
La búsqueda de la perfección puede ser tanto una virtud como un defecto, según lo indican diversos especialistas en salud mental. Aunque la aspiración a la excelencia es considerada beneficiosa, cuando se convierte en una obsesión, puede llevar a la ansiedad y a una insatisfacción crónica. Este fenómeno no solo afecta la vida personal de los individuos, sino que también tiene repercusiones en su entorno profesional y social. En este contexto, Infobae consultó a expertos para explorar las implicaciones del perfeccionismo y cómo abordarlo de manera efectiva.
Definición y características del perfeccionismo
El doctor Eduardo Keegan, especialista en psicología y profesor titular en la UBA, define el perfeccionismo como una disposición de la personalidad que puede ser tanto adaptativa como desadaptativa. Esta tendencia se caracteriza por la autoimposición de estándares elevados en el propio desempeño. Keegan explica que “esta parte sí misma problemática” se manifiesta en la búsqueda de la excelencia y en la motivación para alcanzar resultados elevados.
Ejemplos de perfeccionismo en el deporte
Un ejemplo notable de perfeccionismo en el ámbito deportivo es el tenista Novak Djokovic, cuya intensa rutina de entrenamiento le ha permitido mantenerse en la cima del ranking mundial a los 38 años. Keegan menciona que “los atletas olímpicos profesionales suelen ser personas perfeccionistas que buscan desempeños excepcionales y se entregan con esfuerzo y dedicación”. Sin embargo, el problema surge cuando el deseo de lograr altos estándares se transforma en un intento de evitar catástrofes.
Consecuencias del perfeccionismo
El especialista señala que pensar que se puede alcanzar un resultado óptimo puede tener consecuencias graves, como el fracaso y la sensación de inutilidad. Este comportamiento se caracteriza por un temor a cometer errores y una autocrítica severa, lo que puede llevar a trastornos emocionales y depresión. Keegan advierte que “las metas elevadas en sí mismas son problemáticas si no son realizables, alcanzables y razonables”.
Intervenciones psicológicas
A pesar de que el perfeccionismo puede ser considerado una patología de la personalidad, existen intervenciones psicológicas que pueden ser efectivas. La terapia cognitivo-conductual incluye varias variantes que abordan este fenómeno. Keegan menciona que en la UBA se ha desarrollado un manual que investiga y pone a prueba estas intervenciones. A través del tratamiento, se puede lograr que el perfeccionismo clínico se convierta en un comportamiento más flexible y que los individuos puedan disfrutar de logros progresivos en lugar de obsesionarse con metas catastróficas.
Relación entre perfeccionismo y trastornos mentales
El perfeccionismo se relaciona con diversos trastornos mentales, incluyendo el trastorno depresivo mayor y el trastorno obsesivo-compulsivo. Según Keegan, el perfeccionismo también juega un papel importante en los trastornos alimentarios, como la anorexia nerviosa. La investigación sobre este tema se intensificó a fines de la década de 1990 y principios de 2000, destacando la necesidad de intervenir en factores que afectan estos cuadros complejos.
Perspectivas de otros especialistas
El doctor Diego López Gomara, psiquiatra y miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina, también aborda las implicancias del perfeccionismo. Según él, el perfeccionismo tiene una doble cara: por un lado, puede impulsar a alguien a desarrollar habilidades y mantener un alto nivel de exigencia, lo que puede llevar al crecimiento personal. Sin embargo, también puede convertirse en un obstáculo cuando el individuo no disfruta de sus logros y vive el fracaso como una fuente constante de angustia.
La lucha interna del perfeccionista
López Gomara destaca que la diferencia entre un perfeccionismo saludable y uno destructivo radica en cómo se enfrenta a la imperfección. Aceptar que nunca se alcanzará la perfección y seguir avanzando puede ser beneficioso, mientras que el perfeccionismo que paraliza y alimenta la angustia se convierte en una trampa subjetiva.
Aspectos relacionales del perfeccionismo
El psicólogo Sebastián Saravia señala que el perfeccionismo puede afectar la convivencia con los demás. Las personas perfeccionistas tienden a volverse irritables y a juzgar a los demás por no cumplir con sus estándares. Esto puede generar problemas en las relaciones interpersonales, ya que el perfeccionista puede tener dificultades para aceptar que otros no compartan su nivel de exigencia.
Perfeccionismo y salud mental
La doctora Patricia O’Donnell, psicoanalista y miembro de la APA, relaciona el perfeccionismo con la salud mental, sugiriendo que puede estar vinculado a un ideal que se considera superior. Este tipo de personalidad puede generar angustia, depresión y reacciones intensas de frustración y enojo ante la crítica. Desde la perspectiva psicoanalítica, el perfeccionismo puede manifestarse como un superyó rígido y severo, que regula el comportamiento mediante normas y prohibiciones internalizadas desde la infancia.
El fenómeno de la cosmeticorexia
Un fenómeno reciente que ha cobrado importancia es la cosmeticorexia, que se refiere a la obsesión por el embellecimiento y el uso excesivo de cosméticos, especialmente entre preadolescentes y adolescentes influenciados por estándares de belleza a menudo inalcanzables. Este fenómeno refleja una búsqueda profunda de aceptación y puede generar angustias significativas.
Reflexiones sobre el perfeccionismo
El psicoterapeuta Leon Garber profundiza en un artículo académico sobre las emociones subyacentes que llevan a la búsqueda de la perfección. Explica que el pensamiento rígido y la creencia de que se deben evitar los fallos a toda costa son causas principales de la depresión. Garber menciona que el perfeccionismo puede ser visto como un proceso continuo de adaptación al entorno, en lugar de un fin absoluto.
En resumen, el perfeccionismo es un fenómeno complejo que puede tener tanto aspectos positivos como negativos, y su comprensión requiere un análisis profundo de sus implicancias en la salud mental y las relaciones interpersonales.