
Wanda Nara transita los últimos días del año en el centro de la atención mediática, donde las luces y sombras se entrelazan sin cesar. El año 2023 fue una verdadera montaña rusa para la empresaria y conductora, marcado por su tratamiento contra la leucemia, que transformó su vida y la de su familia, aunque no logró frenar su carácter indomable. La separación definitiva de Mauro Icardi, las polémicas reavivadas con La China Suárez y la oficialización de su relación con L-Gante le permitieron reinventarse: grabó nuevos temas musicales y condujo proyectos televisivos de gran impacto como Love Is Blind y Bake Off famosos, atravesando conflictos tanto públicos como privados, manteniendo la misma fuerza que la ha definido desde siempre.
En Punta del Este, Nara proyecta un nuevo giro en su carrera, demostrando su capacidad única para dominar el espectáculo, incluso cuando la realidad amenaza con salirse del guion. El 2023 estuvo lleno de emociones intensas, especialmente tras su diagnóstico en el último trimestre del año. El 10 de diciembre, mientras celebraba sus 37 años, deseaba poder pasar el día rodeada de sus seres queridos. Sin embargo, reunir a su familia, que vive en distintos continentes, parecía una tarea casi imposible, pero movió cielo y tierra para que todos pudieran estar juntos. Así, su hijo mayor, Valentino, fruto de su relación con Maxi López, tomó un vuelo de Argentina a Italia para sorprender a su madre en pleno show en vivo de la televisión italiana. Desde allí, ambos viajaron a Turquía para reencontrarse con el resto de sus hijos: Constantino, Benedicto, Francesca e Isabella, además de su madre, Nora Colosimo.
La sorpresa fue que el futbolista Icardi terminó allí también. Esa noche, reservó una cita en uno de los restaurantes más costosos de la ciudad, donde juntos disfrutaron de verdaderos platillos que eran cocinados al lado de su mesa. En la última semana del año, precisamente el 23 de diciembre, Nara se consagró campeona de la edición italiana de Bailando. El 31 de diciembre, en Dubái, el mar y los fuegos artificiales iluminaban su futuro. Rodeada de afectos, alzaba la copa y escribía en Instagram: “Feliz 2024”. Una sonrisa, dos copas brindando, y su corazón jugaba el papel de perfección: esposo devoto, padre ejemplar, dispuesto a borrar cualquier sombra de Wandagate, que, aunque ya lejana, seguía fresca en las memorias digitales.
La verdad comenzaba a filtrarse entre silencios. En enero, comenzaron los rumores de distanciamiento de la pareja, aunque puertas afuera, estos habían disipado. L-Gante, el tercero en discordia en este momento, dejó claras sus impresiones sobre la situación: “Mantenemos contacto. Hablo con ella de vez en cuando”, aseguró, sin ahondar en demasiadas precisiones. Cuando le consultaron si extrañaba a Nara, el músico evadió la respuesta: “Como amigo mío”. A principios de febrero, presentó el tema O Bicho Vai Pegar, filmado en una favela brasileña. Durante ese mes, también se dieron desmentidos. En una entrevista en el programa Intrusos (América), el exponente de la cumbia 420 limitó su amistad con Nara. Según sus palabras, si hubiera tenido un romance, lo habría admitido abiertamente: “Nunca tuve una relación. Tenemos a Elián, que es muy mío, yo trabajo con gente y me encariño, terminamos siendo amigos. Ahora estamos en un momento medio alejados, enojados por algunas cosas. Si hubiera estado conmigo, lo habría dicho tranquilamente”.
Por su parte, Nara tardó en hacerse eco de los comentarios, utilizando sus redes sociales para expresar su opinión: “Cómo revelan pibitas, jajaja”, aunque luego prefirió dar de baja la publicación. En marzo, trató de enfocarse en su carrera. Finalizó las grabaciones de Love Blind, un gran proyecto de Netflix. En público, mostraba una sonrisa perfecta; en privado, la grieta se ensanchaba. El lanzamiento de la canción Money, grabada entre Brasil y Turquía, fue la excusa para festejar en Puerto Madero. Todo cambió de manera inesperada en el mismo restaurante. Ángel Brito relató con habitual precisión: “¿Adivinen quién estaba cara a cara?”. La tensión era evidente. Nara veía la figura que volvía a estar presente en espacios que antes le pertenecían. Mientras declaraba en entrevistas que “Elián es solo un amigo”, los encuentros fuera de cámara comenzaban a levantar sospechas serias.
