
Un estudio reciente sugiere que la tecnología utilizada en las vacunas contra la COVID-19 podría ofrecer protección tanto a las madres como a los bebés frente a una complicación grave del embarazo conocida como preeclampsia. Este hallazgo fue publicado el 11 de diciembre de 2024 en la revista Nature y se basa en experimentos realizados con ratones. La preeclampsia es una condición caracterizada por presión arterial alta persistente que puede ocurrir durante el embarazo o después del parto, y que puede poner en peligro la vida del bebé, así como causar daños severos a los órganos de la madre.
Detalles del estudio
La investigación, liderada por Kelsey Swingle, estudiante doctoral en bioingeniería en la Facultad de Ingeniería y Ciencias Aplicadas de la Universidad de Pensilvania, demostró que las inyecciones basadas en la plataforma de ARNm redujeron el riesgo de preeclampsia en los modelos de laboratorio. Swingle comentó: “La inyección experimental pudo administrar terapia ARNm que redujo la presión arterial materna hasta el final de la gestación y mejoró la salud fetal al aumentar la circulación sanguínea en la placenta”. Además, se observó un aumento en el peso de la camada de cachorros, lo que indica que los bebés nacieron sanos.
La preeclampsia afecta entre el 3 y el 5 por ciento de los embarazos, según señalaron los investigadores. Actualmente, no existe una cura para esta afección; las mujeres afectadas suelen ser tratadas con medicamentos y se les recomienda reposo en cama. La preeclampsia se origina debido a un flujo sanguíneo insuficiente hacia la placenta, lo que puede restringir el crecimiento del feto.
Desarrollo del fármaco
Para desarrollar el fármaco, los investigadores utilizaron partículas que se emplearon en las vacunas contra la COVID-19. Estas partículas crean una respuesta inmunitaria y se administran dentro de nanopartículas lipídicas (LNP), que son pequeñas esferas de material graso. Estas nanopartículas se disuelven en el cuerpo humano, liberando su carga útil de manera controlada. Swingle examinó 98 tipos diferentes de estas nanopartículas, evaluando su capacidad para llegar a las embarazadas. Finalmente, identificó una partícula que proporcionaba una entrega 100 veces más efectiva que la nanopartícula lipídica aprobada por la FDA.
Los resultados preliminares mostraron que esta única nanopartícula podría ser efectiva. Swingle planteó en un comunicado de prensa: “En esta etapa de nuestra investigación, primero llevaríamos este LNP a animales más grandes, como ratas y conejillos de indias, para determinar qué tan bien funciona en modelos considerados el ‘estándar de oro’ para la preeclampsia, antes de que podamos avanzar hacia ensayos en humanos”. También agregó: “Probar nuestro LNP en conejillos de indias será particularmente interesante, ya que parece tener un período de gestación mucho más largo, de 72 días”.
Perspectivas futuras
La investigación también sugiere un potencial uso de esta tecnología para tratar otras enfermedades y trastornos. La Universidad de Pensilvania continúa explorando las posibilidades de esta innovadora terapia. Para más información sobre la preeclampsia, se puede consultar a Johns Hopkins Medicine.