
La reciente aprobación del primer ensayo clínico para realizar trasplantes de riñón de cerdos modificados genéticamente en humanos, anunciada esta semana, representa un avance significativo en el campo de la medicina y abre nuevas oportunidades para abordar la escasez de órganos disponibles para trasplante. Esta decisión, tomada por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA), permite que, por primera vez, este tipo de intervenciones se realicen en personas vivas dentro de un estudio controlado, en lugar de ser consideradas únicamente como un último recurso compasivo para pacientes con salud muy deteriorada y sin otras opciones médicas para sobrevivir. Este cambio se produce tras una serie de xenotrasplantes realizados en el pasado.
Xenotrasplantes: una alternativa en investigación
Los xenotrasplantes, que implican el trasplante de órganos entre diferentes especies, han sido objeto de investigación durante más de 30 años. Sin embargo, su desarrollo ha estado limitado principalmente por dos factores: el rechazo inmunológico del órgano trasplantado y el riesgo de transmisión de enfermedades zoonóticas. No obstante, los avances en edición genética y en técnicas de inmunosupresión han permitido a los científicos modificar genes para hacer que los órganos de cerdo sean más compatibles con el cuerpo humano, reduciendo así los riesgos de rechazo.
Según el Ministerio de Salud de Argentina, este procedimiento implica “un trasplante de animales a humanos con finalidad clínica”. La principal limitación de estos trasplantes es la intensidad del rechazo, que es tanto más fuerte cuanto más alejada filogenéticamente esté la especie del ser humano. Los cerdos se consideran una fuente idónea para xenotrasplantes debido a su biología y a los avances en biotecnología que estudian cómo evitar los fenómenos de rechazo, apuntando a la obtención de transgénicos capaces de anular la activación del sistema complemento humano.
Detalles del ensayo clínico aprobado
La aprobación de la FDA fue liderada por la empresa United Therapeutics, con sede en Silver Spring, Maryland, Estados Unidos, que ha trabajado para garantizar la compatibilidad de los riñones de cerdo con el organismo humano. En esta fase del ensayo, se prevé que seis pacientes con enfermedad renal terminal reciban riñones de cerdo modificados genéticamente. Si los resultados son positivos, el estudio se ampliará a 50 participantes. Se espera que el ensayo se realice a mediados de este año. La empresa ha indicado que los pacientes que están en lista de espera para un trasplante de riñón enfrentan una baja probabilidad de recibir un órgano de donante fallecido en un período de cinco años.
El doctor Adrián Abalovich, presidente de la Comisión de Trasplantes de la Sociedad Argentina de Nefrología, afirmó que este ensayo permitirá estudiar la biología del xenotrasplante a través de estudios anatomopatológicos y biopsias. Esto facilitará la identificación de las drogas inmunosupresoras que deben aplicarse. “Entre cada paciente habrá una diferencia de tiempo de tres meses, para asegurar la eficacia y seguridad antes de pasar al siguiente paciente”, explicó Abalovich, quien también es jefe de emergencias del Hospital Eva Perón de San Martín.
Modificaciones genéticas en cerdos
Para llevar a cabo estos trasplantes, se realizan múltiples modificaciones en el ADN de los cerdos. En el caso de United Therapeutics, se han realizado 10 modificaciones genéticas específicas, mientras que otras empresas, como eGenesis, han desarrollado hasta 69 modificaciones. Estas modificaciones se dividen en dos categorías principales: la eliminación de genes en los cerdos que provocan un rechazo inmediato y la incorporación y desactivación de virus que comienzan su actividad en la creación del embrión, el cual es implantado en una cerda sustituta. Los lechones que nacen poseen sistemas inmunológicos que son más compatibles con los humanos.
Sin embargo, el trasplante de órganos de cerdo también debe someterse a pruebas de viabilidad y seguridad. A pesar de los avances significativos, aún existen varios desafíos. Uno de los principales problemas identificados en intentos previos de trasplante en primates fue el rechazo casi inmediato. En el caso de los cerdos, se ha identificado un problema recurrente relacionado con la presencia excesiva de ciertas proteínas en la orina, lo que podría afectar la funcionalidad del órgano trasplantado. Abalovich explicó que “antes, si uno trasplantaba, por ejemplo, un mono, ocurría en 3 a 5 minutos, lo que se llama rechazo hiperagudo. Pero las técnicas genéticas han modificado el genoma de los cerdos, lo que ha permitido que muchos de esos rechazos hiperagudos sean mitigados”.
Expectativas y futuro de los xenotrasplantes
El año pasado, durante una visita a una instalación donde se crían cerdos modificados, las autoridades informaron que habían solicitado permisos para comenzar ensayos clínicos de xenotrasplantes. Este año, según lo anunciado por United Therapeutics, se ha dado un paso fundamental, ya que una barrera que parecía infranqueable ha sido superada. La doctora Jay Fishman, especialista en enfermedades infecciosas relacionadas con trasplantes, destacó la importancia de examinar y monitorear a los receptores para detectar infecciones, lo que es crucial para mitigar riesgos. Los donantes de órganos pasan por controles exhaustivos y son monitoreados durante toda su vida.
A pesar de los desafíos, el avance en este campo ha generado expectativas positivas en la comunidad científica. Si los ensayos resultan exitosos, esta tecnología podría convertirse en una solución confiable para la crisis de trasplantes que afecta a miles de personas en todo el mundo. En Estados Unidos, hay aproximadamente 90,000 personas en espera de un riñón. Actualmente, el Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (Incucai) reporta que 5,538 personas están en lista de espera solo para riñones, de un total de 7,282 que esperan un trasplante en general.
En el futuro, se espera que este tipo de procedimientos se expanda a otros órganos, como el corazón y el hígado. De hecho, el investigador Muhammad Mohiuddin de la Universidad de Maryland está solicitando iniciar ensayos que permitirán a los investigadores seleccionar mejor a los primeros participantes para evaluar el trasplante. La selección de los participantes será rigurosa, y se anticipa que deberán tener entre 55 y 70 años para ser elegibles. Tras la cirugía, se evaluará la supervivencia del órgano y la posibilidad de infecciones, lo que podría salvar vidas de manera significativa. Aunque aún quedan incógnitas por resolver, estos avances marcan un punto de inflexión hacia la implementación viable y escalable de tratamientos para enfermedades terminales.