
El 22 de febrero de 2003, el Festival de Viña del Mar fue testigo de una actuación memorable y controvertida de Jorge González, líder de Los Prisioneros, que marcó la última presentación de la banda en este evento internacional. Durante su actuación, González interpretó la canción Sexo, mientras el público lo animaba con gritos de apoyo y pifias. Esta presentación se tornó icónica no solo por la música, sino también por las declaraciones improvisadas de González, que generaron reacciones diversas en la audiencia y en los ejecutivos del canal que transmitía el evento, Canal 13, en ese momento bajo la influencia de la Universidad Católica.
Contexto del Festival de Viña del Mar
La edición de 2003 del Festival de Viña del Mar se caracterizó por su programación influenciada por la Iglesia Católica, lo que se reflejó en la censura y el control sobre el contenido que se presentaba en televisión. Alfonso Carbone, quien era el director de Warner Music Chile en ese momento, compartió en el podcast Necesito Poder Respirar: La Vida de Jorge González cómo se vivieron los días previos a la actuación de la banda.
Las advertencias antes de la actuación
Carbone relató que el director del festival, Ricardo de la Fuente, le había expresado su preocupación: “mira Alfonso, no me importa que hable de Pinochet, no importa que hable de Joaquín Lavín, pero por favor, que no hable de la Iglesia”. A pesar de las advertencias, González, conocido por su estilo provocador, no se contuvo. Carbone le transmitió el mensaje a González, quien respondió: “quédate tranquilo que no voy a decir nada”.
La actuación y las reacciones
Sin embargo, durante su actuación, González improvisó un discurso que incluía críticas a la Iglesia y a la hipocresía de la televisión. “El curita con el sermón… sexo. El curita con el sermón… sexo. El manso culo en la televisión… sexo”, fueron algunas de las frases que pronunció, lo que provocó una mezcla de risas y pifias en el público. Su discurso continuó con críticas a la falta de acción de la Iglesia frente a problemas sociales, diciendo: “el curita hablando de amor de Jesús, pero cuando torturan y matan se queda callado”.
Reacciones en el canal
Las reacciones no se limitaron al público. En la sala de control, Mercedes Ducci, una figura influyente en Canal 13, exigía que se cortara la transmisión de González. Carbone recordó que ella decía “córtalo, córtalo a ese” mientras él se escondía debajo de la mesa, y De la Fuente respondía que no podían hacerlo porque sería peor.
Reflexiones sobre el impacto de la actuación
En 2023, con motivo del vigésimo aniversario de este evento, La Tercera entrevistó a Carlos Fonseca, el mánager de la banda, quien recordó que la situación fue caótica y que la reacción de los ejecutivos fue de molestia, aunque no hubo consecuencias severas. Enrique García, director ejecutivo de Canal 13 en ese momento, también compartió su perspectiva, afirmando que desde el principio decidió no cortar el show, ya que hacerlo habría significado renunciar al proyecto de transformación del canal hacia una audiencia más joven y diversa.
La actuación de Los Prisioneros en el Festival de Viña del Mar de 2003 se mantiene como un hito en la historia de la música chilena y un ejemplo de la tensión entre la libertad de expresión y la censura en los medios de comunicación.