
La semaglutida ha emergido como una de las moléculas más destacadas en el ámbito de la salud en los últimos años, especialmente por su eficacia en el tratamiento de la diabetes tipo 2. Este medicamento ha revolucionado el enfoque terapéutico, ya que no solo ayuda a regular los niveles de azúcar en sangre en personas con esta condición, sino que también favorece la pérdida de peso. Este uso ha impulsado su aplicación “off label”, es decir, fuera de las aprobaciones oficiales del medicamento, como una droga para adelgazar. La versión pionera de este fármaco inyectable, bajo el nombre de Ozempic™, fue desarrollada por el laboratorio danés Novo Nordisk, generando un interés sin precedentes a nivel mundial.
Recientemente, se ha anunciado una buena noticia para Argentina y la región: el lanzamiento de una nueva formulación oral de semaglutida, elaborada por el laboratorio Elea. Este desarrollo representa un hito en el abordaje terapéutico de la enfermedad metabólica, ya que al tratarse de un comprimido, elimina la necesidad de inyecciones, facilitando así la adherencia de los pacientes al tratamiento. En una entrevista realizada en mayo, Marcus Schindler, director científico y vicepresidente ejecutivo de Investigación y Desarrollo Temprano de Nordisk, explicó que se necesitaron “más de 30 investigaciones y desarrollos” para diseñar una acción prolongada contra la diabetes.
Con respecto a la nueva formulación, se consultó a expertos en salud cardiovascular y nefrología para evaluar las características de esta innovación oral. La semaglutida actúa como un análogo del péptido similar al glucagón (GLP-1), mostrando un alto control de la glucosa y del peso. Este mecanismo se centra en la liberación de insulina de acuerdo a la glucemia del paciente y a la cantidad de alimentos ingeridos, lo que farmacológicamente reduce significativamente el riesgo de hipoglucemia, es decir, evita que los niveles de azúcar bajen demasiado en ausencia de nutrientes. La doctora Fabiana Vázquez, médica diabetóloga y nutricionista del Hospital Británico, explicó: “Este mecanismo convierte a la semaglutida en un tratamiento ideal, muy potente y eficaz para bajar la glucemia”.
Además de su efecto sobre la glucemia, la semaglutida se ha hecho famosa rápidamente por facilitar la pérdida de peso. Este efecto se debe a su acción sobre el hipotálamo, la parte del cerebro que controla la alimentación, generando un aumento en la sensación de saciedad y una disminución del apetito, actuando a través de dos vías diferentes dentro del cerebro. Gracias a esto, los pacientes pueden comer menos de manera más saludable, facilitando así el descenso de peso, lo cual es clave para un buen control de la diabetes. La doctora Vázquez añadió: “La forma oral mantiene exactamente el mismo efecto que la subcutánea. Lo importante es que llegue a la sangre. Una vez allí, no importa si fue administrado por vía oral o subcutánea; el efecto biológico será el mismo. Esto garantiza que el paciente reciba los mismos beneficios, sin importar la modalidad de administración”.
El médico Matías Deprati, especialista en medicina familiar ambulatoria y Asuntos Médicos del laboratorio Elea, destacó la importancia de las pastillas: “Muchos pacientes encuentran difícil seguir tratamientos inyectables, por lo que esta opción ofrece una alternativa accesible y cómoda que podría mejorar la calidad de vida de quienes padecen diabetes tipo 2”. En Argentina, el nuevo medicamento, denominado Dutide™, requiere prescripción médica y presenta diferencias en la frecuencia de administración. La aplicación es semanal, utilizando una pluma inyectable que se aplica debajo de la piel en el abdomen, en la parte superior del muslo o del brazo. No se debe aplicar en músculo o vena y requiere refrigeración para su conservación, entre 2°C y 8°C. Las plumas nuevas pueden mantenerse a temperatura ambiente entre 15°C y 30°C, y una vez abiertas, deben conservarse en frío. En cuanto a la formulación oral, se recomienda tomarla en ayunas, 30 minutos antes del desayuno, y puede ingerirse con hasta 120 ml de agua, equivalente a medio vaso aproximadamente. La supervisión médica es esencial para guiar la dosificación personalizada, ya que el medicamento tiene distintas presentaciones de dosificación: 3, 7 y 14 mg.
El doctor Carlos Castellano, nefrólogo del CEMIC, amplió sobre el acceso a los beneficios comprobados de la semaglutida en términos metabólicos, cardiovasculares y renales en pacientes con diabetes tipo 2. “En caso de insuficiencia renal crónica (IRC), particularmente en aquellos con una tasa de filtración glomerular menor a 60 ml/min, la semaglutida ha demostrado ser efectiva en la reducción de peso”, detalló Castellano. El experto agregó que se han analizado sus versiones en estudios como SUSTAIN y PIONEER, que demostraron un retardo en la progresión del deterioro funcional renal. “Con respecto a la seguridad, se ha demostrado que es significativamente superior al comparador (placebo)”, completó el nefrólogo.
