La tos ferina está experimentando un aumento significativo en Estados Unidos, con un incremento notable en los casos reportados en todo el país. La enfermedad, conocida también como pertussis, puede afectar tanto a adultos como a niños. La Dra. Tina Tan, presidenta de la Sociedad Americana de Enfermedades Infecciosas (IDSA, por sus siglas en inglés), destacó que “los adolescentes son una fuente de transmisión en la comunidad, porque muchos médicos todavía creen que es solo una enfermedad pediátrica”. La Dra. Tan, quien es profesora de enfermedades infecciosas pediátricas en la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern en Chicago, añadió que “también creen que si una persona ha recibido las vacunas en la infancia, está protegida de por vida, lo cual no es cierto”.
Aumento de casos y estadísticas
Las autoridades de salud en EE.UU. han informado recientemente que los casos de tos ferina están aumentando al ritmo más rápido que se ha visto en años. Hasta el 19 de octubre de 2023, se han reportado 19,662 casos en comparación con los 4,358 reportados en el mismo periodo del año pasado, según los datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés). Esto representa un aumento de cinco veces en el número de casos.
Los estados con mayor cantidad de casos reportados incluyen Pensilvania con 2,301 casos, seguido de Nueva York con 1,999, Illinois con 1,276, Wisconsin con 1,249 y Ohio con 944, según los datos del CDC. La Dra. Tan describió la tos ferina como una enfermedad “altamente transmisible”, similar al sarampión.
Grupos de riesgo y síntomas
Cualquier persona puede infectarse con la tos ferina, pero los bebés menores de 6 meses, las personas con inmunodeficiencias y los ancianos tienen un riesgo alto de sufrir complicaciones graves e incluso la muerte. El síntoma más común de la tos ferina es una tos prolongada que aparece de forma repentina e intensa. Los episodios de tos pueden durar mucho tiempo y la persona infectada puede ser contagiosa hasta un mes después de que comienzan los síntomas.
Las epidemias de tos ferina generalmente ocurren cada tres años, pero este ciclo se interrumpió durante la pandemia de COVID-19, cuando las medidas de aislamiento social y el uso de mascarillas ayudaron a reducir la transmisión. Sin embargo, con el levantamiento de estas protecciones, se ha observado un aumento en la infecciosidad de la tos ferina, lo que se ha visto exacerbado por la reducción de las tasas de vacunación rutinaria entre todos los grupos de edad. Esto ha dejado a un número significativo de personas susceptibles a la infección por tos ferina, lo que facilita su propagación, explicó la Dra. Tan.
Diagnóstico y tratamiento
El diagnóstico de la tos ferina es crucial y debe ser tratado con antibióticos. Además, se recomienda que los contactos cercanos de una persona infectada reciban profilaxis con antibióticos para prevenir la propagación de la enfermedad. Las autoridades de salud de EE.UU. ofrecen información sobre la tos ferina y su prevención, destacando la importancia de la vacunación y el diagnóstico temprano para controlar la enfermedad.
