Los destinos finales de los apóstoles de Jesús: ¿qué les ocurrió tras su muerte?

Los 12 apóstoles de Jesús: 11 martirizados en su fe
Los 12 apóstoles de Jesús: 11 martirizados en su fe

La historia de los apóstoles de Jesús es un relato que ha perdurado a lo largo de los siglos, destacando la vida y el martirio de estos 12 hombres que fueron elegidos para difundir la enseñanza cristiana. En el contexto de la tradición cristiana, se establece que todos los apóstoles fueron discípulos de Jesús, pero no todos los discípulos alcanzaron el estatus de apóstoles. Según información de El Mundo, los evangelios relatan que Jesús siempre estuvo acompañado de un grupo de personas que aprendían de sus enseñanzas durante sus sermones en diversos lugares. Este primer grupo de seguidores se estima que contaba con decenas de personas, y algunos relatos mencionan más de 70, a quienes se les conocía como discípulos, o “estudiantes aprendices”.

Por otro lado, los apóstoles fueron específicamente los 12 hombres que, según la Biblia, fueron seleccionados por Jesús para llevar su mensaje al mundo. Una representación icónica de este grupo es la famosa pintura de ‘La última cena’, que ilustra el banquete que Jesús compartió con sus apóstoles antes de su crucifixión. Los nombres de estos apóstoles, tal como se reconocen en la Biblia, son: Pedro, Andrés, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago (hijo de Alfeo), Tadeo, Simón el Zelote y Judas Iscariote, quien traicionó a Jesús y fue posteriormente reemplazado por Matías.

El destino de los apóstoles tras la muerte de Jesús

Las escrituras indican que, tras la crucifixión de Jesús, los apóstoles se dispersaron para evangelizar en diferentes regiones del mundo, enfrentándose a numerosos peligros. La vida de estos 12 apóstoles estuvo marcada por el sufrimiento y el martirio, ya que, según los estudiosos, 11 de ellos encontraron la muerte en condiciones extremas. Es importante señalar que la información sobre sus muertes proviene de escritos antiguos, que pueden variar en sus relatos.

Martirio de los apóstoles

Pedro: Según los Padres de la Iglesia, Pedro fue martirizado y crucificado en Roma bajo la orden del emperador Nerón. Su tumba se encuentra en el lugar donde se construyó la famosa basílica de San Pedro, ordenada por Constantino I el Grande.

Pablo: Fue crucificado en Patras, en la actual Grecia, por orden del proconsul Egeas. Se dice que sus manos fueron atadas a una cruz en forma de ‘X’, donde continuó predicando hasta su muerte.

Santiago, el mayor: La Real Academia de Historia indica que fue ejecutado por Herodes Agripa I en Jerusalén, quien mandó a descuartizar su cuerpo tras su muerte.

Juan: Se considera que fue el apóstol que sufrió más martirios entre Roma y Éfeso, aunque las escrituras afirman que murió de muerte natural durante el reinado de Trajano.

Felipe: Según los ‘Hechos de los apóstoles’, fue capturado mientras predicaba en Escytia (actual Turquía) a la edad de 87 años. Posteriormente, fue apedreado en una plaza pública y crucificado.

Bartolomé: Fue crucificado en la India por el rey Astiages, quien lo acusó de pervertir a su hermano. Existen relatos que indican que su cuerpo fue despellejado y decapitado.

Mateo: El Vaticano detalla que sufrió un martirio en Etiopía tras oponerse al matrimonio del rey Hirciaco con su sobrina Ifigenia, quien se había convertido al cristianismo. Se dice que le fue enterrada una lanza en el pecho.

Tomás: Según el libro de los ‘Hechos’, sufrió martirio en la India alrededor del año 72 d.C. El rey Mazdai lo mandó matar después de que él convirtió a su esposa e hija al cristianismo. Tres soldados le enterraron una lanza en el corazón.

Santiago, hijo de Alfeo: La tradición sostiene que murió apedreado en Jerusalén mientras predicaba en el año 63 d.C. Otra versión sugiere que fue crucificado en Egipto, aunque esta idea es menos aceptada.

Tadeo: La Biblia menciona que Tadeo, también conocido como Judas Tadeo, predicó en el actual Líbano. Hacia el año 63 d.C., fue apedreado y golpeado con garrotes por una multitud, lo que resultó en su muerte. Posteriormente, fue decapitado.

Simón el Zelote: Conocido así para diferenciarlo de Simón Pedro, se le atribuye haber sido crucificado en Jerusalén, donde fue obispo. Se dice que predicó en el norte de África y en partes de Europa Central.

Judas Iscariote: Es conocido por haber traicionado a Jesús ante los sacerdotes en Jerusalén. El Nuevo Testamento relata que, tras su traición, se ahorcó atando una cuerda a un árbol.

Matías: Fue un predicador en Judea hasta el año 70 d.C., cuando sus enemigos lo juzgaron por traición. Las escrituras indican que murió apedreado y luego fue decapitado. Su cuerpo fue llevado a Roma.