La ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, ha criticado a Amnistía Internacional (AI) y a lo que ella denomina “los progres llorones” tras la publicación de un informe en el que la ONG cuestiona el protocolo del Gobierno argentino para el control de manifestaciones. A través de sus redes sociales, Bullrich expresó que AI “no tiene vergüenza”, acusando a la organización de “defender delincuentes”.
En su mensaje, Bullrich argumentó: “Mientras se violan sistemáticamente los derechos humanos en Venezuela, decide criticar a una democracia liberal como lo es la Argentina”. Además, añadió que desde “sus sillones cómodos en Londres, vienen a darnos lecciones mientras acá bancamos 25 años de piquetes mafiosos que extorsionaron al pueblo argentino. ¡No les importa la gente, sólo defienden a los delincuentes que lucran con el caos!”.
La ministra también defendió el protocolo de seguridad implementado por su gobierno, afirmando: “Con nuestro protocolo, las calles vuelven a ser de los argentinos de bien. A los progres llorones: ¡no nos van a parar! ¡Se terminó la fiesta de la extorsión y el chantaje en nuestro país!”.
La respuesta de Amnistía Internacional no se hizo esperar. Desde la organización, se manifestaron comprendiendo que los gobiernos puedan sentirse molestos con su labor. AI declaró: “Demostramos con evidencia que cometen violaciones a los derechos humanos y en múltiples oportunidades nuestras investigaciones han contribuido para que los funcionarios responsables rindan cuentas ante la justicia”.
Además, AI subrayó que “nuestros reportes están sujetos a una estricta metodología científica y se nutren de investigación en terreno, entrevistas a las víctimas, pedidos de acceso a la información pública, entre otras herramientas fundamentales”.
En un tuit, AI reafirmó su posición: “Sí, entendemos. Entendemos que los gobiernos se enojen con nuestro trabajo. De hecho, entre los países que desacreditan nuestros informes sobre el uso abusivo de la fuerza, armas menos letales y detenciones arbitrarias están, por ejemplo, Venezuela y Nicaragua”.
En el informe publicado en diciembre pasado, Amnistía Internacional documentó al menos 15 manifestaciones en el último año, donde la respuesta del Estado ante las protestas fue el uso desproporcionado de la fuerza. AI detalló que esto se evidenció en el uso abusivo de gases lacrimógenos, balas de goma, camiones hidrantes, así como golpes con tonfas y bastones, resultando en numerosas personas heridas, incluyendo a periodistas y trabajadores de prensa que fueron agredidos mientras cumplían con su labor.
El informe de AI especificó que, de acuerdo con la información recopilada, en las 15 manifestaciones analizadas se reportaron al menos 1.155 personas heridas de diversas gravedad como resultado del uso desproporcionado de la fuerza. Entre estas, al menos 33 personas sufrieron impactos de bala de goma en la cabeza y rostro, lo que en algunos casos afectó seriamente su visión.
