
El portaaviones USS Abraham Lincoln (CVN-72) ha dejado recientemente el Medio Oriente para ser desplegado en el Pacífico bajo el mando de la Séptima Flota, lo que resulta en la ausencia de este tipo de buques en la región por segunda vez en el año, según informó el Departamento de Defensa. Este portaaviones había llegado a la región en agosto de 2024 como parte de un esfuerzo por reforzar la presencia naval en medio de tensiones constantes. Su despliegue coincidió inicialmente con el Theodore Roosevelt (CVN-73), que estaba en una misión conjunta destinada a garantizar la seguridad marítima ante las amenazas de los ataques hutíes respaldados por Irán en el Mar Rojo y el Golfo de Adén.
Según fuentes oficiales, los aviones F-35C del USS Abraham Lincoln llevaron a cabo misiones de combate y apoyo a las operaciones de la Marina, que incluían patrullajes de disuasión. A pesar de que el secretario Lloyd Austin había señalado que el portaaviones permanecería en la región de manera indefinida, su partida se produjo el fin de semana, dejando al grupo de ataque del portaaviones sin su buque insignia. Este traslado se da en un contexto global donde la US Navy ha tenido que redirigir recursos para responder a crisis en Europa y en la región del Asia-Pacífico.
El grupo de ataque del USS Abraham Lincoln incluye tres destructores de la clase Arleigh Burke: Frank E. Petersen Jr., Michael Murphy y Spruance, los cuales continuarán operando en el área de responsabilidad del Indo-Pacífico, un sector clave ante el creciente poder militar de China y Corea del Norte. La reorganización de las fuerzas fue anunciada por el Pentágono, que ha indicado que mantendrán otros activos en la región, incluidos cuatro que actualmente operan en el Pérsico.
Adicionalmente, el CENTCOM ha recibido unidades que han sido desplegadas en el Medio Oriente, donde también se han concentrado desde finales de 2021, particularmente a raíz de la invasión rusa a Ucrania en febrero de 2022. En octubre de 2023, la intensificación del conflicto entre Israel y Hamas, así como los ataques contra embarcaciones comerciales, ha llevado a una nueva redistribución de las fuerzas navales estadounidenses. Estas medidas han incluido el envío de bombarderos estratégicos B-52 con capacidad disuasoria para apoyar las rutas marítimas internacionales.
El Harry S. Truman (CVN-75) se encuentra en el Atlántico, cerca de las Islas Azores, y se perfila como el próximo portaaviones que será enviado a la operación Guardians of Prosperity. Esta iniciativa, que está liderada por la US Navy, tiene como objetivo garantizar el tránsito seguro en aguas vulnerables que están bajo el acecho de misiles y drones utilizados por grupos armados. La última vez que un portaaviones dejó la región fue en junio, cuando el Dwight D. Eisenhower (CVN-69) finalizó sus operaciones tras siete meses. En ese momento, el USS Abraham Lincoln asumió temporalmente el mando antes de regresar a su base. Desde entonces, ha estado confiado principalmente en la Costa Oeste, mientras que otros buques han sido redirigidos, considerando que la situación es prioritaria frente a la creciente influencia militar en la región. El Carl Vinson (CVN-70), según lo citado por Business Insider, está realizando operaciones rutinarias en la Tercera Flota, aunque no se han revelado detalles sobre la duración de su misión.