
La soledad puede tener efectos perjudiciales para la salud. Estudios científicos han demostrado que vivir en aislamiento representa un factor de riesgo significativo. De hecho, se ha encontrado que la soledad puede ser tan dañina como fumar 15 cigarrillos al día. Estos hallazgos subrayan el impacto que la falta de conexión social tiene en el bienestar físico y mental de las personas. Sin embargo, muchas personas se encuentran acompañadas, pero no es tarea fácil. Distintas circunstancias pueden haberlas sumido en la soledad, desde mudarse a una nueva ciudad o país, hasta jubilarse o divorciarse, siendo estos motivos impulsores de la pérdida de afectos. Por ello, volver a hacer amigos puede resultar complicado.
La dificultad de hacer amigos en la adultez
La doctora Graciela Moreschi, médica psiquiatra y escritora, respondió a Infobae sobre si es más difícil hacerse nuevos amigos cuando se es adulto. Ella afirmó: “Se puede hacer en todas las épocas de la vida. Hasta creo que en la vejez podría ser incluso más fácil si no existiera el prejuicio de que solo se hace en la juventud o infancia. Hay que replantear la amistad”. Moreschi agregó: “Definitivamente, en la adultez hay que pelear contra la idea de que esto no es posible, pero también hay que entender que el encierro se explica por muchísimas razones, como la timidez, pero la creencia de que no es posible”.
La especialista explicó que muchas personas dicen: “No, a esta altura de la vida, no puedo”, lo cual es una afirmación general que tiene que ver con cómo miran hacia el pasado y creen que entre los 25 y 50 años definitivamente se “retiran” antes. Moreschi describió que sienten que todo lo que hicieron en su vida no les permite realizar nuevas amistades.
La importancia de salir de la zona de confort
La doctora Moreschi destacó que es muy importante salir de esa posición y conservar viejas amistades, así como renovarse, ya que esto brinda otros beneficios. Ella señaló: “Hay amistades históricas que nacen en la infancia y adolescencia y recorren toda la vida. Otras son transversales, es decir, aparecen en un momento y son mucho más efectivas porque guardan recuerdos. Muchas veces, estas últimas terminan siendo relaciones enquistadas, donde el peso del tiempo está activo, repitiendo automáticas felicitaciones, cumpleaños, etc.”.
En cambio, Moreschi mencionó que aquellas amistades que se forman en un determinado momento, donde se comparten los mismos intereses y se pasan por las mismas situaciones, como vivir en el mismo barrio, practicar la misma actividad o haber sido padres, son ejemplos de relaciones que pueden ser más significativas.
Beneficios de cultivar amistades
Cultivar amistades es un buen antídoto que contribuye a prevenir y contrarrestar diversas dolencias. Se ha descubierto que las personas que disfrutan de una red social estable tienen mejor salud cardiovascular, sufren menos estrés, son menos propensas a enfermedades y viven con mayor satisfacción y felicidad. Además, los vínculos sociales sostienen reservas de conocimiento en el cerebro, lo que ayuda a ejercitar la memoria y desplegar habilidades intelectuales.
Recientemente, una investigación realizada por expertos del Centro de Envejecimiento Cerebral Saludable (CHeBA) de la Universidad Nueva Gales del Sur en Sídney, postuló que participar en grupos comunitarios se asocia con una mayor longevidad y un deterioro cognitivo más lento, y, por ende, con una mejor calidad de vida. Los expertos afirman que la calidad de las redes sociales es más importante que la cantidad, destacando que no se trata solo de tener muchos compañeros de trabajo o amigos, sino de tener relaciones cercanas y significativas.
Definición de amistad
La licenciada María Fernanda Rivas, psicóloga y psicoanalista, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina, definió la amistad como una relación donde se puede abandonar temporalmente la “máscara social” y mostrarse “entrecasa”, estableciendo una situación de intimidad y compartiendo el estado afectivo. Rivas asocia la amistad con la capacidad de estar “a solas” con otra persona, sin que esto cause incomodidad, y la disponibilidad emocional de ambos.
Ella explicó: “Un amigo suele ser testigo de diferentes aconteceres en nuestra vida: crecimiento, logros, dolores, alegrías. Por tal motivo, participa en la construcción de nuestra identidad y posee recuerdos que quizás hemos olvidado o deformado. Puede acercarnos a nuestras distintas ‘versiones’ para que podamos reconocernos”. La verdadera amistad requiere tiempo, afecto, historias compartidas, acuerdos y desacuerdos, así como la libertad de elegir cada encuentro.
La química de la amistad
En su columna en Psychology Today, el doctor Frank McAndrew, profesor de psicología en Knox College, explicó que la mayoría de las personas tienen un sentido intuitivo de cómo ve y siente la química con alguien. La facilidad y fluidez para interactuar con otros, la suavidad y sincronía en los comportamientos verbales, el turno de conversación y la forma en que se despliega el humor son aspectos que contribuyen a esta química.
McAndrew añadió: “Es confianza en leer las emociones e intenciones de los demás correctamente. Toda experiencia interpersonal es energizante y divertida, y las interacciones son impulsadas por la suma de sus partes”. En este sentido, el experto desarrolló un instrumento llamado “Cuestionario de Química de la Amistad” que identifica cinco principales factores que contribuyen a la formación de amistades:
- Honestidad recíproca
- Apertura
- Intereses mutuos
- Calidez agradable
- Valores y cosmovisiones similares
- Atracción física
El número de Dunbar y la amistad en la adultez
Según el psicólogo y antropólogo británico Robin Dunbar, se sostiene que una persona puede mantener unas 150 amistades a lo largo de su vida. De hecho, esta teoría fue concebida a fines del siglo XX y se conoce como el “número de Dunbar”. Este número incluye a aquellos que forman parte del círculo íntimo, según postula el autor. Para tener amigos, la clave está en abrirse y “hay que creer que sí se puede tener amigos”.
Dunbar también recomendó “buscar actividades que les interesen” y completó: “En grupo, se puede tratar de identificar quién tiene empatía y partir de ahí, encontrar un interés común, acercarse, acompañarse, pedirle el teléfono, hablar mientras se hace algo, como baile, literatura o pintura. Hay muchos talleres gratuitos donde se puede concurrir a hacer amigos”.
Consejos para mantener amistades
Por otro lado, Marisa Franco, exprofesora de la Universidad Estatal de Georgia e investigadora asociada a la Millennium Challenge Corporation, afirmó en un portal que se deben proponer fórmulas respaldadas por la ciencia para mantener amistades hasta 2025. Franco sugirió comunicarse con frecuencia y hacer un esfuerzo. Ella explicó: “Cuando somos niños, los ambientes organizados, como la escuela y las actividades extracurriculares, nos brindan un lugar perfecto que permite la interacción continua y la vulnerabilidad compartida”. La socióloga Rebecca G. Adams identificó dos cosas que crean las bases de la amistad.
Franco concluyó que, como adultos, probablemente necesitemos recrear escenarios que nos permitan mantener y profundizar amistades. Esto puede lograrse a través de mensajes de WhatsApp, llamadas, o incluso organizando un café o una cena mensual. Celebrar triunfos y expresar gratitud son también aspectos importantes. La experta aconsejó expresar significados a través de pequeños gestos, como notas escritas a mano o regalos sinceros.
Más consejos incluyen:
- Brindar apoyo
- Convenir una fecha, aunque sea lejana, y respetarla
- Ser sinceros
- Tener aceptación
- Expandir las amistades actuales