Cambio climático: dos factores críticos que amenazan la salud en América Latina

Impacto del cambio climático en la salud de América Latina: dos factores clave.
Impacto del cambio climático en la salud de América Latina: dos factores clave.

El informe titulado “Lancet Countdown” ha sido elaborado por un grupo de 122 expertos provenientes de 57 instituciones académicas y organismos de las Naciones Unidas en todo el mundo. Este documento resalta la urgencia de limitar el calentamiento global para evitar efectos climáticos más severos. A pesar de los esfuerzos realizados bajo el Acuerdo de París, se encuentra cerca de exceder el objetivo de 1,5 grados sobre los niveles preindustriales. Los autores del informe sugieren redirigir el financiamiento destinado a los combustibles fósiles hacia la energía limpia para mejorar tanto la salud como la economía global. El cambio climático está afectando al planeta Tierra, y las actividades humanas representan una amenaza fundamental para las personas.

Impactos del cambio climático en América Latina

La nueva edición del informe detalla dos impactos principales que se registraron en la región de América Latina durante el año pasado: el aumento de la incidencia de dengue y las sequías que afectaron a Brasil, Argentina y Uruguay. Se menciona que la carga de estas enfermedades ha sido impulsada por condiciones ambientales cada vez más favorables para los mosquitos que transmiten el virus, así como por la movilidad humana y la urbanización. En años anteriores, se habían reportado 5 millones de casos de dengue en todo el mundo, y el informe destaca que las condiciones climáticas son beneficiosas para las poblaciones que facilitan la transmisión del virus.

Según un informe de Infobae del 24 de octubre de 2024, la situación ha empeorado, con un aumento del 215% en el número de personas afectadas en comparación con 2023, según registros de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Otros fenómenos climáticos han sido sin precedentes en la región del Amazonas, que es especialmente vulnerable. Las condiciones climáticas exacerbadas han mostrado una interacción entre las precipitaciones y la exposición a la vulnerabilidad, lo que ha producido una grave escasez de agua y una pérdida del 15% en la producción de cereales.

Yasna Palmeiro Silva, coautora del reporte y doctora investigadora en el grupo de Latinoamérica, explicó que “las sequías tienen diversas causas: el sobreuso y mal uso humano del agua, así como la disminución de las precipitaciones debido a variaciones naturales y al cambio climático antropogénico”. La falta de agua potable afecta el consumo humano, lo que genera deshidratación y problemas renales y cardiovasculares. “En caso de no tener acceso a agua segura para consumir, se pueden desencadenar enfermedades e infecciones relacionadas con el agua contaminada, como diarreas intestinales, parasitarias y otras intoxicaciones por metales o contaminantes”, puntualizó. Además, las personas expuestas a estas amenazas pueden experimentar estrés y ansiedad. Los pequeños agricultores también verán mermada su posibilidad de acceso a alimentos y su capacidad de venta.

Financiamiento y acciones necesarias

El informe también contiene información sobre las regiones afectadas y fue financiado por el Wellcome Trust del Reino Unido. Esta es la octava publicación del informe, que se presenta en colaboración con Global y se publica en vísperas de la 29ª Conferencia de las Partes (COP) de las Naciones Unidas, que se llevará a cabo en Bakú, Azerbaiyán, del 11 al 22 de noviembre. Esta conferencia será una oportunidad crucial para acelerar la acción en la lucha contra la crisis climática. Desde Latinoamérica, el Centro Latinoamericano de Excelencia en Cambio Climático ha estado involucrado activamente en la investigación y respuesta a los desafíos de la región, según señala el reporte.

El estudio también menciona un análisis realizado en Perú, que mostró la percepción indígena sobre el impacto del cambio climático en el bienestar de las comunidades locales. Además, se destacó la importancia de reconocer y utilizar el conocimiento local para la adaptación al cambio climático. Los autores advirtieron que, para preservar un futuro habitable, es necesario actuar con carácter urgente. De esta manera, alinearon las evidencias con el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), que en 2015 firmó un acuerdo en el que los países se comprometieron a reducir sustancialmente las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero y a mantener el aumento de la temperatura media a largo plazo muy por debajo de 2 grados respecto a los niveles preindustriales, y a proseguir los esfuerzos para limitarlo a 1,5 grados.

El informe afirma que la esperanza inicial generada en 2015 se ha visto amenazada, ya que “el mundo está peligrosamente cerca de cumplir con un aumento promedio de 1,5°C“. En 2024, la temperatura media ha alcanzado un récord de 1,45°C por encima de los niveles preindustriales, lo que ha llevado a nuevas temperaturas extremas. “Estos extremos están afectando las vidas y los medios de subsistencia en todo el mundo”, señalaron los autores.

Se hizo un llamado a destinar miles de millones de dólares a financiar alternativas que tengan un uso diferente. Deberían emplearse para impulsar una transición rápida y justa hacia emisiones netas cero, en lugar de dañar el medio ambiente. “El balance de esta inminente inacción climática revela hallazgos preocupantes de nuestros ocho años de monitoreo”, afirmó Marina Romanello, directora ejecutiva de University College London. “Ninguna persona es inmune a la expansión implacable de estos peligros para la salud, que amenazan con revertir el progreso limitado logrado hasta ahora y alejar aún más un futuro saludable”, añadió. Romanello subrayó que “la amenaza es clara: vemos que los recursos financieros continúan siendo invertidos en las mismas cosas que socavan nuestra salud. Reutilizar esos fondos e invertir en la industria de la salud proporcionaría una eficiencia energética equitativa y saludable, beneficiando en última instancia a la población global.”