
Miles de velas fueron encendidas este sábado en diversas localidades de Ucrania para rendir homenaje a las víctimas del Holodomor, una hambruna que fue orquestada por el régimen soviético en los años 1932-1933, aproximadamente una década después de que la mayor parte del territorio ucraniano fuera incorporado a la Unión Soviética.
Alisa Yakimenko, una joven de 17 años, expresó a EFE que “entender por qué ocurrió el Holodomor y recordarlo nos ayuda a comprender mejor las razones de la guerra actual y a seguir siendo resistentes”. Alisa participó en la conmemoración en la plaza central de Leópolis, donde junto a otros estudiantes de la Academia de Liderazgo de Ucrania, prepararon platos típicos que eran consumidos por millones de campesinos ucranianos que intentaban sobrevivir mientras las autoridades confiscaban toda la comida. Uno de los platos que Alisa ofreció a los asistentes consistía en corteza de roble, cáscaras de papa, hierba verde y lino.
El impacto del Holodomor
Según el Instituto Nacional de la Memoria de Ucrania, se estima que al menos 4,5 millones de ucranianos perdieron la vida durante esta tragedia, que ha sido reconocida como un genocidio por 28 países. El Instituto subraya que “este genocidio pretendía acabar con la resistencia de los ucranianos, destruir su identidad nacional y la memoria del Estado ucraniano, así como convertirlos en esclavos y obtener un acceso ilimitado a sus recursos alimentarios”.
El Estado Mayor del Ejército Ucraniano también se pronunció al respecto, afirmando que “Moscú no pudo arrebatarnos la libertad, así que en su lugar intentó arrebatarnos la vida”, haciendo hincapié en que Ucrania sigue defendiendo su soberanía frente al mismo enemigo.
Recuerdos y traumas del pasado
La bisabuela de Yakimenko sufrió la pérdida de cuatro hijos durante el Holodomor, y el recuerdo de estos eventos se transmitió en secreto de generación en generación, en medio de la política de negación oficial por parte de las autoridades soviéticas. Tras la independencia de Ucrania en 1991, los recuerdos de esta tragedia comenzaron a resurgir, incluyendo los dolorosos relatos de canibalismo y ejecuciones de aquellos que intentaban “robar” algo de grano de los campos estatales para sobrevivir.
Alisa Yakimenko sostiene que todos los ucranianos cargan con un trauma generacional que aún les afecta. Ella considera que enfrentar este doloroso pasado es esencial para que los ucranianos se fortalezcan y se defiendan del continuo intento de Rusia de subyugarlos.
La búsqueda de la verdad y la paz
Yakimenko también opina que la verdadera paz con Rusia es inalcanzable hasta que el país invasor reconozca su responsabilidad por los crímenes cometidos en el pasado. “Hasta que Rusia no admita su responsabilidad por el Holodomor, como hizo Alemania con el nazismo y el Holocausto, no podrá ser considerada un país civilizado”, enfatizó.
La resistencia ucraniana
Los ecos del Holodomor son especialmente resonantes en la actualidad, dado que Rusia amenaza nuevamente con socavar la independencia de Ucrania, atacando su industria agrícola y su infraestructura energética. El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, al depositar un ramo simbólico de espiguillas en el museo del Holodomor durante un acto conmemorativo en Kiev, afirmó: “Son dolorosos de recordar, pero imposibles de olvidar”.
Zelenski destacó que “millones de ucranianos fueron empujados a la inanición por el régimen totalitario de Stalin. Cínica, cruel y deliberadamente. Porque eran ucranianos”. También subrayó que “querían destruirnos, asesinarnos, humillarnos. Fracasaron. Querían ocultarnos la verdad y silenciar para siempre los terribles crímenes. Sin embargo, fracasaron”.
A pesar de que gran parte de lo que sucedió en Ucrania entre 1932 y 1933 permaneció desconocido para el resto del mundo debido a la supresión de noticias por parte de la Unión Soviética, la invasión actual ha tenido repercusiones globales, especialmente en los mercados de alimentos. Durante una conferencia dedicada a la iniciativa “Grano de Ucrania”, Zelenski mencionó que las exportaciones de alimentos ucranianos alimentan a 400 millones de personas en 100 países.
A través de esta iniciativa, Ucrania ha ayudado a salvar a 20 millones de personas del hambre, reafirmando su papel como uno de los mayores donantes de seguridad alimentaria del mundo, manteniendo esta importancia a pesar de la guerra a gran escala.