Marte: un viaje a su pasado y las razones de su inhóspita condición actual

Marte
Marte

La transformación de Marte en un entorno inhóspito para la vida se atribuye a cambios climáticos extremos y la evaporación de agua líquida, según un reciente estudio.

La búsqueda de vida en Marte ha cautivado a científicos y exploradores a lo largo de varias décadas. Este planeta, que en un tiempo remoto se asemejaba a la Tierra con vastos océanos en su superficie, es objeto de intensos estudios con el fin de comprender su evolución climática y las condiciones que pudieron haber permitido la existencia de microorganismos. El rover Curiosity de la NASA, lanzado en 2011, se ha convertido en una pieza clave en esta investigación. Equipado con instrumentos avanzados, este vehículo explorador ha analizado rocas y muestras del suelo marciano para revelar pistas sobre el pasado climático del planeta rojo.

Los científicos han utilizado tecnología de vanguardia para medir la composición isotópica de minerales ricos en carbono que se han encontrado en el enorme cráter Gale, que es el lugar donde actualmente transita el Curiosity. Gracias a este procedimiento, se lograron determinar dos posibles escenarios climáticos que habrían formado parte de la historia de Marte. Los resultados de esta investigación fueron publicados en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences.

El análisis se llevó a cabo con el propósito de “responder la pregunta: ¿Tuvo Marte alguna vez condiciones ambientales adecuadas para sustentar pequeñas formas de vida llamadas microbios?” Para ello, el Curiosity cuenta con herramientas que le permiten realizar mediciones químicas de los materiales en la superficie de nuestro vecino planetario. Se encontró carbono en forma de carbonatos, que tienen la capacidad de mostrar cómo era el clima en el pasado. Estos compuestos químicos se forman a partir de procesos biogénicos, sedimentarios y metamórficos, y desempeñan un papel crucial en el ciclo que influye en la regulación de la Tierra.

Los isótopos, que son variantes del mismo elemento con la misma cantidad de protones pero diferentes números de neutrones, les confieren propiedades físicas y químicas distintas. Al evaporarse el agua líquida, los isótopos más pesados quedan retenidos en el suelo, mientras que los más ligeros pasan a la atmósfera. Se cree que esto sucedió hace millones de años, y la acumulación de estos isótopos en Marte sirve como un “registro climático”. Según los investigadores, “estos pueden retener firmas de los entornos que formaron, incluida la temperatura, la acidez del agua y la atmósfera”.

“Los valores isotópicos apuntan a cantidades extremas de evaporación, lo que sugiere que probablemente Marte solo pudo haber soportado agua líquida de forma transitoria. Nuestras investigaciones no son consistentes con un entorno antiguo (biosfera) en Marte, aunque esto no descarta la posibilidad de que haya existido una biosfera subterránea o superficial que comenzó y terminó antes de que se formaran los carbonatos”, comentó David Burtt, del Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland, y autor principal del estudio, en un comunicado de prensa.

Este hallazgo fue posible gracias al Sample Analysis at Mars (SAM) y al Tunable Laser Spectrometer (TLS) a bordo del rover. SAM calienta las muestras hasta cerca de 900 °C, y luego el TLS se encarga de analizar los gases liberados durante el calentamiento, lo que permite obtener datos precisos sobre las rocas. El estudio se centra en los mecanismos de formación del cráter Gale. Según se plantea, el primer escenario se originó por la alternancia de ciclos húmedos y secos, mientras que el segundo señala un ambiente extremadamente salino y frío, conocido como criogénico. Estas hipótesis ya habían sido propuestas anteriormente con la identificación de ciertos minerales y modelos globales de formaciones rocosas. Sin embargo, el nuevo resultado es el primero en proporcionar evidencia obtenida de rocas que respalda estas afirmaciones concretas.

Jennifer Stern, coautora del estudio, aclaró que los regímenes climáticos distintos tienen implicaciones para la habitabilidad. “El escenario húmedo-seco sugeriría una oscilación entre ambientes habitables y menos habitables”, señaló, añadiendo que las latitudes medias indicarían que podría haber sido más propicio para la acumulación de hielo. Esto podría haber causado que las condiciones disponibles fueran poco favorables para la vida biológica.

La investigación detalla que Marte posee niveles de isótopos que son demasiado altos, incluso mayores que los de la Tierra. “Ninguno de estos explica completamente las composiciones isotópicas de los cuatro carbonatos. Es probable que una combinación de factores sea responsable de los enriquecimientos isotópicos”, se indica en el estudio. Esto demuestra que Marte tiene una atmósfera delgada compuesta principalmente de dióxido de carbono, que varía entre 20 y 153 veces menos compatible con la vida. El hecho de que se haya medido oxígeno indica que un proceso (o procesos) está llevando al extremo las condiciones en el planeta.

Si bien la evaporación puede causar cambios significativos, los datos obtenidos en tres ocasiones diferentes por Burtt implican puntos importantes. Burtt comentó que “hubo un grado de aumento tan elevados que en Marte pudo haber generado condiciones significativamente menores”. A pesar de que se obtuvieron indicios de climas hostiles durante un periodo específico, no se descarta que haya existido vida microscópica en el pasado, y los esfuerzos continúan con el fin de desentrañar y descubrir si alguna vez llegó a habitar el planeta rojo.