La maldición de “La Profecía”: rayos, ataques y muertes que aterrorizan a su elenco

La maldición de "La Profecía": tragedias y misterios que rodean su legado.
La maldición de "La Profecía": tragedias y misterios que rodean su legado.

La película Profecía, estrenada en 1976, ha sido objeto de análisis no solo por su contenido cinematográfico, sino también por los extraños y trágicos sucesos que rodearon su producción. Este filme, que retrata al anticristo como un niño de apariencia inocente, se ha visto envuelto en una serie de incidentes que han llevado a muchos a preguntarse si existe una maldición asociada a su rodaje. A continuación, se detallan los eventos más significativos que marcaron la realización de esta obra dirigida por Richard Donner y escrita por David Seltzer.

El origen de la historia

David Seltzer, el guionista de Profecía, se sumergió en una profunda investigación sobre el maligno, incluyendo figuras como Belcebú y el diablo en la tradición cristiana, con el objetivo de crear una narrativa que pudiera competir con el éxito de El Exorcista. Sin embargo, Seltzer confesó que no estaba inicialmente entusiasmado con la idea, y aceptó el proyecto debido a que el productor le había prestado dinero anteriormente. En una entrevista con la BBC, Seltzer mencionó: “Y me explicó que si rechazaba, iba a pedirme el dinero de vuelta mucho más rápido”. Así, la historia comenzó a tomar forma, centrada en una familia de diplomáticos y su hijo, quien mostraba conductas extrañas. El papel del embajador Robert Thorn fue interpretado por Gregory Peck, mientras que Lee Remick asumió el rol de su esposa, Katherine Thorn. La elección del niño Damien, interpretado por Harvey Spencer Stephens, fue el resultado de un casting que incluyó a 500 actores infantiles.

Incidentes extraños durante la filmación

La filmación de Profecía comenzó en 1975 y, desde el inicio, se reportaron una serie de eventos inusuales que más tarde se conocerían como la “maldición” de la película. En septiembre de ese año, el equipo se encontraba volando hacia Londres cuando un rayo impactó el avión en el que viajaban. Aunque este incidente fue extraño, se convirtió en un presagio de lo que estaba por venir. Posteriormente, otro avión que transportaba a un ejecutivo del filme, Mace Neufeld, también fue alcanzado por un rayo. Neufeld describió más tarde el evento como “los cinco minutos más aterradores” de su vida.

El fenómeno no se detuvo ahí. Otro avión, esta vez transportando a miembros del equipo, fue alcanzado en el aire, y uno de los miembros del equipo fue salvado de un accidente en Roma. A raíz de estos eventos, el productor Bernhard comenzó a llevar una cruz como medida protectora durante el resto de la producción, afirmando que “estaba trabajando” para impedir que el proyecto se llevara a cabo.

Sin embargo, la tragedia más impactante ocurrió durante el rodaje en Israel, donde se necesitaba trasladar al equipo para filmar escenas cruciales. Debido a cuestiones logísticas, un vuelo fue cancelado en el último momento, y al día siguiente se recibió la noticia de que el avión había chocado contra una bandada de aves, estrellándose cerca de una carretera. Este accidente resultó fatal, con todos los pasajeros a bordo y tres personas en un automóvil que colisionó con el avión.

Encuentros cercanos con la muerte

En el contexto de la década de 1970, la ciudad de Dublín estaba en alerta debido a los atentados del IRA. En este ambiente, el equipo de Profecía experimentó encuentros cercanos con la muerte. Uno de los incidentes más alarmantes ocurrió cuando el equipo había planeado cenar en un restaurante conocido, pero cancelaron la reservación a última hora, solo para enterarse de que el lugar había sido devastado por una bomba. Este evento dejó a los involucrados impactados, ya que parecía que habían esquivado una amenaza mortal simplemente por cambiar sus planes.

Los incidentes continuaron cuando, durante el rodaje, el director se hospedó en un hotel que también fue blanco de un ataque, y el restaurante donde se encontraba fue destruido por una explosión poco después de que abandonara el lugar.

Comportamientos extraños de los animales

Durante la filmación, se utilizaron animales entrenados para representar ciertos momentos en la película. Según Collider, los rottweilers que fueron empleados para representar a los “sabuesos infernales” mostraron una agresividad inusitada, atacando a sus propios entrenadores en varias ocasiones. Otros informes indicaron que, en una escena de acción, uno de los perros atacó violentamente al doble Terry Walsh, dejándolo herido a pesar de las precauciones de entrenamiento. Este comportamiento extraño y violento en el set dejó a muchos inquietos, convencidos de que algo extraño estaba ocurriendo.

Un momento particularmente tenso involucró a unos babuinos que debían actuar en una escena con el joven Damien. La terrorífica actuación de la actriz en pantalla era completamente real, ya que los babuinos, provocados por un macho alfa, reaccionaron de manera salvaje, poniendo en peligro la vida de los presentes.

La trágica muerte de Liz Moore

Un relato escalofriante relacionado con la producción involucra a Liz Moore, asistente del diseñador de efectos especiales John Richardson. Durante un viaje a los Países Bajos, donde trabajaban en la película, sufrieron un horrible accidente cuando un neumático volador chocó contra su vehículo, provocando la decapitación de Moore. Este hecho resonó de manera inquietante con una de las memorables secuencias de la película, donde el personaje Keith Jennings, interpretado por Warner, es decapitado por un panel de vidrio que cae de una construcción. La similitud entre ambos eventos ha alimentado leyendas y supersticiones, especialmente considerando que el accidente ocurrió dos meses antes del estreno de la película, coincidiendo con la superstición asociada al viernes 13.