El aumento de la expectativa de vida y la disminución de la tasa de natalidad están provocando un cambio demográfico significativo: los países están envejeciendo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que para el año 2030, una de cada seis personas en el mundo tendrá 60 años o más. Uno de los fenómenos que acompaña al envejecimiento, y que ha recibido menos atención, es la soledad, la cual se ha visto exacerbada durante la pandemia del Covid-19. Esto se debe a que el confinamiento y el teletrabajo han reducido el contacto físico y la interacción presencial entre las personas. Uno de los efectos que puede derivarse de la sensación de soledad es el suicidio. Según la OMS, se registraron más de 720 mil suicidios en todo el mundo el año pasado. Aunque esta cifra es ligeramente inferior a los 800 mil suicidios anuales reportados en 2022, sigue siendo la segunda causa de muerte entre personas de 15 a 29 años, solo superada por los accidentes de tránsito. En el caso de los adultos mayores, se estima que el 32% de las muertes por suicidio corresponden a individuos de 65 años o más.
El caso de Japón
Uno de los países que ha sido severamente afectado por el cambio demográfico es Japón, que cuenta con aproximadamente 125 millones de habitantes, de los cuales más de 36 millones tienen 65 años o más, y 58 mil superan los 100 años. Japón ocupa el sexto lugar en la tasa de suicidios dentro de la OCDE. Aunque el fenómeno del suicidio no se limita únicamente a la población mayor, las complicaciones asociadas a la edad y la soledad son factores que pueden incrementar la predisposición a tomar decisiones fatales. El director ejecutivo de SeniorLab UC, Carlos Román, afirmó: “La vejez acentúa nuestras propias trayectorias de vida y, por ende, cuando uno quiere hablar de vejez es importante hacerlo desde lo antes posible, para entender que las decisiones que nosotros vamos tomando van a repercutir y afectar en nuestro futuro”.
En 2019, Japón había logrado reducir la cantidad de suicidios, pasando de poco más de 20 mil a cerca de 19 mil casos, gracias a medidas implementadas en años anteriores, como la reducción de las horas de trabajo y la mejora en la prevención en los establecimientos escolares. Sin embargo, a raíz de la pandemia, los números volvieron a aumentar, lo que generó preocupación en el Gobierno japonés. En respuesta, se creó un Ministerio de la Soledad en febrero de 2021, con el objetivo de prevenir el aislamiento social. Esta entidad ha promovido la creación de comunidades para fomentar la interacción social y mejorar la calidad de vida mediante la creación de espacios más verdes. Además, ha establecido líneas de ayuda directas para las personas que se ven afectadas por la soledad.
Iniciativas en el Reino Unido
Japón no es el único país que enfrenta este desafío. El Reino Unido fue pionero en abordar la soledad como un problema de Estado, creando un Ministerio de la Soledad en 2018. Se estima que en Inglaterra, la mitad de las personas de 75 años vive completamente sola. La actual secretaria de Estado para la soledad, Tracey Crouch, comentó: “El problema de la soledad es diferente de una persona a otra. Significa aislamiento social y puede agravarse por problemas de movilidad o de edad”. Además, el Reino Unido enfrenta el desafío de una gran cantidad de personas mayores que viven en condiciones de pobreza, lo que les obliga a trabajar a tiempo completo para complementar sus ingresos. Según datos del Centro para un Mejor Envejecimiento del Reino Unido, los adultos de entre 60 y 64 años son los que presentan las tasas de pobreza más altas del país.
La situación en Chile
En Chile, la última edición de la Encuesta de Calidad de Vida de la Vejez 2022 reveló que un 42% de los encuestados se siente solo, cifra que aumenta al 60% entre quienes viven solos. El estudio también mostró que el 55% de las personas mayores en Chile tiene un alto riesgo de aislamiento social. Este fenómeno se produce por diversos factores, siendo el edadismo y la brecha digital elementos que profundizan el problema. Carlos Román comentó: “En Chile todavía las personas mayores tienen dificultades en algunos espacios para sentir mayor autonomía, en el mundo digital sobre todo por los avances tan rápidos y en aspectos sociales y comunitarios”.
La tasa de natalidad en Chile es de 11,7 nacimientos por cada 1.000 habitantes, según los datos más recientes del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), actualizados a 2022. Esta cifra se encuentra significativamente por debajo de la tasa promedio global de 17 nacimientos, según el Banco Mundial. Al mismo tiempo, la expectativa de vida en el país supera los 80 años. De acuerdo con proyecciones del INE, para 2026, las personas mayores de 60 años representarán más del 20% de la población. Gonzalo Farías, neurólogo de la Universidad de Chile y coordinador del Grupo de Trabajo de Demencia de Sonepsyn, mencionó: “Los adultos mayores estamos aumentando en número. Esto es una verdad innegable y lo es en todos los países en desarrollo, sobre todo en los países que son de bajos y medianos ingresos”.
La jubilación y el cierre de la etapa laboral conllevan un aumento en el tiempo libre, pero también la pérdida de gran parte de la socialización. Carlos Román afirmó: “Los chilenos y chilenas son autónomos, son independientes y son personas que en muchos casos desean seguir participando de distintos espacios, por ejemplo, el mundo laboral”. Aunque existe un componente subjetivo en la sensación de soledad, el aislamiento social ha sido considerado como uno de los factores de riesgo modificables más importantes, ya que la situación es fácilmente reversible. Gonzalo Farías indicó que el aislamiento social representa un 5% del riesgo de demencia, siendo superado solo por la genética y los factores ambientales. Farías también destacó que nada reemplaza el efecto de “mirar a alguien a la cara e interpretar qué está pensando”, ni siquiera los juegos mentales como el Sudoku.
Sin embargo, esto no justificaría la creación de un Ministerio de la Soledad en Chile. Carlos Román recalcó: “Pensar en la posibilidad de tener un Ministerio de la Soledad significa una inversión en gasto público que hoy en día no me hace mucho sentido”. Los expertos sugieren más bien mejorar la accesibilidad de los adultos mayores, tanto física como digital, y promover la intergeneracionalidad para que mantengan la sociabilidad y disminuyan el riesgo de desarrollar enfermedades.
