
La denuncia de acoso, ya sea de tipo sexual o laboral, así como la violencia en el entorno laboral, podría conllevar un “costo social” según un grupo de trabajadores y líderes en recursos humanos. Esta afirmación se basa en un sondeo realizado por la Fundación Carlos Vial Espantoso, en el que participaron aproximadamente 140 representantes de sindicatos y áreas de recursos humanos. El sondeo se llevó a cabo durante el seminario titulado “Impacto temprano Ley Karin: A tres meses de la puesta en marcha”, organizado por la fundación y la ACHS (Asociación Chilena de Seguridad).
De acuerdo con los resultados de la encuesta, un 60,6% de los encuestados considera que denunciar estos incidentes es complicado, debido a la existencia de una cultura que penaliza a quienes exponen tales situaciones. En cuanto a la percepción sobre la prevalencia de acoso y violencia en el trabajo tras la implementación de la Ley Karin, el 49% de los consultados afirmó que los casos se han mantenido, mientras que un 18% indicó que han aumentado, y un 33% reportó que han disminuido. Por otro lado, un 39,4% de los encuestados no observó consecuencias negativas tras la denuncia de estos hechos.
Respecto a los cambios en el comportamiento de los trabajadores, un 63,6% de los participantes en el sondeo manifestó haber notado alteraciones en la forma en que los miembros de su organización interactúan. Además, un 57% admitió haber modificado su propio comportamiento desde la entrada en vigencia de la Ley. La directora ejecutiva de la Fundación Carlos Vial Espantoso, Sofía Rivas, destacó que “el buen trato es un desafío compartido, que parte del rol de cada uno. Y esta Ley está generando ciertos cambios personales y organizacionales”. Rivas también subrayó que los resultados de la encuesta evidencian que “hay camino por avanzar en materia de acoso y violencia”, enfatizando que “la prevención es la madre de todas las batallas” y que los entornos laborales deben fomentar la confianza necesaria para gestionar los conflictos.
Durante el seminario, además de la presentación de la encuesta, se compartieron los resultados de la última ronda del Termómetro de Salud Mental Achs-UC, que en esta ocasión incluyó preguntas sobre la percepción de los trabajadores respecto a su exposición al acoso y maltrato. Según esta medición, realizada entre abril y mayo de 2024, antes de la implementación de la Ley, la sensación de vulnerabilidad entre los trabajadores era considerable. Un 26,3% de los encuestados reportó haber estado expuesto a alguna conducta ofensiva en el trabajo durante el último año, siendo las mujeres las más afectadas (33,7%) en comparación con los hombres (20,4%).
Las conductas ofensivas más comunes a las que se enfrentan los trabajadores incluyen disputas o conflictos, reportadas con una frecuencia mensual o superior por el 2,9% de los encuestados, y un 17,2% indicó haber estado expuesto al menos una vez en los últimos 12 meses. En cuanto a las bromas desagradables en el trabajo, el 2,1% de los trabajadores reportó haber estado expuesto a ellas con alta frecuencia, mientras que el acoso o bullying fue reportado por un 2,2% en la misma categoría de frecuencia. Cuando se considera la exposición a estas conductas ofensivas al menos algunas veces en el último año, las bromas desagradables abarcan al 10,4% de los trabajadores, en comparación con el 4,5% para el bullying o acoso. Además, un 8,6% de los encuestados mencionó haber estado expuesto a intimidación o haber sido ridiculizado o criticado injustamente frente a otros en el último año.
El director del Centro UC de Encuestas y Estudios Longitudinales, David Bravo, explicó que el objetivo del estudio fue dimensionar la magnitud y prevalencia de conductas ofensivas en el trabajo, que pueden derivar en situaciones de acoso laboral, acoso sexual y violencia. Bravo enfatizó la importancia de monitorear este tema, afirmando que “la mejor forma de abordar los problemas es no esconderlos sino dimensionarlos, lo que es un paso importante para poder luego abordarlos, tanto por parte de las políticas públicas como por parte de las empresas y el sector público como empleador”.
Sofía Rivas consideró que los resultados del Termómetro Achs UC son “una línea base para comprender el estado actual de las dinámicas laborales que debemos prevenir, con especial foco entre las mujeres y los trabajadores menos calificados”. Estos datos son considerados valiosos para el monitoreo de la ley y para establecer relaciones laborales saludables como un elemento esencial para el bienestar de los trabajadores. Según Bravo, las futuras mediciones del Termómetro de la Salud Mental continuarán evaluando estos datos, lo que permitirá un seguimiento que facilite la evaluación del impacto de la Ley Karin.