La canción Amor Verdadero, dedicada y presentada en abril, generó expectativa por su videoclip, donde imágenes de la pareja abrazándose y riendo transmitían un mensaje claro: “Lo nuestro sigue intacto”. Sin embargo, los gestos no eran suficientes para acallar los rumores. Detrás de la producción perfecta, él sentía que el vínculo se le escapaba de las manos. La ausencia emocional era notoria, mientras ella negaba la relación con el cantante, comenzando a leer líneas que no estaban escritas. En el Día de la Madre, celebrado en mayo, Mauro Icardi hizo un gesto desesperado: le envió un ramo gigante de rosas rojas en forma de corazón, acompañado de un conmovedor mensaje en redes: “El amor puro existe”. Esto alcanzó para tapar algunas heridas, aunque los medios seguían afirmando que la amistad entre ellos era fuerte.
El 7 de junio, celebraron su esfuerzo por salvar la relación en su décimo aniversario de casados. Icardi publicó fotos nostálgicas y una larga dedicatoria que hablaba de amor y de las pruebas que habían superado, pero poco después, ella tomó la decisión de separarse. Luis Ventura confirmó lo que muchos sospechaban: “Estoy separada”. La abogada de Nara, Ana Rosenfeld, ratificó la noticia: “Todavía hay un divorcio, sí hay separación”. Fue entonces que en julio, el cantante tardó en reaparecer. En Instagram, Nara publicó mensajes ambiguos con una frase demoledora: “Cero rencor, siempre perdono. ¿Qué problema hay con la obsesión?”. Para escapar del caos, decidió viajar con Francesca e Isabella a las playas de Miami, que se convirtieron en su refugio.
Con el aire frío del invierno en Buenos Aires en agosto, la protagonista de esta historia, cuyas llamas de conflicto nunca se apagaban, regresó al país con el objetivo de retomar su trabajo. Recién regresada de unas vacaciones, la ex de Tamara Báez reapareció con declaraciones ambiguas sobre ambos: “Tenemos confianza extrema. Nos puteamos, pero falta respeto”. Buscando equilibrio, se mostró en un desayuno con su exmarido López y sus hijos. La imagen, compartida en redes, era clara: buscaba reconstruir ciertos lazos. Su exmarido, conciliador, aparecía como un apoyo firme para sus hijos, alejado de su propio turbulento matrimonio.
En septiembre, aún en el aire, Nara puso atención a la nueva temporada que prometía su regreso como conductora estrella en Argentina. Las semanas transcurrían con problemas, pero fiel a su estilo, aprovechaba la oportunidad para jugar al misterio. Abrió la caja de preguntas cuando un seguidor consultó si habría algún “famoso sorpresa” en su programa. Con su característico humor provocador, respondió con una foto frente al espejo, pegando sobre su rostro la pregunta, dejando al descubierto su propia desafiante actitud. En octubre, de manera inesperada, fue absuelto de acusaciones de privación ilegítima de libertad y uso de armas de fuego. La noticia fue un alivio para Elián, quien, con tranquilidad en la mano, celebró a lo grande. En la fiesta de celebración, imágenes filtradas en programas de televisión mostraban a Nara sonriente, con el celular en alto, inmortalizando el momento mientras miraba divertido.
En la declaración del día siguiente al evento, Nara intentó bajar el tono del escándalo: “Estamos tan confundidos ustedes”. Consciente del peso que llevaba, nuevamente se encontraba en el ojo público. Continuaba con su éxito, y la exposición diaria le permitía mostrar su faceta profesional. Siempre atenta a los movimientos de Mauro, cada silencio de él generaba material suficiente para alimentar el ciclo interminable. A finales de noviembre, muchos esperaban la confirmación: un beso transmitido en Instagram con la frase “Te amo”. Organizó un viaje a Río de Janeiro y compartió momentos en Jamaica con la hija del cantante. A su regreso, los flashes capturaron su presencia en un boliche de San Telmo, bailando y riendo, sin que nada pareciera importar.
Mientras se recuperaba de una lesión y se veía envuelta en denuncias judiciales, la figura de La China Suárez volvió a aparecer cercana. En diciembre, con los problemas judiciales en pausa, celebró su cumpleaños rodeada de amigos, además de una fuerte presencia familiar. Se encargó de la mayoría de los detalles, y el corolario del 2024 se convirtió en un evento tanto emotivo como intrigante, especialmente por un comentario romántico subyacente que especulaba sobre un posible compromiso. Acompañados de Andrés Colosimo y Zaira, reforzando la idea de una familia unida, los desafíos dejaron pequeños indicios en una fotografía donde posaron con anillos entrelazados, lo que despertó la especulación sobre un compromiso. Esto se sumó a un video donde comentaron, en tono de broma, que tenían algo que confesar, aunque desmintieron un anuncio concreto. Así, las cosas terminan en un caos que florece en la piel de Nara, quien disfruta mientras lidia con las críticas. La relación con Icardi se mantiene en un estado deteriorado, y la guerra con La China Suárez parece interminable. La historia sigue abierta, y hoy, al cumplir 38 años, Nara resume todo con la frase: “Siempre consigo lo que quiero”.