El uso de la heladera es una herramienta clave en la preservación de alimentos, pero no todos los productos deben almacenarse en frío. Según reveló la nutricionista clínica Jhanvi Sanghvi, refrigerar ciertos alimentos como cebollas, ajo y papas puede convertirlos en un peligro para la salud, mientras que otros, como bananas y jengibre, pierden su textura y sabor. Esto afecta la calidad de los alimentos y puede provocar reacciones adversas en el organismo.
Cebollas: las micotoxinas
Las cebollas son especialmente susceptibles a las condiciones de la heladera. “La humedad elevada en el interior de este electrodoméstico fomenta la proliferación de esporas de moho en la superficie de las cebollas”, explicó Sanghvi al Daily Mail. Estas esporas generan sustancias químicas producidas por hongos que pueden ser altamente tóxicas para los seres humanos. El consumo de cebollas contaminadas puede provocar una serie de síntomas gastrointestinales, como vómitos, dolor abdominal y diarrea. Además, según la profesional, la exposición prolongada podría tener efectos más severos, como daño hepático o incluso un mayor riesgo de cáncer en casos extremos. Para evitar este problema, recomienda almacenar las cebollas en un lugar fresco, seco y oscuro, como una despensa o un armario ventilado. Este método reduce y limita la formación de moho. También es importante mantenerlas alejadas de las papas, ya que estas emiten gas etileno, lo que acelera su descomposición.
Ajo: brotes dañinos
El ajo, otro alimento básico en muchas cocinas, también enfrenta riesgos cuando se almacena en la heladera. La experta advierte que las bajas temperaturas hacen que los bulbos desarrollen brotes verdes, perdiendo consistencia en el proceso, conocido como brotación. Este fenómeno genera condiciones ideales para el desarrollo de toxinas peligrosas, similares a las micotoxinas. Aunque el ajo brotado sigue siendo comestible en algunos casos, su sabor se torna amargo, lo que puede arruinar platos que dependen de su frescura y potencia. Para conservarlo de manera segura, debe almacenarse en un lugar con buena ventilación, preferiblemente en un recipiente perforado que permita el flujo de aire.
Papas: dilema acrilamida
Cuando las papas se almacenan en la heladera, el almidón se descompone en azúcares simples. Sin embargo, el verdadero problema surge al cocinarlas a altas temperaturas. Durante los procesos de horneado o fritura, estos azúcares interactúan con el aminoácido asparagina, produciendo un compuesto químico potencialmente dañino. Este compuesto ha estado vinculado a estudios en animales de laboratorio, aunque los estudios en humanos no son concluyentes. Las agencias de seguridad alimentaria, como la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC), clasifican este compuesto como “probablemente cancerígeno”. Sin embargo, el profesor Thomas Sanders del King’s College London cuestionó la gravedad del riesgo, indicando que depende de los métodos de cocción y almacenamiento. Para mitigar este riesgo, se recomienda remojar o blanquear las papas antes de optar por hervirlas o asarlas a bajas temperaturas. La FSA actualizó recientemente sus directrices, indicando que tanto el almacenamiento fresco como el seco genera discrepancias entre expertos.
Bananas: color comprometido
Las bananas, como frutas tropicales, son sensibles a la refrigeración, lo que interrumpe su proceso natural de maduración, haciendo que la piel se torne marrón y la pulpa pierda firmeza. Esto representa un compromiso para la salud, ya que afecta su atractivo visual. Para mantener su frescura, se recomienda almacenarlas a temperatura ambiente, lejos de fuentes de calor directo.
Jengibre: pérdida de propiedades
El jengibre, un ingrediente común en la cocina asiática y en remedios caseros, sufre consecuencias cuando se almacena en la heladera. “La refrigeración provoca que se deshidrate, lo que lo vuelve menos efectivo para usos culinarios y medicinales”, advierte Sanghvi. Al igual que el ajo, para prolongar su duración, se sugiere envolverlo en papel toalla y colocarlo en un recipiente hermético.