Nuevo estudio revela cómo la dieta mediterránea podría transformar la salud cerebral a través del microbioma intestinal

La dieta mediterránea: un aliado para mejorar la memoria y la salud cerebral.
La dieta mediterránea: un aliado para mejorar la memoria y la salud cerebral.

La relación entre una alimentación saludable y un cerebro sano ha sido objeto de estudio durante años. Investigaciones previas han demostrado que existe una asociación entre la dieta mediterránea y la prevención del deterioro cognitivo. Un nuevo estudio realizado por la Universidad Tulane, publicado en Gut Microbes Reports, ha comprobado que los beneficios de la dieta mediterránea para la salud cerebral se deben a cambios en el equilibrio de las bacterias intestinales, lo que impacta de forma positiva en la memoria y la cognición. Los investigadores descubrieron que las personas que seguían esta dieta desarrollaban patrones bacterianos intestinales diferentes en comparación con aquellos que consumían una dieta occidental típica. Estos cambios se asociaban con un mejor rendimiento cognitivo.

Conexión entre intestino y cerebro

La doctora Liliana Papalia (MN 114921), médica especialista en nutrición de la UBA, y diplomada en Sexualidad y Neurociencias por la Universidad Nacional de Rosario, explicó a Infobae que “el intestino y el cerebro están profundamente conectados a través del eje intestino-cerebro, una red de comunicación que involucra señales nerviosas, hormonales y químicas”. Estas señales desempeñan un papel crucial en esta conexión, ya que producen compuestos como neurotransmisores (como la serotonina y la dopamina) y ácidos grasos de cadena corta, que influyen directamente en el funcionamiento cerebral.

Por otro lado, la autora principal de la investigación, Rebecca Solch-Ottaiano, instructora de investigación en neurología en el Centro de Investigación en Neurociencia Clínica, comentó: “Sabíamos que lo que comemos afecta la función cerebral, pero este estudio explora cómo podría estar sucediendo eso”. Agregó que “nuestros hallazgos sugieren que las elecciones dietéticas pueden influir en el remodelado del microbioma intestinal”. Un microbioma equilibrado favorece la reducción de la inflamación, mejora la salud neuronal y potencia las funciones cognitivas y el aprendizaje.

Importancia de un estilo de vida saludable

Sin embargo, la doctora Papalia enfatizó que para que estos beneficios sean efectivos, es fundamental acompañar una buena calidad de vida con vínculos sanos, amor, descanso reparador y actividades que aporten placer y relajación. Anna Bach, nutricionista y directora del máster universitario en Nutrición y Salud de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), en un artículo de esa universidad, destacó que “alimentarse es mucho más que comparar platos o pirámides alimentarias de cinco continentes”. Observó que las pautas únicas de la dieta mediterránea incorporan recomendaciones claras que hacen alusión a la actividad física, factores socioculturales, económicos y medioambientales.

En este sentido, Bach subrayó la importancia de preferir alimentos de temporada, frescos y poco procesados; de comer adecuadamente durante el día (incluyendo la siesta) y la noche; y de moderar las porciones. La socialización durante las comidas también reduce la obesidad y favorece la salud. Afirmó que la dieta mediterránea tiene múltiples características generales, como el uso de aceite de oliva, pescados ricos en omega-3, frutas, verduras y cereales integrales, que aportan antioxidantes, grasas saludables y fibra, protegiendo las neuronas del daño oxidativo y promoviendo un flujo sanguíneo óptimo hacia el cerebro.

Además, completó que “como se ha dicho, este patrón alimenticio fomenta la diversidad, lo que se traduce en una mejor memoria y mayor flexibilidad cognitiva, es decir, la capacidad de adaptarse a nueva información y trabajar de manera eficiente”. No obstante, aclaró que el impacto positivo es más potente cuando se incluye también el movimiento regular y se dedica suficiente tiempo al ocio para relajar la mente.

