliminares de Seúl 1988 y Barcelona 1992. Recordó: “Llegué a tres eventos de clasificación olímpica, pero nunca me pude clasificar. Participé en muchísimos torneos internacionales”. Además de los Juegos Olímpicos mencionados, representó a la Mancomunidad en Auckland, Nueva Zelanda, en 1990, donde compitió en varias categorías: trampolín de 1 metro (octavo lugar), trampolín de 3 metros (undécimo lugar) y plataforma de 10 metros (décimo lugar). Sin embargo, no tuvo la oportunidad de subir al podio, lo que consideró un poco doloroso, afirmando: “Empecé demasiado tarde. Probablemente, era lo mío tampoco. Debería haber probado un deporte diferente”.
A pesar de su frustración, Statham continuó explorando su potencial en el deporte, lo que, según él, le ayudó a concentrarse mejor y a tomar su carrera actoral más en serio. En una reflexión para la BBC en 2008, expresó: “Creo que logré (en deportes) ayudó a concentrarme mejor y a tomar mi carrera actoral en serio”. Su carrera en los saltos ornamentales llegó a un punto crítico durante las competiciones clasificatorias en España, donde la organización británica solo enviaba a los mejores saltadores, y Statham terminó en tercera posición. A pesar de no cumplir su objetivo en los saltos ornamentales, esta experiencia le abrió puertas en el mundo de la moda, permitiéndole trabajar como modelo para marcas reconocidas como Tommy Hilfiger y Levi’s.
En el ámbito del cine, Statham es conocido por realizar sus propias escenas de acción, sin utilizar dobles para las acrobacias complejas, lo que él considera que añade credibilidad a su actuación. Además de los saltos ornamentales, también dedicó tiempo a la natación y a las artes marciales. A pesar de haber competido de forma profesional, según Bleacher Report, posee un cinturón púrpura en jiu-jitsu brasileño. Su disciplina preferida es el kickboxing, que utiliza en la mayoría de sus papeles como actor. Además, ha adquirido conocimientos en técnicas de artes marciales chinas, karate, taekwondo, wushu y derribos de judo.