Eugenia Bosco revela su dolorosa experiencia y denuncia abuso en el deporte: “Era un mundo controlado”

Eugenia Bosco
Eugenia Bosco

La regatista argentina Eugenia Bosco ha compartido su experiencia de abuso sexual por parte de su exentrenador, mientras se prepara para competir en los Juegos Olímpicos de París 2024. En un relato conmovedor, Bosco ha decidido hacer pública su historia con el objetivo de prevenir que otros atletas sufran situaciones similares.

Experiencia de abuso y denuncia

Bosco, quien logró la medalla de plata en vela en los Juegos Olímpicos, ha revelado que desde los 11 o 12 años, sufrió abusos por parte de Leandro Tulia, su entrenador en el Yacht Club Olivos (YCO). En una entrevista con el diario La Nación, la regatista explicó que, aunque había apartado esos recuerdos de su vida, un proceso interno le permitió comprender lo que había vivido. “Tenía 11 ó 12 años y lo aparté de mi vida hasta hace un par que pude ver, trabajando obviamente con gente acompañándome. Lo volver a mente arrancó otro proceso. Yo sabía había algo en mí, no dónde venía, pero algo”, expresó.

La denuncia fue presentada ante la Unidad Fiscal Especializada en Violencia de Género (UFE Género) de Vicente López, donde la fiscal Lida Osores Soler investiga los abusos que ocurrieron en el dormitorio del entrenador dentro del club náutico. Según Bosco, durante su formación como regatista, recibió “comentarios sexuales permanentes” y se sintió atrapada en un entorno que parecía seguro, pero que en realidad estaba controlado por su entrenador.

Impacto emocional y proceso de sanación

La medallista olímpica relató que el trauma que había reprimido durante años emergió tras ver el documental Atleta A, que aborda el abuso en la gimnasia estadounidense. “No podía creer, veía y lloraba. Me desbloqueó el recuerdo, pensaba: ‘Esto pasó a mí’”, comentó. A medida que creció y se distanció de ese entorno, comenzó a hablar con otros clubes y a darse cuenta de que su experiencia no era única.

Además, Bosco denunció que los padres de otros niños confiaban en el club, creyendo que sus hijos estaban seguros bajo el cuidado de Tulia. “Mis padres confiaban en el club. Ellos creían que estaban seguros, ahí días verlo”, enfatizó. Este contexto ha llevado a un panorama alarmante, ya que tras la denuncia de Bosco, se han sumado tres denuncias más de regatistas que vivieron situaciones similares durante la misma época.

Decisión de hablar y generar conciencia

Después de recibir apoyo y orientación, Bosco tomó la firme decisión de formalizar su denuncia. “La noche anterior paraba llorar”, detalló. Previamente, había compartido su experiencia con un psicólogo, quien la ayudó a relatar lo sucedido a sus padres, quienes finalmente la respaldaron en su decisión de denunciar. “Yo sentía que estaba inconcluso en mi cabeza”, afirmó.

La regatista describió el acto de denunciar como liberador y sanador. “Desde que lo hice, me sentí poderosa”, expresó. A pesar de las difíciles emociones y enfrentamientos internos, Bosco subrayó que su motivación para hablar no solo era personal, sino también un mensaje para generar conciencia en los espacios deportivos y familiares. “Denunciarlo era un pendiente conmigo misma”, señaló.

La regatista también expresó su deseo de que su mensaje llegue lejos y genere un cambio en la sociedad. “Me gustaría que llegue lejos, mediático, creo que es lindo para la sociedad. Para niños, padres, entrenadores, que trabajen en círculos así, niños y mujeres, sea. Hay situaciones que importan a cualquier edad. Pero hay que tratar de ser empáticos y pensar en lo que se dice, tal piropo o comentario”, concluyó.