La demócrata Kamala Harris y el republicano Donald Trump han llevado a cabo una de las campañas presidenciales más costosas en la historia de Estados Unidos, con un gasto total de aproximadamente US$ 3.500 millones. Esta cifra convierte la actual elección general en la más cara hasta la fecha. A medida que los votantes se preparaban para acudir a las urnas, los informes de mediados de octubre indicaron que las campañas, junto con grupos externos y comités de partido, habían recaudado colectivamente cerca de US$ 4.200 millones.
Recaudación de fondos y gastos
En términos de recaudación, Harris superó a su oponente Trump. Los grupos asociados al Comité Nacional Demócrata y otros vehículos de recaudación de fondos, incluidos los Super PAC, lograron atraer más de US$ 2.300 millones y gastaron alrededor de US$ 1.900 millones. Por su parte, los grupos de Trump y el Comité Nacional Republicano recaudaron poco más de US$ 1.800 millones y gastaron cerca de US$ 1.600 millones. Un análisis realizado por Financial Times sobre los registros de financiamiento de campañas reveló que aproximadamente la mitad del gasto total se destinó a publicidad y medios de comunicación.
Gastos en estados clave
La mayor parte de los fondos recaudados se dirigió a siete estados considerados clave para el resultado de las elecciones. Los grupos de Harris invirtieron más de US$ 1.000 millones en anuncios tanto tradicionales como en redes sociales en estos estados. En total, las campañas de ambos candidatos y los grupos externos gastaron casi US$ 1.500 millones en publicidad en estos siete estados, según el grupo de seguimiento de anuncios AdImpact. En particular, en Pensilvania, donde estaban en juego 19 votos del colegio electoral, se gastaron más de US$ 400 millones, cifra que supera la suma de US$ 358 millones gastados en los 43 estados no decisivos combinados.
Gastos legales de Trump
Los grupos de campaña de Trump destinaron una parte significativa de sus recursos a cubrir los gastos legales del ex presidente, con más de US$ 100 millones (equivalente al 14% del total del gasto) dirigidos a estos costos. Esto ha llevado a que otros gastos sean asumidos por el partido, los PAC y los Super PAC, como el America PAC, que cuenta con el financiamiento de Elon Musk. Musk contribuyó con US$ 118 millones a America PAC tras ayudar a fundar el grupo durante el verano, coincidiendo con su apoyo público a Trump.
Operaciones de campaña y controversias
El America PAC asumió gran parte de las tareas de campaña y las operaciones de campo que normalmente son responsabilidad de la campaña y el partido. Este grupo reclutó promotores pagados para realizar campañas puerta a puerta, un enfoque que ha sido objeto de críticas. Investigaciones han indicado que las iniciativas de divulgación del grupo no han funcionado de manera efectiva, revelando un estado de caos en sus operaciones. Se descubrió que muchas de las visitas a domicilio registradas en la aplicación de campaña eran falsas, y algunos promotores denunciaron malas condiciones laborales y confusión sobre su contratación.
En contraste, las operaciones de campo de Harris y su acercamiento a los votantes fueron gestionadas de manera más convencional por su campaña y el Comité Nacional Demócrata. El principal Super PAC alineado con Harris, Future Forward, centró su inversión en publicidad, gastando casi US$ 300 millones en anuncios en los estados clave.