Gobierno facilita importación de autos híbridos y eléctricos sin aranceles, pero con nuevas normativas de homologación

Simplificación de trámites en la importación de autos: beneficios de la nueva Ley de Tránsito.
Simplificación de trámites en la importación de autos: beneficios de la nueva Ley de Tránsito.

El Gobierno ha implementado un decreto de reforma a la Ley Nacional de Tránsito, que incluye medidas significativas para la importación de vehículos híbridos y eléctricos, permitiendo su ingreso al país sin el pago de aranceles adicionales. Esta normativa, que se dio a conocer el martes, tiene un impacto inmediato en el sector automotriz y busca fomentar el uso de tecnologías más limpias en el transporte.

Detalles de la reforma

Entre las disposiciones más relevantes se encuentra el artículo 28, que establece que todos los vehículos automotores, así como acoplados y semiacoplados de producción seriada y 0 km, tanto de fabricación nacional como importados, deberán contar con la respectiva Licencia de Configuración de Modelo (LCM) y la Licencia Ambiental (LCA) para poder ser habilitados al tránsito público. La LCM asegura el correcto funcionamiento mecánico relacionado con la seguridad, mientras que la LCA se ocupa de las emisiones contaminantes.

Es importante destacar que, a diferencia de lo que se había interpretado de manera informal, tanto la LCM como la LCA seguirán existiendo como requisitos para certificar que los vehículos pueden circular por la vía pública. Esto implica que no solo los automóviles importados, sino también los de fabricación nacional, deberán cumplir con la homologación de emisiones.

Normas de certificación

La resolución modificada también establece que, en el caso de las importaciones de automóviles de serie, se podrán considerar válidas las certificaciones industriales internacionales que los fabricantes hayan obtenido para sus modelos comercializados en países que son considerados “de alta vigilancia” en materia medioambiental. Estas normas están identificadas con la nomenclatura técnica TRANS/WP29/343, que representa la certificación emitida por algún organismo certificador reconocido por las Naciones Unidas. Esta certificación será suficiente para acreditar que los vehículos pueden circular en el territorio argentino.

El beneficio de esta medida incluye un cupo de 50.000 unidades arancelarias. Un aspecto que aún faltaba resolver era el interés de las terminales automotrices y los importadores oficiales en importar vehículos a un precio menor a USD 16.000 FOB. Para estos casos, se aplicará un 35% de derechos de importación, que se aplicará a los vehículos que provengan de Estados Unidos, Europa o Asia.

Registro de solicitudes y homologación

El registro de solicitudes ya ha sido habilitado, lo que permitirá establecer qué vehículos podrían ser habilitados para hacer embarques que lleguen a Argentina en los próximos dos meses, que es el tiempo habitual de traslado de los buques que vienen de países como China, Corea del Sur o Japón. Para los modelos nacionales que deseen homologarse para su uso público, los fabricantes deberán realizar un trámite ante el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) y la Secretaría de Turismo, Ambiente y Deportes.

La LCM será gestionada por el INTI, que se encargará de determinar los laboratorios de ensayos requeridos para la obtención de la certificación industrial. Además, se ha confeccionado otro documento válido para automotores, acoplados y casas rodantes, denominado Certificado de Seguridad Vial (CSV). Este certificado se aplicará a los automóviles cuando se importe un vehículo de manera individual, ya sea por una persona física o jurídica.

El CSV será emitido por la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), y según explicaron fuentes del Gobierno, esta herramienta se extiende para que, en el caso de tratarse de importaciones individuales, la documentación exigida sea accesible para las personas físicas. Sin embargo, el importador individual deberá presentar ante la ANSV la solicitud para extender la autorización del automóvil particular.

Este proceso es aplicable a diversas marcas, como Tesla y Rolls-Royce, siempre que los vehículos estén fabricados bajo estándares que permitan una rápida homologación.