Arahmaiani presenta su impactante obra en la Tate Modern: ¿qué revela sobre Indonesia?

Arahmaiani: arte
Arahmaiani: arte

En el corazón de Londres, la Tate Modern presenta por primera vez una exposición de la reconocida artista indonesia Arahmaiani, cuyas obras reflejan su vida multifacética y su lucha constante por la libertad. La exposición, según informó AFP, incluye una performance titulada “Burning Country”, que se centra en la violencia sufrida por la comunidad chino-indonesia durante los disturbios que marcaron la caída del dictador Suharto a finales de los años noventa. Este acto artístico, que utiliza la voz y la percusión, busca ofrecer un proceso de sanación para el trauma que aún persiste de esos eventos.

Arahmaiani, de 63 años, ha vivido una vida de resistencia y transformación. Nacida en la ciudad javanesa de Bandung en el seno de una familia con raíces islámicas, hindúes y budistas, su trayectoria artística ha estado profundamente influenciada por su contexto personal y político. Su obra ha sido objeto de controversia en su país natal, un archipiélago de mayoría musulmana, donde sus creaciones son vistas como provocadoras y desafiantes del status quo. En 1983, fue brevemente encarcelada tras recibir críticas de partidos islamistas por sus trabajos, y en los años noventa enfrentó amenazas de muerte que la llevaron al exilio en Australia.

Entre las piezas más polémicas de Arahmaiani se encuentra “Lingga-Yoni”, una pintura de 1993 que combina símbolos relacionados con el islam, la cultura occidental y la sexualidad. Esta obra, junto con la instalación “Etalase” de 1994, generó un fuerte rechazo entre sectores conservadores, lo que la obligó a abandonar Indonesia temporalmente. Durante su estancia en Australia, continuó sus estudios y convivió con la comunidad hippie, lo que marcó una etapa de exploración artística.

Recientemente, en Yakarta, presentó “La Ira de la Tierra”, una obra que aborda temas de tolerancia religiosa, daño ambiental y otras cuestiones que son constantes en su trabajo. La muestra incluyó representaciones de Lingga Yoni, que simbolizan la dualidad masculina y femenina. Arahmaiani explicó que estos símbolos, que han sido omnipresentes en el pasado de Indonesia, han sido olvidados en gran medida debido a la islamización del país. “Quiero recordar a otros y a mí misma este patrimonio cultural olvidado”, afirmó en declaraciones a los medios.

A pesar de su reconocimiento internacional, Arahmaiani no goza de la notoriedad en su país natal. Deborah Iskandar, propietaria de la galería ASI en Yakarta, señaló que organizó la exposición con el objetivo de acercar a nuevas generaciones de amantes del arte a su trabajo. Por su parte, el curador de la exposición, Nasir Tamara, comparó a Arahmaiani con la icónica mexicana Frida Kahlo, destacando su valentía para romper tabúes y su papel como símbolo de libertad para los jóvenes.

El compromiso de Arahmaiani con la justicia no se limita al ámbito artístico. En 2006, tras el devastador terremoto de Yogyakarta, lanzó el “Proyecto Bandera”, una serie de performances en las que ondean banderas con mensajes destinados a fomentar el diálogo comunitario. Este proyecto ha sido replicado en otros lugares, como Tíbet, y también colabora con iniciativas de protección ambiental. Su interés por los vínculos históricos entre el budismo tibetano y el budismo refuerza su deseo de preservar y conectar tradiciones culturales.

Otro aspecto relevante de su obra es la crítica a los prejuicios que enfrentan las mujeres musulmanas en el extranjero. En su performance “11 de junio de 2002”, recrea una habitación de detención de oficiales de inmigración en Estados Unidos, quienes sospecharon de posibles actividades terroristas debido a que era una mujer musulmana viajando sola. Este episodio refleja las tensiones culturales y políticas que influyen en la actualidad.

Actualmente, Arahmaiani trabaja en un nuevo proyecto centrado en las dinastías políticas, un tema de relevancia en el contexto de la elección del presidente Prabowo Subianto, exyerno de Suharto y vicepresidente, así como hijo del mandatario saliente Joko Widodo. Este trabajo reporta explorar cómo estas estructuras de poder afectan a la sociedad indonesia, que es conocida por su historia de nepotismo y resistencia. La reinvención de Arahmaiani ha consolidado su lugar como una de las artistas más influyentes del sudeste asiático. Su arraigada experiencia y los desafíos de su entorno continúan desafiando normas y ofreciendo perspectivas sobre temas universales como la libertad, la identidad y la justicia.