El arriesgado infiltrado que desmanteló a Los Gallegos en Arica

Agente encubierto: infiltración en el Tren de Aragua en Arica.
Agente encubierto: infiltración en el Tren de Aragua en Arica.

Un agente encubierto se infiltra en la banda criminal Los Gallegos para desarticular sus operaciones en Arica.

Un agente de la policía encubierto asumió un riesgo significativo al infiltrarse en la peligrosa organización criminal conocida como Los Gallegos, que actúa como el brazo armado del Tren de Aragua en la ciudad de Arica. Este operativo se llevó a cabo en el año 2022, cuando el agente se trasladó a la toma del Cerro Chuño con el objetivo de observar y documentar de manera directa las actividades de los delincuentes, en su mayoría de origen venezolano. Gracias a su investigación, se logró la detención de varios miembros de esta banda, quienes enfrentan cargos por delitos graves como extorsión, torturas, posesión ilegal de armas y asesinatos.

La operación fue el resultado de un esfuerzo conjunto entre la Policía de Investigaciones (PDI) y la Fiscalía de Arica, que facilitaron la infiltración del agente encubierto. Para llevar a cabo su misión, el policía tuvo que adoptar una nueva identidad, aprender las jergas utilizadas por los miembros de la banda y modificar su apariencia física para evitar levantar sospechas. Su objetivo era integrarse completamente en el entorno del campamento, haciéndose pasar por uno de los residentes.

En un reportaje emitido por Teletrece, el agente reveló que cualquier indicio de sospecha por parte de los miembros de la banda podría haber resultado en consecuencias fatales. “En el momento que me sorprendían o levantaba la más mínima sospecha de las personas con las que yo me iba a relacionar, no iba a significar que me iban a golpear o que me iban a echar de la población. Literalmente me iban a matar”, afirmó el agente, destacando la gravedad de su situación.

Durante su tiempo en la toma, el agente vivió en condiciones precarias y se desempeñó como conductor informal, transportando diversos objetos según las necesidades de la comunidad. Esta actividad le permitió establecer relaciones de confianza con los miembros de la banda y observar de cerca su funcionamiento diario. En sus desplazamientos, el agente siempre portaba una pistola, lo que era una práctica común entre los criminales para demostrar su presencia y autoridad en el entorno delictivo. “Como una forma también de que se reflejara o que se viera el arma de fuego, era una forma de decir, aquí estoy yo… Es una conducta que le permitía, en la jerga delictual, marcar presencia”, explicó sobre la dinámica de la banda.

El agente también testificó en el juicio contra Los Gallegos, donde se presentó bajo la identidad asignada como D1. Durante su declaración, que se realizó a través de una videollamada sin cámara, los miembros de la banda reconocieron su voz y se mostraron sorprendidos al darse cuenta de que habían sido engañados por el agente encubierto.