María Anna Mozart: el talento oculto que eclipsó a su hermano Wolfgang en la música clásica

Descubre el legado oculto de María Anna
Descubre el legado oculto de María Anna

La historia de María Anna Mozart, conocida como ‘Nannerl’, revela el talento musical que poseía y su influencia en la obra de su hermano, Wolfgang Amadeus Mozart. A pesar de su prometedora carrera, las limitaciones sociales de su tiempo la llevaron a renunciar a su pasión por la música.

Los inicios de María Anna Mozart

En el siglo XVIII, no fue Wolfgang quien primero impresionó a Europa con su música, sino su hermana, María Anna. Durante una gira por ciudades como Viena, Múnich, París, Países Bajos y Londres, ‘Nannerl’ fue reconocida como una de las figuras musicales más prometedoras, destacándose por su “virtuosismo” y “prodigio”. Además de ser una talentosa compositora, se dice que María Anna escribió e inspiró algunas de las obras de su hermano. Sin embargo, su carrera se vio truncada cuando decidió casarse, lo que permitió que Wolfgang asumiera el protagonismo en la familia y se convirtiera en una leyenda del arte moderno.

Los primeros aplausos de María Anna Mozart

Cuando Wolfgang nació en 1756 en Austria, María Anna ya tenía cinco años y comenzaba a aprender música, un pasatiempo que su padre, Leopold, fomentaba. A los siete años, comenzó a tocar instrumentos de teclado bajo la tutela de su padre. Según diversas biografías y archivos históricos, ‘Nannerl’ poseía el potencial de una niña prodigio. Leopold, al reconocer el talento de su hija y el de su hijo, llevó a ambos a realizar presentaciones en actos gratuitos ante la realeza y en festivales de nuevos talentos, donde eran los más jóvenes entre los participantes.

A los 12 años, María Anna ya dominaba el clavicordio y había compuesto más de 600 piezas y sinfonías desde los ocho años. Su hermano la acompañaba en sus presentaciones, y aunque ambos compartían el escenario, la intención de su padre era que Wolfgang se convirtiera en el músico famoso de la familia, dado que el rol de la mujer en esa época se limitaba a la crianza y el matrimonio. Las reseñas de la época elogiaban a ‘Nannerl’ como un talento excepcional, incluso superior al de su hermano. Leopold, en una carta, afirmó: “Mi niña toca las partituras más difíciles que existen con increíble precisión y de manera excelente. Mi pequeña, con tan sólo 12 años, es uno de los músicos más hábiles de Europa”.

Presentaciones y reconocimiento

En 1762, cuando María Anna tenía once años y Wolfgang solo seis, ambos realizaron una presentación para aristócratas en Múnich. El conde Karl von Zinzendorf, presente en el evento, dejó constancia de su admiración en su diario, donde escribió: “El pequeño de Salzburgo y su hermana tocaban el clavecín y la interpretación de su hermana era magistral”.

La carrera truncada de María Anna

La carrera musical de ‘Nannerl’ se vio interrumpida cuando su padre le prohibió continuar en la música y obtener ingresos de ella. Leopold consideraba inapropiado que su hija no dedicara tiempo a las tareas domésticas que se esperaban de las mujeres. Así, Wolfgang perdió a su compañera de gira. A pesar de esto, María Anna continuó componiendo y envió una de sus obras a su hermano en 1770, a lo que Wolfgang respondió en una carta que se ha convertido en un documento histórico: “Mi querida hermana, estoy impresionado de que puedas componer tan bien, en una palabra, la obra que escribiste es hermosa”. Sin embargo, esta composición no fue incluida en el repertorio de Mozart.

Colaboración y apoyo mutuo

La primera sinfonía de Wolfgang fue compuesta en Londres cuando tenía solo ocho años, y se sabe que su hermana lo asistía en la escritura de muchas de sus composiciones. Aunque no está claro el grado de su colaboración, ‘Nannerl’ continuó ayudando a su hermano hasta los once años. Era no solo su hermana mayor, sino también su compañera y confidente. Cuando llegó el momento de casarse, su vida cambió y no pudo seguir acompañando a los Mozart en sus giras, aunque continuó escribiendo música hasta su matrimonio en 1784.

El matrimonio y el distanciamiento

María Anna se casó con Johann von Berchtold zu Sonnenburg, un matrimonio aceptado por su padre, Leopold, cuando ella tenía 33 años. Mientras tanto, Wolfgang Amadeus Mozart se consolidaba como una figura legendaria en la música. A pesar de la distancia física, las cartas entre los hermanos fueron cruciales para preservar el legado de Wolfgang. Sin embargo, el matrimonio de ‘Nannerl’ no la libró de las decisiones autoritarias de su padre, quien se quedó con su hijo recién nacido en 1785, lo que generó un distanciamiento entre ella y su hermano.

El legado de María Anna Mozart

Tras la muerte de su padre, ‘Nannerl’ recuperó a su hijo y, aunque al principio su hermano le dedicaba algunas sinfonías, la enemistad con su cuñada llevó a un distanciamiento que duró tres años, hasta la muerte de Wolfgang. Su fallecimiento afectó profundamente a María Anna, quien, dejando de lado sus diferencias con Constanze, trabajó junto a ella en una biografía de Mozart para organizar su obra.

Después de quedar viuda y con una situación económica estable gracias a las herencias, ‘Nannerl’ retomó su pasión por la música y comenzó a dar clases de piano. Sin embargo, su salud se deterioró y comenzó a perder la vista, falleciendo a los 78 años. A lo largo del tiempo, el legado de María Anna Mozart ha sido reivindicado, recordándola como una compositora influyente que, a pesar de las limitaciones de su época, dejó una huella en la música clásica.