
Las personas con un alto riesgo genético de demencia podrían tener la capacidad de contrarrestar este riesgo a través de la actividad física regular, según una nueva investigación realizada en Suecia.
Investigación sobre el impacto del ejercicio en la demencia
El estudio, liderado por Weili Xu del Centro de Investigación sobre el Envejecimiento del Instituto Karolinska en Estocolmo, analizó datos de 61,200 participantes de entre 39 y 73 años, quienes fueron inscritos en el Biobanco del Reino Unido entre 2009 y 2010. Durante un seguimiento de hasta 12 años, todos los participantes estaban libres de demencia al inicio del estudio.
Los investigadores midieron la aptitud cardiorrespiratoria (CRF), que se refiere a la capacidad de los sistemas circulatorio y respiratorio del cuerpo para suministrar oxígeno a los músculos. Esta capacidad tiende a disminuir con la edad, comenzando a los 20 años y acelerándose con el tiempo. Para cuando las personas alcanzan los 70 años, la CRF puede caer más de un 20% por década. Un nivel bajo de CRF es un fuerte predictor de muerte prematura y de eventos relacionados con el corazón, como accidentes cerebrovasculares y ataques cardíacos.
Resultados del estudio
Los hallazgos del estudio, publicados en la edición del 19 de noviembre de la revista British Journal of Sports Medicine, indican que una mejor función cognitiva está asociada con un menor riesgo de demencia. Los investigadores concluyeron que el ejercicio regular puede amortiguar el impacto genético en el riesgo de demencia en un 35%.
Durante el estudio, cada participante realizó una prueba de seis minutos en una bicicleta estática para determinar su nivel de CRF. Además, se sometieron a pruebas cognitivas que utilizaron una puntuación estándar para la enfermedad de Alzheimer. De los participantes, 553 (un 0.9%) fueron diagnosticados con demencia durante el seguimiento. Aquellos con un nivel bajo de CRF mostraron un retraso en el diagnóstico de casi 1.5 años en comparación con aquellos con un nivel alto de CRF, lo que representa una reducción del 35% en el riesgo de demencia moderada a alta.
Limitaciones y consideraciones del estudio
Los autores del estudio enfatizaron que no se puede establecer una relación causal entre el ejercicio y la reducción del riesgo de demencia, sino que existe un vínculo entre ambos. También señalaron que el número de casos de demencia podría estar subestimado, ya que la población estudiada suele ser más saludable que la población general. Además, se tomaron en cuenta ciertas condiciones de salud que podrían haber influido en los resultados.
A pesar de estas limitaciones, los autores afirmaron en un comunicado de prensa que “mejorar la aptitud cardiorrespiratoria podría ser una estrategia de prevención de la demencia, incluso en aquellos con alta predisposición genética a la enfermedad de Alzheimer”.
Para más información sobre cómo reducir el riesgo de Alzheimer, se puede consultar el sitio web Alzheimers.gov.
FUENTE: BMJ Group, prensa, 2024 * Reporters ©The New York