La sorprendente tendencia de la encuadernación artesanal que está cautivando a los jóvenes lectores

La encuadernación artística revive
La encuadernación artística revive

La encuadernación artesanal está resurgiendo como una tendencia popular entre los amantes de los libros, inspirada por videos en redes sociales que muestran el proceso de transformación de novelas. Este antiguo oficio ha capturado la atención de una nueva generación que busca dar un nuevo aspecto a sus libros, convirtiendo volúmenes de bolsillo en ediciones de tapa dura, revestidos de tela o cuero, e incluso añadiendo elementos como papel aluminio, vinilo y luces LED en las cubiertas. Los entusiastas de la encuadernación están creando estuches especiales que, al abrirse, parecen castillos, y están grabando páginas con láser para personalizar aún más sus obras.

La influencia de las redes sociales

La popularidad de la encuadernación ha sido impulsada por plataformas como TikTok, donde los creadores de contenido muestran sus proyectos de reencuadernación. Según Sydney Kerr, una creadora de contenido, “a la gente le encantan las ediciones de coleccionista que pueden exhibir y que combinan con su decoración… simplemente son muy caras”. Kerr también menciona que las reencuadernaciones inspiradas en series como Bridgerton de Netflix han tenido un gran éxito en redes sociales, destacando que “nos encanta Jonathan Bailey” pero que “las ‘caras reales’ no son la onda”.

Un hobby accesible

El proceso de encuadernación se presenta como un hobby accesible que puede iniciarse con materiales que ya se tienen en casa, permitiendo a los principiantes completar proyectos con relativa rapidez. Erin Butcher, una informática que comenzó a reencuadernar en 2023, afirma: “Tejer o hacer ganchillo puede llevar horas, solo algo sencillo, como una bufanda o un gorro. Con la encuadernación, si no estás haciendo nada loco o exagerado, puedes terminar en un día”. Sin embargo, los entusiastas pueden rápidamente volverse más ambiciosos; Marina Armbrust, una estudiante universitaria de Alemania, menciona que después de su primer libro, se compró una guillotina para facilitar el recorte de páginas.

El auge de la industria del libro

La industria editorial también está respondiendo a esta tendencia, produciendo ediciones limitadas cada vez más atractivas. Justine Bylo, editora asociada de Entangled, señala que los libros impresos están llamando la atención y desencadenando lo que se conoce como “síndrome urraca”, donde los consumidores sienten un impulso inmediato de adquirir lo que ven. Este fenómeno se observa especialmente cuando los libros están expuestos en mesas de minoristas, generando un deseo de compra: “¿Qué es eso? Lo quiero”.

Los libros empaquetados en formatos de lujo, así como las reediciones de debutantes, han logrado colarse en las listas de más vendidos, extendiendo esta tendencia desde géneros como la fantasía y el romance hasta el terror y el thriller. Kelly Dearth, cofundadora de LitJoy Crate, menciona que anteriormente los libros se imprimían de la manera más económica posible para la venta masiva, describiéndolos como “libros trocitos Dorito”.

El papel de las cajas de suscripción

Las cajas de suscripción han jugado un papel importante en el impulso de esta tendencia, enviando a suscriptores productos que inspiran el miedo a perderse algo (FOMO) entre los fandoms. Al principio, estas cajas tardaron en invertir en personalizaciones, pero lo que antes era un mercado nicho ha crecido considerablemente. Un cliente menciona: “En Costco, en cuatro fiestas, dije: ‘Mira qué tan diseñados'”, refiriéndose a la mejora en la oferta de libros.

La encuadernación como forma de expresión

La encuadernación artesanal permite a los aficionados participar en la diversión de personalizar sus libros, y muchos encuentran que las nuevas cubiertas ayudan a expresar lo que sienten sobre los textos que contienen. Georgia Blackburn, quien ha abierto una tienda en Etsy donde vende sus creaciones, afirma: “Es agradable tener algo que sea representativo de la historia, significativo”. Ella destaca que históricamente, la práctica consistía en comprar un texto y luego encuadernarlo, y considera que es bonito recuperar esa tradición.

Para Alexa Jau, una aficionada que se ha convertido en encuadernadora a tiempo completo, personalizar sus novelas favoritas les da un sentido de pertenencia. Jau, que de niña sufrió dislexia, describe el mundo de la literatura como cerrado, y ahora ve sus libros como “pequeños trofeos en la estantería”, sintiendo que son un símbolo de algo que nunca pensó que formaría parte de su vida. Algunas de sus creaciones, reconoce, “probablemente sobrevivirían a montones de lecturas”, aunque admite que es curioso gastar una suma de dinero en estos libros, “ni siquiera estoy leyendo”.