Martín Labra: el chileno campeón del mundo en esquí náutico

Martín Labra partió a los cuatro años en el deporte y tiene un muy especial vínculo con una figura histórica del esquí náutico en Chile.

Martin Labra
Con 15 años, Martín Labra se conviertió en el campeón del Mundial Sub 17 de esquí náutico. Además, posee varias marcas.

Martín Labra es campeón del mundo. El mejor indiscutido sobre la superficie del lago. Puede avanzar a 90 kilómetros por hora, haciendo trompos sobre el agua, con mortales y giros que por momentos lo llevan al mareo.

En agosto pasado se proclamó campeón en el Mundial Sub 17 de esquí náutico en Florida, Estados Unidos. Registró, además, el récord mundial en overall, pese a que meses antes pensó que se iba a perder la prueba. La marca de 2556,77 puntos se hizo oficial hace algunos días. Y todo esto con 15 años.

“A principios de este año tuve una lesión en la rodilla. Me corté el ligamento medial y tampoco sabía si iba a llegar 100% al Mundial. Llegué con poco margen. En el Mundial, mis rivales me pusieron marcas muy altas, entonces traté de hacer lo mejor posible y salieron esas marcas”, comentó a un medio nacional.

A los 12 años se convirtió en el deportista nacional más joven en competir en un evento continental absoluto y antes de eso había superado récords de adultos que se habían mantenido por casi dos décadas en Chile. Con 13 años fue a su primer Mundial de mayores.

En su palmarés hay dos oros mundiales Sub 17 (overall y figuras) y una plata Sub 21 (figuras). Este fin de semana se anotó en su primera final mundial adulta y finalizó séptimo en la definición de figuras.

Martín Labra y su mentor

En el crecimiento deportivo de Labra hay una figura trascendental. Su padrastro es Rodrigo Miranda, figura histórica del esquí náutico en Chile.

“‘Toti’ es como mi papá. Siempre ha estado ahí desde chico, para lo que necesite. Lo quiero como un papá”, afirma Labra.

Miranda conoció a Labra cuando tenía cuatro años y se casó con su madre, la ex hockista Catalina Thiermann. Pero la relación no es sólo familiar: Miranda también es su entrenador. Compartiendo horas en la laguna se fue enhebrando su vínculo.

Pese a los 25 años de diferencia, ya han compartido varios torneos. Cuando “Tincho” ganó el Mundial Junior, Miranda subió una foto a Instagram de ambos abrazados. “Una imagen vale más que mil palabras”, escribió.

“Él tiene presente a su papá, pero yo lo considero un hijo. Tenemos una relación muy buena, es súper cercana. Obviamente cuando los resultados andan mal, uno se lleva el problema para la casa y es un poco más latero. Lo conversamos y lo analizamos en video. Le damos un poco más de vueltas de lo normal, pero eso ayuda al proceso”, afirma Rodrigo Miranda.

Toti” revela que Labra es un “chico activo, pero tranquilo”. Le gusta jugar golf y al FIFA en el PlayStation.

“Cuando empiezo a pensar en cosas muy grandes, me dicen que me enfoque en el presente, que lo otro va a llegar solo, que hay que hacer las cosas bien ahora para que lo otro llegue después”, declaró.