El consumo de diferentes tipos de té puede ofrecer beneficios significativos para la salud, especialmente en el contexto de la diabetes y el control del azúcar en sangre. Los tés contienen compuestos activos, como polifenoles y antioxidantes, que favorecen el metabolismo del azúcar en sangre. Estos elementos pueden mejorar la sensibilidad a la insulina, reducir la inflamación y actuar sobre factores metabólicos cruciales para el control de la glucosa en sangre. La nutricionista Erin Palinski-Wade explicó a EatingWell que los tés no solo ayudan a prevenir picos de glucosa tras las comidas, sino que también contribuyen a la salud cardiovascular y a reducir el riesgo de complicaciones asociadas con la diabetes, como problemas renales y neuropatías. Aunque cada variedad de té tiene propiedades únicas, los beneficios generales de estos tés los convierten en aliados ideales para una dieta equilibrada en personas con diabetes.
Té verde
El té verde es una de las variedades más recomendadas debido a su alto contenido de catequinas, que son benéficas para el corazón. Según Palinski-Wade, un compuesto llamado epigalocatequina-3-galato (EGCG) puede reducir el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Un estudio publicado en la revista Diabetes and Metabolism respalda estos efectos, destacando cómo el consumo regular de té verde puede tener un impacto positivo en la reducción de marcadores de inflamación.
Té negro
El té negro, conocido por su sabor intenso y su abundante contenido de polifenoles, se ha asociado con la mejora de la regulación postprandial. Esta variedad es una opción ideal para quienes desean controlar sus niveles de azúcar en sangre sin renunciar a una bebida sabrosa. Trista Best mencionó que el té negro puede ayudar a evitar bruscos aumentos de glucosa después de las comidas. Estudios publicados en The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism refuerzan esta idea al observar que los niveles de glucosa en diabéticos mejoran con el consumo de té negro.
Té de manzanilla
La manzanilla es conocida principalmente por sus propiedades relajantes, pero también posee significativos beneficios para quienes padecen diabetes. Se ha observado que su consumo habitual puede ayudar a disminuir el HbA1c, un marcador a largo plazo del control de la glucosa. Además, se ha documentado que la manzanilla puede tener efectos positivos en la salud renal. La ausencia de cafeína en esta infusión la convierte en una excelente opción para relajarse antes de dormir, sin afectar los niveles de glucosa.
Té de hibisco
El hibisco es famoso por su vibrante color rojo y su contenido de ácido, que tiene efectos positivos en la presión arterial y el colesterol. Los estudios han demostrado que esta infusión puede ayudar a reducir el LDL (colesterol “malo”), contribuyendo así a la prevención de enfermedades cardiovasculares. El hibisco es particularmente rico en antioxidantes, que son esenciales para la salud del corazón. Además, se puede consumir en cualquier momento del día sin afectar el sueño ni la energía.
Té de jengibre
El jengibre es otro té conocido por sus propiedades beneficiosas. Algunos estudios sugieren que podría ayudar a mejorar los lípidos en sangre, lo que lo convierte en una adición valiosa a la dieta. El jengibre ofrece múltiples beneficios para la salud, pero es importante seguir algunas recomendaciones para maximizar sus efectos: evitar edulcorantes añadidos, como el limón o la canela, limitar el uso de crema y leche entera, y preferir leches vegetales bajas en grasa. También se aconseja elegir té de jengibre por la noche y optar por hojas sueltas para obtener mayores concentraciones de compuestos activos.
Cada tipo de té tiene un papel único en el bienestar metabólico y ofrece una amplia gama de opciones para la salud. Es recomendable consultar a un profesional de la salud antes de incorporar cambios significativos en la dieta.