
La historia de Henry Cavill, conocido por sus papeles icónicos en el cine, revela un pasado marcado por el bullying y la lucha por la aceptación durante su adolescencia en el colegio Stowe. A pesar de su éxito actual, Cavill ha compartido cómo su experiencia en la escuela lo moldeó y le enseñó valiosas lecciones sobre la vida y las relaciones humanas.
Los inicios en el colegio Stowe
La vida de Henry Cavill cambió drásticamente al ingresar al colegio Stowe, donde se enfrentó a un entorno hostil. Como el cuarto de cinco hermanos, su llegada al campus fue marcada por la sensación de ser un extraño. En sus propias palabras, “me llamaban ‘Fat Cavill’, un apodo completamente justo”, refiriéndose a su sobrepeso durante la adolescencia. Este comentario, realizado en una entrevista con Daily Mail, refleja el dolor que sintió en ese momento.
Al llegar a mitad del primer semestre, Cavill se encontró en una situación complicada, ya que los demás estudiantes ya habían formado sus grupos y alianzas. Esto lo convirtió en el chico nuevo, diferente a los demás, lo que llevó a que las bromas comenzaran casi de inmediato. “Los chicos populares tenían hermanos mayores que estaban destinados a liderar casas, yo era un obstáculo. Tenía ambición en mi vida y eso les molestaba”, recordó en la misma entrevista, con un tono que denotaba la herida que aún sentía.
El impacto del bullying
Durante su tiempo en Stowe, Cavill se convirtió en blanco de burlas. Su nombre resonaba en los pasillos, acompañado de risas y murmullos maliciosos. Aunque no sufrió golpes físicos, las palabras que le dirigían le causaron un dolor profundo. “Llamaba a mis padres entre lágrimas, día sí y otro también, pidiéndoles que me sacaran de allí”, confesó en una entrevista con International Business Times, donde también reconoció que esos momentos de vulnerabilidad lo llevaron a aislarse de sus compañeros.
Su relación con su cuerpo también se vio afectada, ya que sufría de Osgood-Schlatter, una condición común en adolescentes que provoca dolor e inflamación en las rodillas. Esto limitó sus actividades físicas y lo alejó de los deportes, que eran el núcleo social de su entorno. “No podía mantenerme al ritmo de los demás, así que comencé a refugiarme en la comida”, agregó.
Lecciones aprendidas y el camino hacia la actuación
Años después, Cavill reflexionaría sobre esos días, reconociendo que, a pesar de la crueldad que enfrentó, aprendió mucho sobre las personas. “Gracias a que fueron tan crueles conmigo, aprendí mucho sobre personas”, comentó en una entrevista con Daily Mail. El bullying dejó una marca en su vida, cicatrices que tardarían en sanar.
En entrevistas recientes, ha admitido que, incluso después de haber asumido roles como Superman y Geralt de Rivia, los ecos de esas experiencias aún lo persiguen. “Cuando alguien dice que soy guapo, mi primera reacción es creerles. Aún lucho con eso”, confesó a The Guardian, revelando su desconfianza hacia los cumplidos que recibe debido a su apariencia, un motivo que lo llevó a ser objeto de burlas.
Sin embargo, Cavill no guarda rencores. En una declaración, dijo: “No tengo resentimientos contra los chicos. Su comportamiento me dio una perspectiva diferente y lo agradezco”. Estas palabras, expresadas con serenidad, ocultan el esfuerzo que le costó llegar a un lugar de aceptación.
Un cambio en su vida
En Stowe, todo cambió para Cavill cuando se unió al Combined Cadet Force (CCF), un programa que simulaba una estructura militar y ofrecía disciplina. Además, encontró un refugio inesperado en la actuación, participando en un casting escolar que lo llevó a interpretar pequeños papeles. “Por primera vez, sentí que tenía control sobre quién quería ser. Podía ser un personaje fuerte, fácil”, comentó a The Guardian.
Fue en esos días, mientras miraba desde la lejanía una colina en el campo de rugby vacío, que tomó la decisión que cambiaría su vida: quería actuar. Aunque los oscuros recuerdos de Stowe comenzaron a desvanecerse, Cavill empezó a escribir un nuevo capítulo en su vida, uno donde las maliciosas burlas serían sustituidas por ovaciones. Hoy, aquellos que lo llaman “el hombre más sexy del mundo” pueden imaginar al adolescente que caminaba cabizbajo por los pasillos, con lágrimas contenidas y el apodo “Fat Cavill” resonando en su espalda.