
El conflicto entre Colombia y Estados Unidos se intensifica tras la decisión del presidente Gustavo Petro de rechazar vuelos de repatriación de migrantes deportados por la administración Trump. Las represalias incluyen aranceles, sanciones económicas y restricciones de visas.
Desautorización de vuelos de repatriación
En una escalada de tensiones diplomáticas, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, desautorizó este miércoles la entrada de aviones militares estadounidenses que transportaban a migrantes deportados desde Estados Unidos. El mandatario progresista exigió a su par norteamericano establecer un protocolo que garantice el trato digno a los migrantes, argumentando que las deportaciones masivas violan los derechos humanos.
Reacción de Donald Trump
La respuesta de Donald Trump no se hizo esperar. A través de su red social Truth Social, el expresidente republicano afirmó: “Me acaban de informar que a dos vuelos de repatriación desde Estados Unidos, con un gran número de delincuentes ilegales, no se les permitió aterrizar en Colombia. Esta orden fue dada por el presidente socialista de Colombia, Gustavo Petro, que ya es muy impopular entre su pueblo”. Además, Trump acusó a Petro de poner en peligro la seguridad nacional y pública de Estados Unidos.
Sanciones económicas y diplomáticas
En represalia, Trump anunció una serie de medidas económicas y diplomáticas contra el gobierno colombiano. Entre estas se incluyen aranceles y restricciones a las importaciones, así como sanciones que podrían afectar las relaciones comerciales entre ambos países.
Trasfondo del conflicto
Desde que la administración Trump reanudó las deportaciones masivas, 538 personas han sido expulsadas en vuelos hacia diversos países de América Latina. La decisión de Petro de bloquear los vuelos de repatriación parece alinearse con su postura de defensa de los derechos de los migrantes y su crítica al manejo de la crisis migratoria por parte de Washington.
Sin embargo, las sanciones anunciadas por Trump plantean un desafío económico significativo para Colombia, que podría enfrentar graves impactos en sus exportaciones, finanzas y relaciones internacionales. Este nuevo conflicto bilateral marca un punto crítico en las tensas relaciones entre ambos países, generando incertidumbre sobre su desenlace en el ámbito diplomático y comercial.