
El estrés y su impacto en la salud auditiva son temas de creciente preocupación, especialmente hacia el final del año, cuando las demandas laborales y personales suelen intensificarse. Un estudio de la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS) revela que aproximadamente 4 de cada 10 chilenos experimentan niveles significativos de estrés en esta época, lo que se atribuye a la presión por cumplir con metas laborales y compromisos personales. A nivel global, la Asociación Americana de Psicología (APA) indica que cerca del 68% de las personas reportan un aumento en sus niveles de estrés durante este periodo.
El estrés no solo afecta el bienestar mental, sino que también se ha identificado como un factor de riesgo para diversos problemas de salud, incluyendo aquellos relacionados con la audición. Esto se debe a que el estrés puede provocar alteraciones en la circulación sanguínea, lo que a su vez puede dañar las células del oído, potencialmente llevando a la pérdida auditiva a largo plazo.
Relación entre estrés y pérdida auditiva
El vínculo entre el estrés y la pérdida auditiva se establece a través de varios mecanismos. El estrés y la ansiedad pueden interferir con el funcionamiento de la trompa de Eustaquio, lo que impide la adecuada ventilación del oído medio, generando una sensación de presión o plenitud en los oídos. Según la compañía especializada en salud auditiva, GAES Chile, que forma parte de Amplifon, el estrés crónico puede provocar la constricción de los vasos sanguíneos y un aumento en la presión arterial, lo que reduce el flujo sanguíneo hacia los oídos. Luciano García, fonoaudiólogo y especialista del área médica de GAES, explica que “esto puede afectar las delicadas células sensoriales en el oído interno responsables de la audición, que dependen de un suministro adecuado de oxígeno y nutrientes”.
Además, el estrés es una causa común del tinnitus, conocido como zumbido en los oídos, que puede intensificarse en momentos de alta tensión, creando un ciclo vicioso donde el zumbido genera aún más ansiedad. García señala que “el oído interno contiene células ciliadas que no se regeneran. Los altos niveles de cortisol, la hormona del estrés, pueden contribuir al daño celular en esta zona, afectando la capacidad auditiva de forma permanente”.
El estrés prolongado también puede alterar la comunicación entre el cerebro y el sistema auditivo, lo que afecta la capacidad de procesar sonidos de manera eficiente y puede contribuir a una sensación de pérdida auditiva. En algunos casos, el estrés puede activar los músculos de la masticación, lo que puede dar la impresión de tener los oídos tapados, fenómeno que puede ser resultado de apretar los dientes durante el sueño.
El estrés puede manifestarse en síntomas físicos, incluida la pérdida auditiva temporal. García afirma que “esto ocurre cuando el estrés afecta el equilibrio hormonal y nervioso, lo que puede impactar la función auditiva”. Además, el estrés puede exacerbar otros problemas de salud, como infecciones o trastornos autoinmunes, que también afectan el oído interno.
Consejos para manejar el estrés y cuidar la salud auditiva
A pesar de que el estrés puede convertirse en una parte habitual de la vida de muchas personas, no debería ser normalizado. Para manejar los síntomas del estrés y prevenir una posible pérdida auditiva relacionada con la sobrecarga mental, se recomienda seguir ciertos consejos:
— **Descansar**: Es fundamental descansar y dormir adecuadamente, ya que estas acciones permiten que tanto el cuerpo como la mente se relajen de las exigencias laborales o personales.
— **Gestionar el estrés**: Hacer pausas en las rutinas diarias y reflexionar sobre lo que está ocurriendo puede ser beneficioso. Solo 5 o 10 minutos para pensar o procesar lo que sucede pueden ser de gran ayuda. Actividades como caminar, estirarse, hidratarse y practicar la respiración profunda son aliados importantes para la tranquilidad personal.
— **Evitar lo innecesario**: Es crucial reducir la exposición a ruidos fuertes, ya que el volumen alto de dispositivos electrónicos puede causar estrés. Crear un ambiente más tranquilo y relajante es clave.
— **Realizar ejercicio físico**: La actividad física regular ayuda a liberar el estrés y mejora la circulación sanguínea, lo que es beneficioso para el bienestar general y la salud auditiva.
— **Meditar**: Practicar técnicas de relajación como la meditación y la respiración profunda puede ayudar a reducir el impacto del estrés en la audición.
García destaca que “la salud auditiva y el bienestar mental están más conectados de lo que muchos piensan. Aprender a manejar el estrés no solo mejora la calidad de vida, sino que también protege nuestra audición”.