El humor y la ironía: ¿por qué son esenciales en nuestra vida diaria?

Ironía y humor: el equilibrio perfecto que enriquece nuestras vidas y relaciones.
Ironía y humor: el equilibrio perfecto que enriquece nuestras vidas y relaciones.

El humor y la ironía pueden ser herramientas valiosas en la crianza y la salud mental, promoviendo la resiliencia y mejorando las relaciones interpersonales.

El uso del humor y la ironía como herramientas para afrontar la vida diaria ha sido objeto de estudio por parte de diversos especialistas. Estas características se definen generalmente como formas de expresión que pueden transmitir significados opuestos a lo que se dice, al mismo tiempo que reflejan una disposición duradera a mostrarse alegre y complaciente, según la Real Academia Española. A continuación, se presenta un análisis de lo que dicen los expertos sobre este tema.

Diego López Gomara, médico psiquiatra y miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), comentó en una entrevista con Infobae que “el humor es un producto extraordinario del lenguaje humano, solo comparable en su complejidad y efectos a la palabra poética”. Según López Gomara, el humor y la ironía son elementos que facilitan la interacción social, ayudando a crear vínculos más cordiales y afables, además de canalizar corrientes agresivas hacia uno mismo o hacia otros. “Tomarse las cosas a broma es una forma de contener la autoagresión”, añadió.

Además, López Gomara destacó que el humor tiene un poder terapéutico sobre las personas, ya que puede ser utilizado como un instrumento para curar padecimientos del alma. Sigmund Freud, en un célebre artículo, exploró la relación entre el chiste y el inconsciente, afirmando que “los chistes deben ser tomados muy en serio porque, al igual que los sueños, tienen la capacidad de revelar verdades subjetivas que son difíciles de expresar de otras maneras”. Según el psiquiatra, “la psique humana y los fenómenos inconscientes están estructurados a través de combinaciones de palabras, de manera similar a los mecanismos que utilizamos para formar chistes”. Por lo tanto, el humor se presenta como un instrumento privilegiado dentro del arsenal terapéutico.

El filósofo y docente Esteban Ierardo, de la Universidad de Buenos Aires (UBA), también se pronunció sobre el tema en una consulta con Infobae. Ierardo señaló que el humor es una elección pura que busca desdramatizar la vida en la medida de lo posible, predisponiendo a las personas a buscar alegría y agradecimiento por estar vivas. La risa, según él, alivia y distiende, y puede relacionarse con la sátira, que no es simplemente una burla, sino una crítica social humorística. Además, la risa puede percibirse como un peligro en un orden basado en la extrema seriedad. Ierardo citó a Aristóteles, quien en su obra “Ética nicomáquea” menciona que el óptimo se encuentra en un punto intermedio entre la seriedad y la frivolidad.

En cuanto a la ironía, Ierardo la describió como un ingenio mordaz que implica una burla elaborada. “La ironía disimula lo que se piensa; es un ‘engaño verbal'”, explicó, añadiendo que cuando se ironiza, se oculta una verdad. El filósofo también remarcó que el filo crítico de la ironía cuestiona el exceso de racionalismo y propone una visión más romántica, como la de Friedrich Schlegel. Friedrich Nietzsche, por su parte, entendía que la ironía pone en duda la moralidad tradicional, presentando así un doble rostro: por un lado, el ocultamiento de la verdad y, por otro, la confrontación con la autoridad. De esta manera, el humor puede enriquecer la vida y poner límites a la tragedia, al tiempo que estimula la lucidez y la agudeza del ingenio.

Recientemente, un estudio realizado por investigadores de Penn State, en la Universidad de Pensilvania, reveló que el humor puede ser una herramienta útil para los padres. En este estudio piloto, se descubrió que la mayoría de los encuestados considera que el uso del humor influye positivamente en la calidad de la crianza de los hijos. El equipo de investigación publicó sus hallazgos en la revista PLOS One. Benjamin Levi, profesor de pediatría y humanidades en la Facultad de Medicina de Penn State y autor principal del estudio, explicó que “el humor enseña flexibilidad cognitiva, alivia el estrés y promueve la resolución creativa de problemas y la resiliencia”. Levi también mencionó que él mismo ha implementado estas prácticas tanto en su clínica como en su vida personal.

La investigación buscaba responder a la pregunta fundamental de cómo utilizar el humor de manera constructiva. Aunque se han analizado aspectos del juego en contextos de desarrollo infantil, Levi indicó que hasta ese momento no se había explorado este tema en profundidad. Lucy Emery, coautora del estudio, señaló que existe un paralelismo entre el humor en la crianza y en los negocios, donde se ha demostrado que el humor ayuda a reducir jerarquías, crea mejores entornos de colaboración y creatividad, y disipa la tensión. Emery sugirió que, aunque las relaciones afectuosas en el ámbito laboral podrían tener un efecto similar en la crianza, el humor puede ayudar a aliviar la tensión en situaciones estresantes.

El estudio incluyó a 312 participantes, con edades comprendidas entre los 18 y 45 años. La mitad de los encuestados afirmó haber sido criados en un ambiente donde se utilizaba el humor. Además, el 71% de los encuestados estuvo de acuerdo en que planeaba utilizar el humor en su crianza, considerando que este recurso podría aportar beneficios. Se observó una correlación clara en la evaluación que los adultos hacían de sus progenitores. Del grupo encuestado, el 50,5% afirmó que sus padres habían hecho un buen trabajo en su crianza, mientras que solo el 2,9% manifestó que sus progenitores apenas habían cumplido con su rol. En contraste, el 44,2% consideraba que sus padres habían hecho un buen trabajo, lo que sugiere marcadas diferencias en la percepción de la crianza entre ambos grupos.

Cynthia Zaiatz, jefa del departamento de Salud Mental del Sanatorio Modelo Caseros, también aportó su perspectiva sobre el tema. Zaiatz destacó que existen distintos tipos de comportamiento verbal, y que la ironía puede ser malinterpretada, lo que puede llevar a que una persona se sienta mal. “Es importante tener cuidado con el uso de la ironía”, advirtió. La especialista agregó que hay temas importantes que discutir, y que muchas personas saben distinguir entre el humor y la ironía, aunque no todos lo hacen de la misma manera. “Es imposible que alguien esté de buen ánimo todos los días haciendo bromas todo el tiempo”, concluyó.

Finalmente, la doctora Mirta Goldstein, presidenta de una institución dedicada a la salud mental, enfatizó la importancia de la conversación en la formación de la psique. Goldstein explicó que el sufrimiento puede transformarse en algo compartible, donde se conjugan amor y odio, y donde la agresividad puede ser una respuesta a la dificultad. “Para Freud, el humor es una forma de obtener alivio del displacer que proviene del mundo exterior”, postuló Goldstein, añadiendo que el humor intenta desdramatizar y disimular las contradicciones y conflictos que surgen entre lo que se ama y lo que se desea destruir.