
El alcalde de la ciudad brasileña San Pablo, Ricardo Nunes, logró una victoria significativa en la elección municipal más importante del país, obteniendo el 59,49% de los votos frente al 40,51% del candidato de izquierda Guilherme Boulos. Nunes, quien representa al centroderechista Movimiento Democrático Brasileño (MDB), se impuso en la mayor ciudad de Brasil y de Sudamérica por una diferencia de un millón de votos, según los resultados difundidos por el Tribunal Superior Electoral con el 95% de las actas escrutadas. Esta amplia victoria permite al político, relativamente desconocido, revalidar el cargo que ocupa desde hace casi tres años, tras la muerte en 2021 de Bruno Covas a causa de cáncer.
El resultado de esta elección se considera un respaldo a las políticas del exmandatario ultraderechista Jair Bolsonaro (2019-2022), quien había brindado un apoyo, aunque de manera tímida, a Nunes. Por otro lado, la derrota de Boulos, del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), representa un golpe para el presidente Luiz Inácio Lula Silva, quien manifestó su apoyo público al candidato y participó en varios actos de campaña a su lado. A pesar de ser considerado el favorito en las encuestas, Boulos no logró remontar la segunda posición que le otorgaban las encuestas, lo que se atribuye a su pasado como activista, que fue visto como radical por parte de una parte del electorado.
Poco después de la apertura de los colegios electorales, el gobernador del estado Tarcísio Freitas, aliado de Bolsonaro, afirmó que presentaría pruebas de que el PCC, una facción criminal en Brasil, había pedido el voto para Boulos. La izquierda calificó esta declaración de “mentirosa” e interpuso una demanda ante la Justicia electoral contra el gobernador por “abuso de poder político” y “uso indebido de medios de comunicación”.
En la región metropolitana de San Pablo, donde residen 12 millones de habitantes, se consideró que esta elección era la principal batalla política de las municipales, sirviendo como un termómetro sobre la fuerza de Lula, quien ha sugerido que podría presentarse a la reelección en 2026. Cerca de 33 millones de electores brasileños estaban llamados a las urnas para elegir a 51 alcaldes de grandes ciudades, en una elección que se celebró a principios de mes.
En otras elecciones, las fuerzas de derecha también salieron vencedoras en Belém, que será sede de la Cumbre del Clima (COP30) en 2025, así como en otras capitales amazónicas brasileñas, muchas de las cuales rechazaron opciones radicales. En Belém, el candidato Igor Normando (MDB, centroderecha) obtuvo el 56,4% de los votos, mientras que su oponente, Éder Mauro Cardoso, afiliado al Partido Liberal (PL), liderado por Bolsonaro, recibió el 43,6%. Durante la campaña, Mauro fue acusado de ser “negacionista medioambiental”, ya que como diputado federal defendió la expansión y liberación de pesticidas.
Además, en Porto Alegre, Sebastião Melo fue reelegido, derrotando a la candidata apoyada por el Partido de los Trabajadores (PT), Maria do Rosário, durante una gestión cuestionada por las históricas inundaciones sufridas el año anterior. Melo obtuvo el 61,55% de los votos frente al 38,45% de su oponente, con un 98,99% de los sufragios escrutados. Las elecciones en esta región sureña se caracterizaron por un elevado índice de abstención, que alcanzó el 34,82%.
En Paraíba, el alcalde de João Pessoa, Cícero Lucena, del centroderechista Progresistas (PP), obtuvo el 64,05% de los votos, superando al aspirante de ultraderecha, quien recibió el 35,95%. Lucena es conocido por haber negado la gravedad de la pandemia de COVID-19 y su gestión ha sido objeto de críticas. (Con información de EFE)