Margaret Qualley reflexiona sobre el desafío de interpretar a una presentadora fitness envejecida en La sustancia: “Si Demi Moore quiere poner su cuerpo desnudo sobre el mío, ‘adelante, por favor’”

Entre lágrimas y lesiones
Entre lágrimas y lesiones

En una reciente entrevista con The Times, la actriz Margaret Qualley hizo una broma sobre la posibilidad de que Demi Moore se desnudara sobre su cuerpo, afirmando: “Si Demi Moore quiere poner su cuerpo desnudo sobre el mío, ‘adelante, por favor’. Debería sentirme tan afortunada”. Esta declaración se produjo en el contexto del estreno de la película La sustancia (Substance), dirigida por la cineasta francesa Coralie Fargeat, que ha sido bien recibida tanto por la crítica como por el público. La película aborda temas relevantes para la sociedad actual, como el envejecimiento femenino y los estereotipos de belleza.

Desafíos en el rodaje

El rodaje de La sustancia representó un desafío significativo tanto para las actrices como para la directora. En particular, las escenas que involucraron el uso de prótesis requirieron un esfuerzo físico y emocional considerable por parte de las protagonistas. Qualley recordó un momento en el que tuvo que encerrarse en el baño y llorar tras su primer ensayo, reflejando la intensidad de su papel como Elisabeth Sparkle, una presentadora de fitness que es una versión “mejorada y perfecta” de una mujer mayor.

La actriz, de 30 años, se preparó para el rodaje aprendiendo una rutina de baile sexy en privado. Sin embargo, realizar esos movimientos sugerentes ante las cámaras fue un reto considerable. “Ese tipo específico de sexualidad se adapta a mí”, admitió Qualley, quien también compartió que rompió en llanto porque se sentía “profundamente avergonzada”. Para afrontar el reto de la coreografía, se dio un empujón con tequila y marihuana, lo que le ayudó a superar su nerviosismo.

Transformación física y emocional

La preparación física para el papel fue intensa, ya que las actrices debían esculpir sus cuerpos para representar a mujeres de 80 años con curvas y pechos prominentes. Fargeat, la directora, estaba convencida de que los resultados eran satisfactorios. Qualley mencionó que su personaje parecía “Jessica Rabbit” en la mente de la directora, quien buscaba crear una representación auténtica de la vida real.

El proceso de encontrar a Sue, el personaje de Qualley, fue completamente diferente. La actriz tuvo que repetir una desgarradora escena 15 veces, a diferencia de su coestrella, cuyo trabajo consistió en mostrar a una mujer sin ediciones, eliminando imperfecciones físicas y excesos de maquillaje. Esto fue un desafío, ya que Qualley tuvo que transformarse mediante prótesis para representar a una anciana con piel arrugada y cabello casi caído.

La actriz de Hollywood necesitó ayuda para la escena final del largometraje, que le resultó “muy difícil” de llevar a cabo. Bajo la dirección de Fargeat, el equipo necesitó menos tomas para que la escena saliera bien. Cuando fue invitada a salir con un ex compañero de escuela, Qualley inicialmente mostró interés, pero luego decidió hacer una llamada para aceptar la cita. Antes de cruzar la puerta, se vistió y se maquilló, quedándose pegada al espejo mientras miraba su reflejo.

Reflexiones sobre la belleza y la juventud

Qualley describió uno de los momentos más desgarradores de la película, señalando que muchos pueden identificarse con la lucha por mejorar su apariencia, aunque a menudo el resultado sea insatisfactorio. “Creo que nos sentimos identificados cuando intentamos mejorar nuestro aspecto y cada vez empeoramos”, reflexionó. La actriz también mencionó que, en varias ocasiones, se retocaba de manera agresiva, pero el resultado era “horrible” de ver.

En cuanto a la representación de la belleza en la película, Fargeat planteó que el proyecto fue difícil de realizar, ya que su propósito era demostrar que las mujeres no deben ser juzgadas por su juventud o belleza, sino por lo que pueden lograr. Por esta razón, la película ha sido considerada una sátira feminista del siglo XXI. La directora expresó que esto dice mucho sobre la dirección de su carrera y el discurso que busca en su trabajo.

La película ha sido reconocida por su mensaje, y Qualley destacó la evolución de ambas mujeres en la historia, describiendo a su personaje como un “monstruo” que refleja la lucha interna de las mujeres en la industria del entretenimiento.