Resultados del estudio sobre microbiota

Este estudio fue el primero en evaluar los efectos de la microbiota intestinal en un modelo de ratas, las cuales fueron alimentadas con una dieta rica en pescado y fibra durante 14 semanas. Los científicos encontraron aumentos en cuatro tipos de bacterias beneficiosas y disminuciones en otras en las ratas que consumieron una dieta mediterránea en comparación con aquellas que ingirieron grasas saturadas. Estos hallazgos fueron vinculados al desempeño en desafíos laberintos diseñados para probar el aprendizaje. Se observaron niveles elevados de Candidatus Saccharimonas asociados con un mejor rendimiento, mientras que otras bacterias, como Bifidobacterium, se correlacionaron con una peor memoria.

El grupo que siguió la dieta mediterránea mostró una capacidad de aprendizaje superior en comparación con el grupo que consumió una dieta occidental. También mantuvieron bajos niveles de colesterol LDL, conocido coloquialmente como “malo”, cuyas cantidades excesivas pueden causar placas en las arterias. Los autores del estudio, incluyendo al doctor Demetrius M. Maraganore, presidente de Herbert J. Harvey, Jr., añadieron que “si bien se basan en modelos animales, reflejan en humanos la vinculación con un menor riesgo de demencia”. Afirmaron que es necesario realizar estudios más amplios para confirmar y comprender mejor la relación entre la dieta y la salud cerebral en jóvenes.

Según Papalia, “debemos pensar en la integración amplia del bienestar, además de cuidar la adopción de la dieta mediterránea, priorizando el consumo de pescados e integrales, y reduciendo el consumo de carnes procesadas y ultra procesadas”. También es clave cuidar el cuerpo, lo que implica nutrir no solo con alimentos, sino fomentando y cultivando el amor en las relaciones, priorizando el descanso reparador y buscando dedicar tiempo al ocio. No debemos olvidar incluir una rutina de ejercicio muscular regular.

Beneficios de la dieta mediterránea

En línea con estos hallazgos, un estudio publicado en JAMA Network Open, dirigido por especialistas de la Escuela Pública T.H. Chan de Harvard, encontró que el aceite de oliva se asociaba con una menor incidencia de demencia. Se halló que consumir menos de media cucharada de este aceite se relacionaba con un 28% más de riesgo de demencia en quienes nunca o rara vez lo consumían. Los componentes básicos de la dieta mediterránea son: abundancia de verduras, frutas, cereales integrales, pescado azul y proteínas magras, así como un consumo moderado de carne roja y grasas saturadas, y un alto consumo de frutos secos y nueces.

Más allá de ser reconocida como patrimonio inmaterial de la humanidad por la UNESCO, la dieta mediterránea presenta numerosos beneficios, entre los que se destacan: 1. Mejora la esperanza de vida y reduce en un 9% la mortalidad por sobrepeso u obesidad. 2. Disminuye el envejecimiento prematuro de las células, gracias a su contenido antioxidante, que puede ayudar a combatir el estrés celular y conservar la longitud de los telómeros. 3. Puede prevenir enfermedades cardiovasculares, gracias a su baja composición en grasas saturadas y su elevado contenido en grasas saludables, como el aceite de oliva. 4. Reduce el riesgo de síndrome metabólico y contribuye a disminuir los triglicéridos en sangre. 5. Tiene un efecto protector contra enfermedades asociadas a la edad, como las patologías neurodegenerativas. 6. Disminuye la incidencia de diabetes tipo 2, regulando los niveles de glucosa en sangre. 7. Es beneficiosa para el sistema inmunitario, gracias a su contenido en micronutrientes, vitaminas (D, B, C) y minerales (selenio, magnesio) y omega-3 del pescado. 8. Favorece la salud ósea, contribuyendo al mantenimiento de la masa ósea y reduciendo el riesgo de fracturas. 9. Promueve la actividad física, ya que consumir una base vegetal y hacer ejercicio físico es saludable. 10. Ayuda a mantener un equilibrio intestinal, gracias a su alta presencia de probióticos naturales.