Héctor “El Güero” Palma: el narco que transformó la violencia en el crimen organizado mexicano

Héctor “El Güero” Palma: Narcotráfico y tragedia en su historia familiar.
Héctor “El Güero” Palma: Narcotráfico y tragedia en su historia familiar.

Héctor Luis Palma Salazar, conocido como “El Güero”, es una figura emblemática en la historia del narcotráfico mexicano. Su vida ha estado ligada al crimen organizado desde sus inicios en el tráfico de drogas hasta su captura y encarcelamiento en Estados Unidos y México. A lo largo de su carrera delictiva, fue protagonista de episodios de violencia, venganza y tragedias personales que moldearon su papel en el mundo del narcotráfico.

Origen y ascenso en el narcotráfico

Originario de Mocorito, Sinaloa, México, Palma comenzó su carrera como sicario, trabajando para varios traficantes antes de consolidarse como un operador independiente. Junto a Joaquín “Chapo” Guzmán y otros socios, cofundó el Cártel de Sinaloa en la década de 1980, convirtiéndose en uno de los principales líderes de la organización. El cártel creció rápidamente, controlando rutas hacia Estados Unidos y estableciendo una red de distribución de cocaína y marihuana que se expandió de manera global.

Tragedia personal y venganza

La traición y la tragedia familiar marcaron un punto de inflexión en su vida. La muerte de su esposa, Guadalupe Leija Serrano, y de sus dos hijos a manos de un antiguo aliado y rival, el narcotraficante venezolano Rafael Clavel Moreno, fue un evento devastador. Según versiones de medios y autoridades, Clavel secuestró a su familia debido a conflictos internos en el cártel. Esto ocurrió en el año 1989. Aunque también existe la versión de que recibió órdenes de los hermanos Arellano Félix para infiltrarse en el círculo cercano de Salazar.

Clavel, aprovechando las continuas ausencias de Palma, sedujo a Guadalupe y logró convencerla de huir con él, llevándose a su hija Nataly. En ese momento, la mujer hizo un retiro de 2 millones de dólares de la cuenta personal de su esposo. Posteriormente, Clavel asesinó brutalmente a Guadalupe, decapitándola. Después, como una escalofriante muestra de intimidación, envió la cabeza de su esposa a Palma, ejecutando así una orden que había sido dictada desde Tijuana tras disputas. Días más tarde, un video mostraba cómo arrojaba el cuerpo de Guadalupe desde un puente en Venezuela, mientras que Nataly, su hija, tenía tan solo cuatro o cinco años y fue lanzada desde una altura de 150 metros.

Este acto de violencia trajo consigo un cambio en las reglas no escritas del narcotráfico: “las mujeres y los niños son intocables”. En Sinaloa, cuando alguien menciona el nombre de Palma, un silencio tenso parece cortar el aire. Era una noche sombría cuando un movimiento selló el destino de un hombre que había destrozado vidas.

La venganza de Palma

La orden fue rápida y letal: en cuestión de días, el sicario venezolano que había seducido a su esposa y arrebatado a sus hijos fue ejecutado en prisión. Sin embargo, esto apenas marcaba el inicio de una tormenta que resonaría en México y que no dejaría nada al azar. Palma, con la misma calculada y rigurosa mente que había planeado su venganza, dictó que los seres queridos de Clavel debían ser asesinados, sin importar que fueran niños. Los tres Clavel, inocentes o no, pagarían el precio. ¿El motivo? En la mente de Palma, esta era una macabra simetría, una justicia hecha a medida por las atrocidades que él había sufrido.

No pasó mucho tiempo antes de que los cuerpos de los hombres aliados de Clavel aparecieran desmembrados en una cuneta. La escena era grotesca y brutal, lanzando un mensaje claro a cualquiera que se atreviera a cruzar el camino de Palma: la ola de retribución iba dejando una huella inconfundible. La sangrienta retribución no concluyó ahí. Entre las víctimas se incluyó a un abogado, y el golpe final fue la ejecución de los familiares de los mismos Félix. Algunos aseguran que la violencia se extendió a personas vinculadas indirectamente, como su suegra, Gallardo, que fue asesinada, mientras que otros afirman que intentó asesinar a su prima de 21 años. En todo caso, la violencia no discriminó. La guerra estaba declarada y no se detendría; cada acto parecía reflejar un mensaje: quien quebrantara el código de la mafia sufriría las consecuencias.

Detención y encarcelamiento

La detención de Palma ocurrió en 1995, cuando intentaba reorganizar sus operaciones tras años de pérdidas personales. Fue arrestado y extraditado en 2007. Un tribunal estadounidense lo declaró culpable y fue sentenciado a 16 años en el sistema penitenciario, donde cumplió su condena en condiciones de máxima seguridad, siendo considerado un reo de alto perfil vinculado a actividades transfronterizas. Su regreso a prisión fue mediático, ya que fue cofundador y exsocio de Guzmán, quien fue liberado por buena conducta. Tras cumplir su condena, fue repatriado en 2016. Desde entonces, ha estado detenido en el penal de Altiplano, en el Estado de México, enfrentando cargos adicionales por delitos relacionados con el crimen organizado. Su presencia sigue siendo polémica y ha generado constantes rumores sobre una posible liberación. A pesar de que su rol ha disminuido a lo largo de las décadas de encarcelamiento, Palma sigue siendo recordado como un símbolo de la complejidad del narcotráfico en México.

El avionazo y su legado

El “avionazo”, como se le conoce, fue un accidente aéreo que sufrió el 23 de junio, cuando un jet privado se estrelló en Guadalajara tras quedarse sin combustible, en medio de intentos fallidos de aterrizaje en distintos aeropuertos, rodeados de fuerzas militares. La aeronave se estrelló en la frontera entre Jalisco y Nayarit, pero Palma sobrevivió y fue llevado a una casa en Guadalajara. Al día siguiente, fue capturado por las autoridades mexicanas, poniendo fin a su libertad y marcando un hito en la lucha contra el narcotráfico, un incidente que ha sido inmortalizado en el narcocorrido “El avionazo” de Tucanes de Tijuana.

El legado de Palma está marcado por la brutalidad que caracteriza su vida y su permanencia en prisión, lo que persiste como una advertencia sobre las consecuencias y el impacto devastador que tiene el narcotráfico en individuos y familias. Su relevancia es particular debido a que fue uno de los fundadores de una organización que consolidó redes importantes en el territorio estadounidense, lo que ha llevado a una violencia transfronteriza y a una relación compleja con las autoridades estadounidenses, convirtiéndolo en una figura simbólica en la “guerra contra las drogas”.