
La situación en la ciudad de Goma, en el noreste de la República Democrática del Congo (RDC), se ha vuelto crítica debido a los enfrentamientos entre el ejército congoleño y el grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23), que han dejado numerosos cadáveres en las calles.
Enfrentamientos intensos en Goma
Los portavoces de organismos humanitarios de las Naciones Unidas y del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) han informado sobre la gravedad de la situación. Según Jens Laerke, portavoz de la Oficina de Asuntos Humanitarios de la ONU, “los enfrentamientos son intensos, hay muchos cadáveres en las calles“. Por su parte, Patrick Youssef, director para África del CICR, declaró en una rueda de prensa en Ginebra que “hay tiroteos en zonas con muchos habitantes… se está usando artillería pesada en zonas pobladas“.
La situación en Goma
La tensión en Goma ha aumentado, especialmente desde que el M23 tomó el control de la ciudad el lunes. Este martes, se reportaron fuertes disparos en la capital de la provincia de Kivu del Norte, según fuentes locales citadas por el medio congoleño Actualité. Las Fuerzas Armadas de la RDC (FARDC) y el M23 han estado combatiendo en varios barrios cercanos a la frontera con Ruanda.
Impacto en la población civil
El uso de armas ligeras y pesadas ha provocado un desplazamiento significativo de la población. En el distrito de Kahembe, se estima que al menos diez personas han perdido la vida en los combates, aunque Actualité no ha especificado sus fuentes. El hospital Heal Africa de Goma ha recibido a varios heridos graves, incluidos civiles que han sido alcanzados por metralla o balas perdidas.
Una residente de Goma, Sylvie Nzabanita, relató su experiencia: “Estábamos en nuestra casa cuando escuchamos disparos. Las paredes empezaron a temblar y entonces hubo una explosión. Sentí un dolor agudo en la pierna. Fue recién esta mañana, después de una noche de miedo (…) que me pudieron llevar al hospital“.
Condiciones de vida deterioradas
A medida que los combates continúan, las autoridades congoleñas no han proporcionado información sobre el número de víctimas ni sobre la evolución de la situación militar. Muchos barrios de Goma han estado sin agua ni electricidad desde el viernes pasado, debido a los daños en las infraestructuras de suministro causados por los enfrentamientos entre las FARDC, apoyadas por milicias aliadas, y el M23.
La falta de estos servicios esenciales ha dejado a millones de residentes y desplazados en condiciones precarias. Algunas familias han logrado recargar sus teléfonos utilizando paneles solares, pero la mayoría permanece aislada sin medios de comunicación, según reportes de Radio Okapi, una emisora promovida por la ONU.
Activistas de la sociedad civil han instado a las FARDC y al M23 a permitir la reparación de las líneas eléctricas y el restablecimiento del suministro de agua. Un activista, que prefirió permanecer en el anonimato, expresó: “Una población encerrada en sus casas no puede verse privada de agua y electricidad. De lo contrario, sería una sentencia de muerte“.
Contexto del conflicto
La actividad del M23 se reanudó en noviembre de 2021 con ataques relámpago contra el ejército congoleño en Kivu del Norte. En marzo de 2022, el grupo comenzó una ofensiva que ha resultado en la captura y pérdida recurrentes de localidades. Desde entonces, el M23 ha avanzado por varios frentes hasta llegar a Goma, una ciudad que alberga a aproximadamente dos millones de habitantes y que es sede de numerosas ONG internacionales e instituciones de la ONU. Este grupo ya había ocupado Goma durante diez días en 2012.
Desde 1998, el este de la RDC ha estado inmerso en un conflicto alimentado por milicias rebeldes y el ejército, a pesar de la presencia de la misión de paz de la ONU, conocida como Monusco.