Emprender después de los 50: ¿superar el miedo y los prejuicios es posible?

Superando obstáculos: emprender después de los 50 años es posible y enriquecedor.
Superando obstáculos: emprender después de los 50 años es posible y enriquecedor.

El emprendimiento se ha convertido en una opción cada vez más popular como fuente de empleo, especialmente para personas mayores de 50 años, quienes enfrentan diversas barreras al tomar esta decisión.

El contexto del emprendimiento en Chile

El Reporte Nacional de Chile 2023 del Global Entrepreneurship Monitor (GEM), elaborado por la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad del Desarrollo (UDD), revela que más del 68% de los adultos entre 18 y 64 años que emprendieron en 2023 lo hicieron motivados por la escasez de trabajo y la dificultad para encontrar un empleo estable. Aunque el informe no especifica el número total de emprendedores en 2023, sí indica que un 14% de los nuevos emprendimientos (menos de tres meses de operación) y un 12% de los nuevos empresarios (entre tres y 42 meses) tienen entre 55 y 64 años.

Motivaciones y desafíos para los mayores de 50

La fundadora de People & Partners, Janet Spröhnle, señala que muchos de los mayores de 50 años optan por el emprendimiento como respuesta a la falta de opciones laborales tras salir de una empresa. A menudo, estos individuos tienen perfiles más asociados a trayectorias laborales en estructuras corporativas, lo que implica que su experiencia se alinea mejor con el trabajo en organizaciones que con la toma de decisiones en un entorno emprendedor. Spröhnle afirma: “El tránsito de empleado a emprendedor hay que mirarlo con atención, porque te vas a un campo muy distinto y las personas normalmente creen que todo sigue igual, con la diferencia de que no van a tener un jefe, pero hay mucho mito instalado”.

Por su parte, Alejandra Pérez-Fabres, presidenta de Tálanton, una corporación sin fines de lucro que promueve el talento de profesionales mayores de 50 años, menciona que existen barreras culturales, como el edadismo, que afectan tanto el emprendimiento como la búsqueda de empleo. Pérez-Fabres explica que hay prejuicios, a veces inconscientes, sobre la madurez que pueden desincentivar el emprendimiento, manifestándose en frases como: “emprender es para los jóvenes” o “los mayores están desactualizados tecnológicamente”. Además, destaca que el cambio de mentalidad de empleado a emprendedor no es sencillo, especialmente para aquellos que han trabajado toda su vida en un entorno corporativo.

Otro desafío significativo es el temor al fracaso, que está relacionado con la duda sobre las propias capacidades y la presión social. Pérez-Fabres menciona: “Es muy distinto correr riesgos a los 30 años que a los 55 o 60, cuando no tendrás suficiente tiempo para recuperarte en caso de que las cosas no resulten”. Además, el acceso a financiamiento se presenta como un obstáculo, ya que no todos cuentan con los recursos necesarios para iniciar un nuevo negocio y muchos no están dispuestos a arriesgar sus ahorros.

Iniciativas para apoyar el emprendimiento en mayores de 50

Pérez-Fabres sugiere que existe un gran espacio para crear incentivos que apoyen el emprendimiento en etapas avanzadas, tanto desde el sector público como privado.

Caso de éxito: The Ganesha Lab

Un ejemplo de éxito en el emprendimiento es el caso de Markus Schreyer, un licenciado en ciencias aplicadas de Alemania, quien a los 64 años fundó The Ganesha Lab en 2017, después de una carrera de 25 años en multinacionales tecnológicas. Esta aceleradora y escaladora de startups latinoamericanas se enfoca en empresas emergentes basadas en ciencia y tecnología. En octubre de 2023, Schreyer anunció la creación de un fondo de US$ 10 millones para invertir en startups en etapas tempranas.

Schreyer menciona que, además de los desafíos culturales, uno de los mayores retos que enfrentó fue la agilidad para gestionar y aportar valor en diferentes áreas. A pesar de su conocimiento general sobre la inteligencia artificial, reconoce que no puede captar todos los detalles, por lo que ha formado un equipo más joven. En sus palabras: “Es importante ser autocrítico ante las áreas donde puedes generar valor y donde no”. También destaca la importancia de establecer un plan de sucesión claro para asegurar la continuidad de su emprendimiento, dado que su edad puede ser vista como un riesgo por los inversionistas. “Hoy tengo 64 años y eso es un riesgo para los inversionistas. Por eso es muy importante pensar en eso como emprendedor, cuando uno entra más tarde en la carrera”, concluye.