Las infusiones digestivas: ¿por qué se han vuelto esenciales en la salud cotidiana?

Descubre las 8 infusiones digestivas ideales para disfrutar tras tus comidas.
Descubre las 8 infusiones digestivas ideales para disfrutar tras tus comidas.

Las infusiones han sido parte integral de la medicina natural desde tiempos antiguos. Su preparación es sencilla y accesible, lo que permite extraer las propiedades de hojas, flores y raíces de diversas plantas, brindando beneficios para la salud. En la actualidad, estas bebidas han evolucionado más allá de ser remedios ocasionales, consolidándose como aliadas cotidianas en el cuidado del organismo, promoviendo desde la relajación hasta el fortalecimiento del sistema inmunológico. Uno de sus usos más valorados es el apoyo a la digestión, ayudando a prevenir o aliviar molestias gastrointestinales comunes. ¿Qué hace que estas infusiones sean una opción tan efectiva? El contenido de compuestos bioactivos, como flavonoides, polifenoles y aceites esenciales, les confiere propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y carminativas. Además, su consumo puede ser una pausa revitalizante en medio del estrés diario, integrando tanto aspectos físicos como emocionales.

Las 10 mejores infusiones digestivas

1. Manzanilla (Chamaemelum nobile)

La manzanilla ha sido utilizada durante siglos para tratar diversas dolencias. Según un estudio de la Universidad Harvard, esta infusión apoya el sistema inmunológico y destaca por su capacidad para aliviar los síntomas del síndrome premenstrual, gracias a los efectos analgésicos y antiinflamatorios atribuidos al bisabolol, que inhibe procesos inflamatorios en el cuerpo. Además, es ampliamente reconocida por su impacto positivo en la salud digestiva, aliviando indigestión, náuseas y espasmos, y relajando el músculo liso del tracto digestivo. También ha demostrado ser efectiva en el manejo del estrés, la ansiedad y los trastornos del sueño, favoreciendo ciclos de descanso saludables a través de su acción sobre el neurotransmisor GABA.

2. Jengibre (Zingiber officinale)

El jengibre, una raíz aromática y picante, es conocido por su versatilidad y potentes propiedades. Según Johns Hopkins, favorece el vaciado del estómago, ayudando a aliviar náuseas causadas por el embarazo, mareos por movimiento e incluso efectos secundarios de la quimioterapia. Esta raíz también ayuda a reducir la hinchazón y los gases, así como el estreñimiento, mejorando la salud digestiva en general. Sus moléculas antioxidantes protegen las células del daño causado por los radicales libres, lo que puede contribuir a controlar la inflamación.

3. Hierba luisa (Cymbopogon citratus)

La hierba luisa, conocida también como té limoncillo, pertenece a la familia de las poáceas y destaca por sus múltiples propiedades terapéuticas. Investigaciones de la Tecnológica Mixteca han demostrado que esta planta es rica en terpénicos, como el citral, que le otorgan propiedades digestivas y antiinflamatorias. Estas características no solo la hacen ideal para problemas estomacales, sino que también favorecen el equilibrio nervioso, convirtiéndola en una opción perfecta para combatir el insomnio y mejorar la calidad del sueño.

4. Boldo (Peumus boldus)

Las hojas de boldo han sido utilizadas tradicionalmente para tratar afecciones hepáticas. Según la Pontificia Católica de Valparaíso, estas hojas poseen propiedades hepatoprotectoras que mejoran la función del hígado y la vesícula, favoreciendo la reparación de tejidos hepáticos. Además, su acción antiinflamatoria y antioxidante las convierte en un remedio natural eficaz para problemas estomacales y de daño oxidativo.

5. Hinojo (Foeniculum vulgare)

El hinojo, una planta mediterránea, es apreciado por sus propiedades digestivas. La Academia Española de Nutrición y Dietética ha señalado que sus principios activos, como los flavonoides, tienen efectos antiespasmódicos que ayudan a reducir los gases gastrointestinales. Aunque se le atribuyen propiedades expectorantes y galactógenas, es importante consumirlo con moderación, ya que su aceite puede ser neurotóxico en dosis altas y fitoestrogénico, lo que lo hace contraindicado en ciertos casos de cáncer. Además, puede interferir con antibióticos como la ciprofloxacina. Sin embargo, después de las comidas, es seguro y efectivo disfrutar de su sabor ligero y placentero.

6. Menta (Menta piperita)

La menta es conocida por su característico sabor refrescante y ofrece múltiples beneficios para la salud, especialmente en el ámbito digestivo y respiratorio. Según Tua Saúde, es útil para problemas digestivos como náuseas y calambres, actuando como un relajante gastrointestinal. Además, estimula la secreción biliar, facilitando la digestión de grasas en alimentos pesados. Entre otras propiedades, tiene efectos antiinflamatorios, antibacterianos y antivirales, lo que la convierte en un aliado contra gripes y resfriados. También posee propiedades analgésicas y calmantes, útiles para dolores de cabeza, menstruales y estrés.

7. Tomillo (Thymus vulgaris)

El tomillo es conocido tanto por sus aplicaciones culinarias como medicinales. Un artículo de divulgación científica de Cienciorama de la UNAM destaca su notable actividad antibacteriana, logrando inhibir el crecimiento bacteriano en un 100%. Esto es relevante para la salud digestiva, ya que protege frente a infecciones. Además, sus propiedades carminativas ayudan a prevenir problemas gástricos e intestinales, convirtiéndolo en una excelente elección para acompañar comidas copiosas.

8. Anís (Pimpinella anisum)

El anís, especialmente el anís estrellado, ha sido utilizado tradicionalmente como carminativo. El anetol, su componente activo, alivia y reduce el malestar, mejorando el tránsito intestinal. Un estudio publicado en el Journal of Ethnopharmacology concluyó que el anís puede ayudar a quienes sufren de síndrome del intestino irritable (SII), así como a aquellos que experimentan dolor abdominal y digestiones pesadas, siendo una opción dulce y suave muy agradable.