En este sentido, Eduardo Spitzer, de Elea, mencionó que lograron garantizar la absorción de las moléculas gracias a la utilización de un excipiente llamado SNAC. Schindler de Nordisk destacó que esta innovación mostraba “buenos efectos sobre la glucosa” y logró evolucionar para convertirse en un tratamiento de acción prolongada que se administra semanalmente, con un 15-20% de eficacia. “Con el GLP-1, hemos abierto puertas a nuevas posibilidades. Hay una ruta biológica que produce efectos significativos, pero igualmente importante es que esto se logra de manera segura. Muchas personas piensan que se trata de moverse más, pero esto demuestra que es mucho más complejo. Existen distintos factores que impactan en la obesidad”, consideró el líder danés.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha definido las enfermedades crónicas como una de las grandes epidemias del siglo XXI, ubicándolas entre las 10 principales causas de muerte a nivel global. El crecimiento de los casos de diabetes es motivo de preocupación para los sistemas de salud, impulsado por cambios en el estilo de vida moderno, que incluyen mayores tasas de sedentarismo y una alimentación poco balanceada. Actualmente, se estima que 450 millones de personas viven con diabetes, y las proyecciones para los próximos 25 años son alarmantes, ya que se espera que esta cifra se acerque al 50%, impulsada por el envejecimiento poblacional y el incremento del sobrepeso y la obesidad. Según estimaciones del Ministerio de Salud, alrededor del 12,7% de los adultos de 18 años o más se encuentran en esta condición, y aproximadamente el 40% ignoran que padecen diabetes. Un diagnóstico adecuado es crucial para prevenir complicaciones graves, como problemas cardiovasculares y daño a los nervios.
Hasta ahora, el tratamiento con semaglutida se presentaba con desafíos en términos de su forma inyectable. Este medicamento ayuda a la secreción de insulina y reduce el riesgo de hipoglucemia. Además, promueve beneficios adicionales, ya que muchos estudios clínicos han demostrado que puede reducir la hemoglobina glicosilada entre un 1.4% y un 1.5%, ayudando a que el 70% de los pacientes alcancen sus objetivos glucémicos. En ensayos clínicos, se registraron pérdidas de peso promedio de entre 4 y 6 kilogramos, lo cual es relevante para quienes enfrentan el desafío del sobrepeso. La semaglutida también impacta en la salud cardiovascular, extendiendo su uso “off label” para tratar la obesidad, un problema de salud pública significativo. Por esta razón, la llegada de este enfoque terapéutico es importante para el tratamiento de estas condiciones, ya que se observan mejoras significativas en la salud cardiovascular. La semaglutida presenta un efecto antiinflamatorio en las arterias y disminuye el riesgo de obstrucción arterial, lo que puede desencadenar infartos o accidentes cerebrovasculares (ACV). La doctora Vázquez comentó que, en estudios recientes, se ha demostrado la capacidad de estos tratamientos para reducir los riesgos asociados a la diabetes.
La doctora Florencia Aranguren, internista y miembro del capítulo de la Sociedad Argentina de Cardiología, afirmó que la semaglutida es altamente efectiva en la reducción de la hemoglobina glicosilada, además de promover un perfil de seguridad robusto. El doctor Castellano, del CEMIC, remarcó que la semaglutida ha demostrado ser segura en pacientes con problemas renales: “Los efectos gastrointestinales son los más frecuentes en la población, aunque son dosis dependientes y generalmente transitorios durante la fase de titulación”. Se ha reportado que los efectos adversos son mínimos y suelen disminuir a medida que el cuerpo se adapta al fármaco.
La semaglutida fue desarrollada inicialmente y comercializada en dosis de 0,25 y 0,5 miligramos. Posteriormente, se obtuvo la aprobación para su comercialización como Wegovy™ en dosis de 2,4 mg en Estados Unidos, Europa y varios países de Asia. La autorización inicial fue destinada a la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) para su uso médico, y se recomienda que los pacientes siempre consulten a un especialista para optar por el tratamiento que mejor se ajuste a sus necesidades específicas. La doctora Vázquez aconsejó: “A menudo, recibimos consultas de personas interesadas en saber si el tratamiento cumple con un patrón alimentario adecuado. Mi consejo es que se acerquen a un especialista, de este modo podrán recibir un tratamiento adecuado y ajustado a sus necesidades”.
Es importante tener en cuenta que cualquier mejora en la salud puede conllevar problemas óseos, dificultades respiratorias y trastornos del sueño, lo que acarrea diversas comorbilidades. La doctora Harwicz, exdirectora del Consejo de Cardiometabolismo, precisó que los efectos adversos más frecuentes son gastrointestinales, como náuseas, distensión abdominal, eructos, constipación y diarrea. Estos efectos pueden aparecer al inicio del tratamiento y se pueden minimizar con una adecuada indicación dietaria, que incluya porciones adecuadas y la reevaluación del hambre de cada paciente. Se recomienda un acompañamiento integral que incluya la selección adecuada de alimentos, trabajo sobre el comportamiento alimentario, actividad física y manejo de emociones, evitando la idea de soluciones milagrosas. La doctora Harwicz concluyó que los fármacos deben indicarse de manera progresiva y evaluarse según la tolerancia y la respuesta del paciente, con un seguimiento periódico y consensuado para aumentar la dosis en situaciones que lo requieran.